el jurisconsulto, en toda su perversidad; el
teólogo, en toda su necedad.-Schopenhauer -
La mentira siempre está mal, pero dentro de la misma hay evaluación; así pues, no es tan reprobable una mentira piadosa como mentir para robar aun cuando las dos tengan por fondo el engaño. El administrador de mi arrendadora fue marrullero ab inicio, y no ha dejado de usar su astucia tramposa, su m ala intención, a lo largo del arrendamiento. En el anterior artículo he sacado a relucir sus mentiras, sus zancadillas, con vistas a justificar hechos indebidos realizados o para realizarlos; hic et nunc, aquí y ahora, me referiré a alguna acción vituperable más. Si ya se necesita cara –rostro de hormigón armado- para intentar supeditarme a él con la petición de franquear la entrada a quien viniera a ver mi apartamento, ya que está en venta, qué decir de cuanto voy a exponer hoy. La supeditación la encontrará normal, dado que empezó dominándome, avasallándome. Pero hay un fallo, éste radica en que creyó que me engañó, tanto más si la empleada en que delegó la faena no le ha contado que firmé el contrato a regañadientes.
teólogo, en toda su necedad.-Schopenhauer -
La mentira siempre está mal, pero dentro de la misma hay evaluación; así pues, no es tan reprobable una mentira piadosa como mentir para robar aun cuando las dos tengan por fondo el engaño. El administrador de mi arrendadora fue marrullero ab inicio, y no ha dejado de usar su astucia tramposa, su m ala intención, a lo largo del arrendamiento. En el anterior artículo he sacado a relucir sus mentiras, sus zancadillas, con vistas a justificar hechos indebidos realizados o para realizarlos; hic et nunc, aquí y ahora, me referiré a alguna acción vituperable más. Si ya se necesita cara –rostro de hormigón armado- para intentar supeditarme a él con la petición de franquear la entrada a quien viniera a ver mi apartamento, ya que está en venta, qué decir de cuanto voy a exponer hoy. La supeditación la encontrará normal, dado que empezó dominándome, avasallándome. Pero hay un fallo, éste radica en que creyó que me engañó, tanto más si la empleada en que delegó la faena no le ha contado que firmé el contrato a regañadientes.
Hay
que eliminar en el arrendador la falta de miramiento, de nulo respeto, atención
y circunspección con que actúa con el arrendatario. Generalmente malo si
ejecuta el contrato, y peor si mediante tercera persona, representante,
administrador, apoderado, lo que fuere. En cuanto a mí puede decir que, salvo
fijación del precio de alquiler, el documento fue correcto, sencillo, sin
trampas a la corta ni a la larga en un contrato hecho sin intermediario. Está
clara la aquiescencia que un administrador –esté colegiado o no- ha de tener
respecto a su administrado, pero en el caso que vengo sufriendo creo que uno y otro “tanto
monta, monta tanto”. E igualmente en lo que atañe al grado de civismo y
educación. “””Comercian””” por la tremenda. Y pienso que la política ha coadyuvado a
crear entes de este jaez. El novelista y filósofo José Luís Sampedro sostiene
que ‘tendríamos que indignarnos 1.000
veces más’; ello en rechazo a la situación política de España, a su
sistema. No se persigue a ningún estafador, desde el vulgar estraperlista de un
apartamento al ladrón de alto coturno.
Hemos
de pensar con Schopenhauer que el Estado es imprescindible; recitamos ser
amansados y dirigidos por él, pero si es el propio Estado el que admite la
injusticia…, pues fácilmente ocurre la afirmación de Thomas Hobbes: Homo hominis lupus, el hombre del hombre
es lobo. Ha de ser un Estado quien proteja a la persona, en el que también
pensó Rousseau: ‘El gobierno tuvo su
origen en el propósito de encontrar una forma de asociación que defienda y
proteja la persona y la propiedad de cada cual con la fuerza común de todos’.
De por sí la negligencia de la política con referencia al precio exorbitante
del alquiler urbano -auténtico
estraperlo- denota la falta de autoridad moral para combatirlo. La gigantesca
corrupción imperante en todos los Gobiernos de la transición les ha hecho
cerrar los ojos para no ver tan nefasta situación. Cuando hay porqué callar,
resulta dificulto hablar y más actuar. Por lo que todo se transfiguró en tolerancia
de abusos económicos, y, consecuentemente, todo individuo que, de un modo u
otro, podía practicar el trinque en la
medida que fuere, y carecía de escrúpulos, pues adelante. Los políticos no lo
corrigen, optan por mirar a otro lado.
La
persona tiene derecho a la propiedad, se lo concede también nuestra tan
vulnerada Constitución en su artículo 33: 1. Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia. 2. La
función socia de estos derechos delimitará su contenido de acuerdo con las
leyes. 3. Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa
justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente
indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes. Mal asunto
este de la expropiación, lo sufrí en una finca rústica para una carretera y los
metros expropiados me fueron abonados míseramente, menos mal que fueron pocos. Pero
el derecho a la propiedad no da, a su
vez, potestad a esclavizar en modo alguno a otra persona. La propiedad que en
el fondo no es un robo, aunque lo sostenga Proudhon en su libro, ‘¿Qué es la
propiedad?’, no ha de servir para robar; se puede rentabilizar pero sin usura y
sin practicar con ella trampas varias para mayor ganancia. Dije que en principio
no es un robo, o sea, en esencia, la propiedad no es un robo, porque hay formas
en que sí lo es. Tema éste de que otras veces traté.
Circunscribiéndome
a mi problema de arrendamiento de un apartamento por no estar alejado de mi familia, continuaré
refiriendo cuanto de abuso e ilegalidad tiene el contrato que hube de aceptar velis nolis, quieras o no quieras, que
sabido es que ‘a la fuerza ahorcan’. Y
que también clarifica este otro dicho: ‘Obligado te veas para que lo creas’. Como
opina Ortega y Gasset, ‘yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ellano
me salvo yo’. Caí en no muy limpias
manos, que digamos, de arrendadores.
No es precisamente un administrador
quien ha de abogar por el final del estraperlo del alquiler de vivienda,
pensando que de tan anómala situación saca tajada, practica un aprovechamiento peyorativo.
Hoy tengo la experiencia de lo fatal
que resulta que el arrendador tenga administrados, ello este tiempo de
pisos sueltos.
Del Consejo General de Colegios de
Administradores de Fincas de España.
Omnia per pecuniam falsa sunt.
Todo es falso a causa del dinero.
-Francisco Delicado, apud 'La
Lozana Andaluza'.
Omnia per pecuniam falsa sunt.
Todo es falso a causa del dinero.
-Francisco Delicado, apud 'La
Lozana Andaluza'.
Ya
dejé expuesto que pertenecer a un colegio profesional no implica garantía de
honradez, se trate de la profesión que fuere, es a tal efecto como pertenecer a
un círculo regional, un casino, un club. Lo que recientemente me deja algo
sorprendido es la lectura en Internet de las siguientes líneas:
Hay mucha gente afectada por la actividad de los administradores
colegiados. Colegiado no significa garantía ni honradez, es más bien lo
contrario, porque los colegios de administradores respaldan a sus afiliados
independientemente del delito que estos cometan. Es una asociación de judas que
por una cuota que le pagan sus afiliados es capaz de pasar por alto la
legislación vigente. Si tanto daño, perjuicio y sufrimiento causan los
administradores a sus clientes, surge una pregunta: realmente hace falta esa
pandilla de estafadores? Por qué la gente no se une para prohibir ejercer esa
profesión o para proponer al gobierno elaborar una ley que proteja a los
propietarios de esa pandilla de chacales?
Relata refero, refiero lo que oído.
Si
a los propietarios, en propiedad horizontal, hacen daños, ¿qué decir de cuando
actúan de administrador particular? Aniquilan al arrendatario ingresos y salud,
le traen por la calle de la Amargura. En
legítima defensa me he visto impelido a dirigirme mediante correo electrónico a
la mencionada institución que supervisa los Colegios de administradores donde
me fue comunicado que previamente tenía que dirigirme al Colegio Territorial al
que esté adscrito el colegiado en cuestión.
Aquí empecé a dar pasos en falso, y no por mi culpa. Me explico:
No
teniendo, o, al menos, no figurando e-mail, el Colegio de Administradores de
Guadalajara, les telefoneé y saltó un contestador automático (¡vaya!),
dejándoles el mensaje de que me comunicaran, por favor, su correo electrónico
porque tenía que hacerles una notificación de queja de un miembro de ellos
Obviamente les dejé el mío. Pero que si quieres. Harto de esperar me dirigí a
dicho centro de Albacete exponiendo ya mí queja, y concibiendo más esperanza al
quedar ya formulada mi denuncia y pensando en cruce de correspondencia
perfilando el tema, mas tampoco he obtenido respuesta.
Queda
palmario, patente, manifiesto, cuán “””diligentes””” son en atender al público
y, asimismo, la función de estas sociedades en la ordenación y disciplina de la
actividad profesional de sus componentes. A los primeros no les interesaba lo
que pudiera notificarles; a los segundos les trae al fresco, les es
completamente indiferente, como pone de relieve su inhibición, las fechorías de
quienes integran la corporación. (Si tenían que ponerse en contacto con sus
compañeros de Guadalajara, pues que lo hubiera hecho, o, cuando menos, darme
alguna respuesta, pues no me dirigí al margen de la demarcación). Tal proceder viene a corroborar, confirmar,
ratificar lo expuesto en Internet.
Ni
que decir tiene que si no consigo ser atendido por el Colegio Territorial o uno
adyacente he de acudir nuevamente al Consejo General, ubicado, naturalmente, en
Madrid, a probar si atienden quejas contra sus clientes. Hoy por hoy no puedo
pensar que este organismo dé la razón a un administrador que transgrediendo
brutalmente la LAU
en cuanto he dejado manifestado y a lo que añado ahora que me cobró un año de
renta por adelantado. Y aún dejo por relatar algo, también grave, en tanto no
concrete su estudio. Si pongo el caso en manos de un abogado tendría amplio y
complejo análisis a realizar.
Son
consciente de que este artículo es, cual música de cámara, variaciones sobre el
mismo tema de mis dos anteriores; ahora bien, no he dejado de introducir más
ilegalidades de arrendadora y administrador tan… imperfectos. Amén, por otra
parte, de haber realizado una incursión en los Colegios de Administradores. Y no omitiré del cúmulo de ilegalidades de mi contrato basura que no es a los seis meses del contrato cuando se verifica el aumento de alquiler, sino al año. De nada le vale al administrador consignarlo en el documento -indudablemente lo hizo a ver si cuela-, puesto que son nulas las causas ilegales que limitan los derechos del inquilino contemplados en la LAU.A lo mejor lo sabe tan... """dilecto""" administrador, y a lo peor no quiere enterarse. Espero no ocurra así con el Colegio de Administradores a que me he referido, tal vez haya decidido procrastinar su respuesta al final de la cuarentena, a pesar de ser internet independiente de ella, no implica contagio de este virus tan mortífero y ruinoso. ¡Por si era poco quebranto a grandes sectores de la sociedad las injusticias que ya existían, pudiendo figurar a la cabeza el alquiler de vivienda!
Y
la <fiesta> mía continúa. Proseguirá tras este paréntesis de la crisis sanitaria.
Se dice que ha servido para acercarnos a Dios, para mejorar a las mala personas; no lo creo, éstas seguirán en su inmoralidad y crueldad.
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