domingo, 22 de abril de 2018

Santa María la Real de Nieva (Segovia) y sus dos inconcebibles problemas

No es tan fácil el oficio de historiador y
cronista como generalmente se cree, sobre
todo si no ha de dejarse olvidada ninguna
de las circunstancias que puede anhelar
saber el impaciente lector.

-Larra, ‘El doncel de don Enrique el Doliente-



Estos dos temas son dilucidar la propiedad del monasterio, uno, y, el otro, proceder a aceptar el resultado de ADN mitocondrial que dio por no correspondientes a Blanca I de Navarra los restos que contiene el arcosolio que se construyó en el presbiterio de la iglesia. La primera cuestión puede entrañar alguna complicación; la segunda basta con entrar en razón y proceder pertinentemente, salir de la absurda postura adoptada de rechazar a tontas y a locas la indicada prueba científica, abdicar de tamaña impertinencia, visible insensatez. Partiendo del cura párroco y del alcalde, y en general por cuantos incumbe interesarse por el tema, ha debido taparse la falsa inscripción del sepulcro y eliminar de la página web de Ayuntamiento las líneas erróneas que aseguran estar en el sepulcro de la iglesia los restos de la mencionada reina.

Este hecho contra el que vengo predicando, siendo la clásica vox clamantis in deserto, voz que clama en el desierto, me extraña la indiferencia de la Real Academia de San Quirce –amén de que se me hayan cerrado otras puertas- a mi solicitud de ayuda para evitar la continuación de la mentira que se colocó –que ya no cabe con algo de cordura, sensatez y discreción sostener- junto a



Nuestra Señora de la Soterraña, advocación mariana, generatriz de la fundación del pueblo por el entonces monarca Enrique III el Doliente y su esposa Catalina de Lancaster. Fue inequívocamente abolido el montaje del sepulcro –solo aparentemente correspondía a la verdad- hecho sin fundamento –nunca lo repetiré lo bastante. 

Ya existía el informe del estudio antropológico y paleopatológico del Dr. José Manuel Reverte Coma, emitido el 15 de diciembre de 1994, del que no se hizo aprecio, estimación, según el hecho pone de relieve. He aquí lo expuesto en él:

“1º Esqueleto incompleto de mujer de 55-60 años… Da la impresión de haber sido un enterramiento secundario, un traslado de cadáver que antes estuvo probablemente semimomificado en otra tumba.
9º Nuestra impresión personal es que tanto la edad, estatura y fragilidad de este esqueleto, unido al lugar de enterramiento y circunstancias que lo rodean, coinciden con las que se atribuyen históricamente a doña Blanca I de Navarra.
Sin embargo la prueba definitiva y segura, sería el estudio de ADN, tanto en este esqueleto como en los restos que pueden existir del padre de doña Blanca, don Carlos enterrado en la catedral de Pamplona y del hijo de la Reina, don Carlos, Príncipe de Viana, enterrado en el Monasterio de Poblet.
Si el ADN de estas personas, especialmente el Príncipe de Viana,  coinciden con el que pueda hallarse en estos restos esqueléticos, se tendría la seguridad de que se trata efectivamente de doña Blanca I, reina de Navarra.

(Lo he tomado de ‘Transcripción y notas’ sobre Fr. Antonio Miguel Yurami, referente a la ‘Historia de la aparición de la taumaturga imagen de Nuestra Señora la Soterraña de Nieva’. De disponer de copia del Informe, o tenerle a la vista, probablemente tendría algo que añadir, )




Si la erección de este sepulcro fue motivada por cábalas y conjeturas pero carente absolutamente de documentación, aún se halla, si cabe, más alejada de la razón, expuesta por el Dr. Reverte como seguridad para saber si los restos pertenecen o no a Blanca I de Navarra, el increíble hecho de que se haga caso omiso de ella.


Reprobable abandono, negligencia, indiferencia, indolencia, en la mixtificación de la Historia con ubicación en la provincia de Segovia.

A los vivos les debemos respeto, pero a
los muertos solo les debemos la verdad.
                     - Voltaire -

No es enteramente de extrañar lo ya citado con la antigua Universidad Popular, de Segovia, habida cuenta de que tal centro cultural  carece de subvención estatal, subsiste a expensa de donativos de centros oficiales y de particulares. Ello lleva al Sr. Cantalejo consecuentemente a saber que no puede, aunque fuere a favor de la historia y el arte de la provincia, enfrentarse con un donante. Que se da este caso, pienso. Porque él, que me dijo no saber nada al respecto de lo que le expuse, me habló de que se informaría y me contaría al respecto. Si tenía que informarse del indicado evento, siendo notorio, no sé si lo habrá hecho; ahora bien, lo de contestarme lamento tener que decir que lo ha procrastinado ad calendas graecas.

El 19 de septiembre de 2017 le recordé que estábamos en contacto. Le manifestaba, entre otras cosas:

A usted como presidente de la Academia de San Quirce, antigua Universidad Popular, creada para ocuparse de la cultura del pueblo, canalizada a la Historia a la historia y al arte de la provincia, le concierne de lleno el evento de que me quejo. De aquí el hecho de haberme puesto en contacto con ese centro cultural con la esperanza de hallar apoyo  moral a fin de que quien tenga poder para subsanar el arbitrario proceder que viene dándose durante tanto tiempo , le ponga fin. Entiendo que ab inicio, desde el principio, debió interesarse esa Academia en ello, mas si lo ignoraba…

Como en ‘El milagro del Cristo de la Vega’, de Zorrila, ‘pasó un día y otro día, / un mes y otro mes pasó, y el Sr. Cantalejo no contestó. Entonces, en tal caso, volví a escribirle el 20 de enero de este año, y le decía:
 Lamento que, pese a su palabra, se abstenga de tomar parte,             involucrarse en pugna a esta arbitrariedad. No podrá, le implicará algún perjuicio, siéndome más abstruso de entender que, respecto a los e-mails que nos cruzamos, me haya dejado con la palabra en la boca. Si hemos de entender que no es lo más correcto, pensemos, asimismo, le será la salida más airosa en su circunstancia.      

Ante la inmoralidad que encierra el tema del sepulcro de Blanca I de Navarra pienso en Sócrates tan preocupado de la conducta humana, piensa en un principio moral general e inmutable, que permita a cualquier ser humano saber cómo comportarse.  Manifestaba: Traigo en mi corazón la verdad y la justicia, pues he arrancado de él todo mal. […] No he mentido, no he difamado… La mentira es antisocial y anticristiana; el filósofo, escritor y poeta estadounidense Emerson afirma que ‘toda violación de la verdad no es solamente una especie de suicidio, del embustero, sino una puñalada en la salud de la sociedad humana. Y nuestro Lope de Vega asegura que ‘nadie puede apartarse de la verdad sin dañarse a si mismo’. De modo funesto, deplorable,  un gran porcentaje de la sociedad, a todos los niveles, no es que se aparten ocasionalmente de la verdad, es que viven instalados en la mentira.

Con referencia al resultado de las pruebas realizadas por las Universidades de Barcelona y Granada conjuntamente a lo largo de diez años podemos leer en el reportaje de Pilar Encuentra –Tarragona, 10 sep 2008:

Una vez descubierto que la momia del príncipe había sido manipulada, quedaba esperanza de que los huesos de alguno de aquellos tres individuos si le correspondieran. Los investigadores (cuyo proceso puede seguirse en la web: www.poblet –pviana.com) realizaron un estudio genético extrayendo ADN de las distintas partes de la momia del príncipe. Y lo compararon con el de su madre, la reina Blanca I de Navarra, y con otros procedentes de nobles europeos de origen indudable;; en concreto con el de la descendencia de la reina Ana de Jagellón-Foix, tataranieta materna de Blanca I de Navarra y sobrina en cuarto grado del príncipe.

Si en mi tierra oriunda segoviana es inaceptable que los restos no sean de doña Blanca I de Navarra, habrá de ser igualmente, como inmediata consecuencia, inadmisible que no dejan de ser de su hijo, Carlos de Évreux Trastámara, los que el puzle encontrado en su supuesto enterramiento en Poblet. En esta nota aparecida al dia siguiente de la presentación del estudio en torno a búsqueda de los huesos del primer Príncipe de Viana se puede leer también:

Eduardo Toda no hizo del todo mal la falsificación. […] Sin embargo, no debió encontrar entre el montón de huesos ninguna columna  vertebral apropiada y serró y unió la de varios individuos. Lo hizo sin pensar que alguien, en algún momento, no se limitaría a echar un vistazo al conjunto, sino que estudiaría esa columna vertebral con lupa y descubriría que tiene ocho vértebras lumbares, cuando ninguna, ni siquiera la del mismísimo príncipe de Viana, puede tener más de cinco.

Al cura párroco no le importa la Historia, ni la Verdad, pero sí la titularidad del monasterio.

En el Catecismo de la Iglesia Católica se dice que ‘el octavo mandamiento exige respeto a la verdad’ … ‘en la comunicación y en la información’… El falso testimonio, el perjurio y la mentira. / ‘Una  culpa cometida contra la verdad debe ser reparada, si ha causado daño a otro. / En el punto 526 formula la siguiente pregunta: ‘¿Qué relación existe entre la verdad, la belleza y el arte sacro? Y responde: ‘La verdad es bella por sí misma. Supone el esplendor de la belleza espiritual.  En los distintos catecismos que tiene la Iglesia hay similitud; más que en las distintas Biblias, dicho sea entre paréntesis). Creo que el sacerdote católico aludido debiera tomar nota bene, observar bien, las enseñanzas de dicho compendio de doctrina cristiana, que él, quizá, en alguna ocasión ha enseñado a los niños.

Con ese celo que ha mostrado, desde que arribó al pueblo, en que se aclare a quién pertenece la propiedad del monasterio, ha debido también pretender que desapareciera la mentira que  radica en la iglesia a su cargo. Como ya he expuesto en otro artículo, primero ignoraba todo lo concerniente al tema, después se erigió en paladín. Ya le dije que habría de empezar por impugnar el ADN, universalmente reconocido, y si lo conseguía había hecho su suerte, empezando por hacerse célebre.

Es muy lamentable y deplorable que en lo que va de este siglo XXI vengan luchando el cura y el alcalde por la propiedad del monasterio –de lo que de él queda-, tanto más que tal  disensión tenga un epítome tan negativo. Si el Ayuntamiento a causa de la desastrosa economía en que le dejó el alcalde anterior, tuvo que pedir un rescate al Gobierno y está intervenido hasta 2022, no se encuentra en época propicia, digamos, para invertir el lites –demandado por el obispado-. Por ambos contendientes, parroquia y alcaldía, lo indicado es que hubieran acudido a la Historia; ahora han de hacerlo sus respectivos abogados defensores, pues de ella se trata en lo fundamental. Otra cosa es que se conceda al pueblo la posesión, el disfrute del monasterio.        

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