lunes, 4 de mayo de 2020

Prosiguiendo mi criterio sobre la política de España a lo largo de nuestros días.

Yo aspiro a una política que no
combata más que a un enemigo:
el egoísmo, y  no escuche más 
que a un oráculo: el corazón.
             - Antonio Gala - 

Del mal de la política a causa de los políticos -reyes incluidos cuando la monarquía absolutista- más o menos imperfectos, pero imperfectos, surge la guerra y las revoluciones, tal como las dos emblemáticas: la Revolución Francesa y la Revolución Rusa, que se cobraron, en Francia, la vida de Luís XVI y de su esposa María Antonieta de Austria; en Rusia al zar Nicolás II y la zarina Alejandra con las cinco hijas del matrimonio y algunos de sus servidores que quisieron acompañarlos en prisión.Ningún asesinato -sea cometido por el pueblo, por un rey o por un dictador, que de los tres casos  hay en la Historia- puede justificarse, pero sí explicarse, y el de estos dos magnicidios tiene su revelación en la despreocupación que hacían de la misera situación de sus respectivos países.  Horrendo asesinato el de la familia Romanov. Dejó honda huella en Alfonso XIII, y quizá pensó en este hecho cuando huyó de España al proclamarse la Segunda República. Revoluciones, guerras... La guerra cubre en la Historia una amplia cronología, la civilización avanzó sin que las contiendas bélicas desaparecieran. En este sentido José Luís Sampedro sustenta en cuanto a sentido humanitario: 
Cuando digo Humanidad exagero porque creo que Humanidad no hay , hay seres humanos. Llevamos dos mil años desde la antigua Grecia, se ha progresado técnicamente de una manera fabulosa, casi inverosímil, pero seguimos matándonos unos a otros no sabiendo vivir juntos en este planeta. El hombre no ha madurado bastante.
¿Nos hará esta pandemia más humanitarios con la lección de muerte que nos ha dado? No lo creo. No mejoró la humanidad tras la peste negra sufrida en el siglo XIV. No, no mejoró la civilización; Voltaire opina al respecto que  'la civilización no suprime la barbarie, la perfecciona'. En la barbarie de delincuencia que venimos soportando desde hace bastantes años no ha dejado de verse la mentira, la maldad en definitiva, incluso en la masacre epidémica que atravesamos. Siempre la inmoralidad y la corrupción, y el tirarse a la cara un partido a otro: 'Y TÚ MÁS. 'El hombre no puede ser separado de Dios ni la política de la moral', según afirmación de Tomás Moro, hombre de polifacético saber y actividades, lord canciller de Enrique VIII, defensor del matrimonio de éste con una hija, Juana,  de nuestros Reyes Católicos, por cuya oposición a su divorcio, así como a la Iglesia Anglicana, cayó en desgracia y encerrado en la Torre de Londres fue decapitado el 6 de julio de 1535. Le elevó a los altares el Papa Pío XI en 1935. Él era así:                                           
Detestaba algo tan abominable como los tres 'egos': egocentrismo, egolatría y egoísmo.
 La inextinguible injusticia. 

Has un hábito de dos cosas:ayudar o
al menos no hacer daño.-Hipócrates-   
Nuestro propósito en la vida es ayudar
a otros y si no podemos ayudarlos, al
menos no hay que dañarlos. -Dalai Lama-. 

La injusticia siempre se dio en este mundo que perfectamente la Salve define como "valle de lágrimas". Siempre hubo esclavos, aunque con este cambio radical que clarifica el gran novelista universal León Tolstoi: 'El dinero es una nueva forma de esclavitud, que solo se distingue de la antigua por el hecho de que es impersonal, de que no existe una relación humana entre amo y esclavo'. 

La opulencia de unos es indubitadamente la pobreza de otros, así es la desigualdad llevada a cotas de enormidad. Este término ya significa, 1. Tamaño excesivo o desmedido. 2. Exceso de maldad. 3. Despropósito, desatino. (DAE). El hombre quiere el poder por el dinero, o viceversa, y generalmente hace mal uso de lo uno y de lo otro.    ¡Que estragos hace el poder! ¡Que estragos hace el dinero! Y éste de las más diversas formas. Sendas cuestiones, la del poder y la del dinero, amplias y complejas; por ende, de difícil comprensión; en fin, como dice Hamlet: 'En el cielo y en la tierra, Horacio, hay de las que puede entender nuestra pobre filosofía'. Es fundamental que se generase otro ambiente para  la creación de otra calidad de individuo y, en consecuencia, mejorar este valle de lágrimas, ya que como dice la relevante científica polaca, Marie Curie: 'Usted no puede esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas.Cada uno de nosotros debe de trabajar para su propia mejora'.   

Punto de vista pesimista en cuanto al hombre, el dinero y la política. 

Quien pretende amaestrar a un
tonto es como el que quiere
reunir con engrudo los pedazos
de un tiesto. - Eclesiástico -

Pero esto de tal mejoría no es posible partiendo de la premisa bíblica: 'stultorum infinitus est numerus', el número de tontos es infinito, frase que ha sido rectificada así: 'Perversi difficili corriguntur et stultorum infinitus est numerus', los malvados difícilmente se corrigen y es infinito el número de los necios.De acuerdo en esta dificultad piensa Schopenhauer: 'Nadie puede modificar su individualidad propia, es decir, su carácter moral, sus facultades intelectuales, su temperamento, su fisonomía, etc. A decir de Cervantes, 'el hombre es como Dios le ha hecho, y a veces peor'. Claro que los hay inteligentes, y hasta de rectitud moral y humanitarios. Aristóteles habla del hombre político, y a éste ha sucedido, principalmente desde la revolución industrial, el homo economicus. 

Craso error. El hombre visto a través del dinero. Surge algo que envenena. Para el susodicho Sampedro 'somos naturaleza. Poner el dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe. Apunta que cada cultura tiene su referente 'Los griegos, el hombre, la Edad Media, Dios, ahora el dinero. Ahora el dinero, sí, y con una gran falta de honradez a la vista de todos; tenemos en todos los gobiernos desde la dictadura infinitos casos de corrupción crematística en cada uno de ellos, cuya tramitación subsiste, sin que los gobernantes pusieran enorme propósito, que digamos, en descubrirlos y reprobarlos. No se enteraban, ¿cómo habían de enterarse si a veces fueron los mismos gobernantes. Los casos nos son sobradamente conocidos y de ellos he tratado largo y tendido en este blog y en papel. En general cuando mandaba el PSOE cerraba los ojos ante la corrupción de su Partido e igualmente el PP que durante sus legislaturas  batió el récord de cacos. 

Para nuestro novelista el referente es la vida, ya dice que 'el tiempo no es oro, es vida', y  sostienen que 'hemos recibido una vida y vamos a vivirla hasta el final. Pero para eso necesitamos la libertad, para que esa vida sea la nuestra y no la que nos mandan tener'. Nuestra libertad es bastante ilusoria, él mismo lo ve así: "¿La gente está loca? No, la gente está manipulada. Lo triste es que gran parte de la sociedad carece de moral, cada día hay más gentuza  y caraduras; en mi generación se valoraba la verdad, el respeto, la educación, el ser honorable.
                                              
Bastante antes que nuestro escritor y economista rechazara la Historia en clave dinero, lo había hecho el fundador de FE y de las JONS. El primero se define así como Ldo. en Economía: 'Hay dos tipos de economistas: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres'. 
José Antonio Primo de Rivera había manifestado: 
'Falange Española no puede considerar la vida como un nuevo juego de factores económicos. No acepta la intervención materialista de la historia. Lo espiritual ha sido y es el resorte decisivo en la vida de los hombres y de los pueblos'.
Lo espiritual se va al garete ante la imposición de la economía Él no dejó de considerarlo: 
La interpretación católica de la vida es, en primer lugar, la verdadera; pero es además, históricamente, la española. Toda reconstrucción de España ha de tener un sentido católico.
¿Dónde está desde ha muchos años el sentido católico? Brilla por su ausencia en la vida política y en  la sociedad. Como dice José Saramago, 'el centro comercial es la nueva catedral de la sociedad actual'.¿Qué fue de la católica España? Nunca faltaron los fariseos, y continua habiéndolos. Creo que existen prejuicios en materia política y también religiosa; por ejemplo, ¿cómo se explica que cuando el socialismo fomentó el divorció fueran a él en tromba los católicos y de derechas? Se olvidaron, fácilmente,  de su fe religiosa y de su ideal político. Adiós su creencia religiosa y su 'política de los buenos' Sí, evidentemente, las personas tienen una religión y una política a la carta. ¿Dónde están los buenos, dónde están los malos? Esto no tiene que averiguarlo el célebre Vargas, es patente y de una claridad diáfana. En creyentes y en ateos, en las derechas y en las izquierdas hay buenas personas y, por el contrario, las hay infames.  Lo estamos viendo día a día. De la misma manera que hay inteligentes y, por el contrario, individuos de cortos alcances; éstos en su ínfima capacidad de análisis solo pueden moverse por simpatías y antipatías.   

Salvo que sea por provecho, ventaja o conveniencia, lo que se llama sacar partido -entonces se es un arribista-, no entiendo la desmedida atracción por un partido político, el apoyo incondicional al  mismo, ya que como su término indica, es un 'conjunto de personas que siguen y defiende una causa una opinión. Ello significa exaltación del Ego. ¿Qué partido político aspira a gobernar para todos? Realmente ninguno. Lo dicen, pero 'del dicho al hecho hay mucho trecho', paremia  que indica suele mediar gran distancia entre lo que se dice y se cumple, y que a veces ni se lleva a efecto. En las Elecciones Generales se empieza por engañar a los propios correligionarios, es experiencia que tenemos todos,  ya dice A. Tournier que 'entre las personas honestas, las promesas se consideran  como deudas, y entre los políticos son cebos'. Como afirma el filósofo y estadista británico Francisco Bacon, 'es muy difícil hacer compatibles la política y la moral'. 

Los partidos políticos vienen a ser 'intereses creados'. En ellos, por otra parte, el engaño, la mentira, es su tónica. ¿Cómo poder creer en la política, tantas veces falta de entrañas y de lógica?  Después de leer en Shakespeare  que 'la política está por encima de la conciencia', comprendo a muchos políticos y a algunas ideas políticas. Y, por supuesto, huyo de ellos y detesto su ideología, como ya se infiere de la tesis que vengo desarrollando. A pesar de que se está acostumbrado a la mentira política -todo marketing-, ahora ha caído en la ciudadanía pésimamente el hecho de que el Gobierno haya minimizado la aterradora estadística de muertes, que siendo España el segundo país de mayor mortandad haya manifestado la ministra Teresa Ribera Rodríguez que 'España está en la gama alta del éxito'. ¡Demasiado trágico """éxito"""!

Mentira es también, pero esta no sienta tan mal, la de algún partido oponente que presumiendo de "arreglador" -siempre es más fácil criticar que hacer-, presenta como cosa de rápida solución por él la marco crisis en que, tras de la pandemia, desembocaremos. ¿Por qué tal milagro no se hizo antes por Gobierno de tal o cual signo? El panorama que se avecina es, en el plano de la economía, lo que en el de la sanidad ha sido -si es que ya se puede hablar en pasado- el coronavirus. Recientemente hemos leído en 'El Español': 
Se dispara el paro -se calcula un 19% de la población activa-, aumenta la deuda pública -seguramente hasta un 115,5el PIB, es decir,más de 1 billón de euros en préstamos, habrá más de 7 millones de personas que dependerán de la protección del Estado, no se podrá bajar las pensiones ni los sueldos de los funcionarios -al menos en principio-, incluso es probable que se llegue a una situación de secuestro económico del país. 
Insisto en que no es la política ciertamente apasionante, y nadie me podrá negar que no es desoladora la perspectiva que se nos presenta -así nos han gobernado, hasta aquí nos han traído-, y ello tanto en la izquierda como en la derecha, creo con Miguel Delibes que 'entre la izquierda y la derecha jodieron España. Entre todos la mataron y ella solo se murió'. Pasados equis años esto lo corrobora Arturo Pérez Reverte, que tampoco es de los 'rojos', exponiendo: 'Cualquiera que haya leído la Historia de España sabe que aquí hemos sido todos igual de hijos de puta'. No cabe echar de todo la culpa a la pandemia, ha habido un antes y habrá un después, roguemos para que este futuro sea mucho mejor que el pretérito.

Concluyo este artículo, que quizá alguien califique de escéptico y pesimista -pero en ello he presentado destacados autores que sienten igual- con una referencia a nuestra nación, que no es, visiblemente halagüeña, y es esta opinión del genial Valle Inclán  'En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo'. ¿Será por ello -me pregunto- por lo que en cierto modo se ha premiado a los corruptos dejándolos a sus anchas para robar, hacer fabulosos capitales. En la mente de todos están sus nombres  y llegándose al inverosímil caso del rey emérito que es la principal y suficiente causa de hallarse en el alambre -una vez más 'la monarquía tambaleante', de Juan Balansó- los Borbones en España, 'La monarquía inútil', de Enrique de Diego, de cuya institución y obra de dicho segoviano hablo en este blog. Creo con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que a Juan Carlos I se le debe juzgar por sus presunta corrupción.           
       

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