domingo, 15 de abril de 2018

Algún partido vence, ninguno convence a todos, es imposible. Vistazo a la política.

Yo no tengo ideología, amigo mío, 
yo lo que tengo es biblioteca.
     - Arturo Pérez Reverte - 

La Falange de José Antonio contra los terratenientes. 

¿Puede cualquier súbdito, luego ciudadano, adquirir propiedad agraria? Entiendo que legalmente ha de poder, que nada se opone a ello. No lo entendía así el fundador de Falange Española, sino a la manera del slogan 'la tierra para el que la trabaja', que no es precisamente monárquico, ni de derechas. 
                                                                            











Tolo lo que se adquiere sin fraude, no tiene porqué ser reprobado, dado por malo, no aprobado. Los bienes raices son tan lícitos, justos, permitidos, según justicia y razón como cualquier otros. Estos son considerados así: por la RAE:: 'Tierras, edificios, caminos, construcciones y mina, junto con los adornos o artefactos incorporados, así como los derechos a los cuales atribuye la ley esta consideración .

Toda clase de bienes ha de tener dueño, y en lo que se refiere a los bienes muebles vacantes o sin dueño conocido, pertenece al Estado y se denominan, en Derecho, bienes mostrencos. 

Coincide José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, III marqués de Estella, con Grandeza de España, con Emiliano Zapata de Salazar , líder importante militar de la Revolución Mexicana . Era Zapata campesino e hijo de campesino e ideó el lema de referencia. Él, en su caso particular, podía tener razón si el terrateniente les explotaba; ahora bien, no se puede sentar la premisa de que 'el terrateniente explota al labrador irremisiblemente'. De que se llegara, como de Rusia se dice, a darse otrora tal abuso , cuando la labranza era la principal fuente de riqueza, no puede sacarse una conclusión general. Por otra parte, el abuso también cabe en el ámbito industrial, este tipo de propiedad. Una cosa es regular, equilibrar, la propiedad y el trabajo, y otra que uno de los dos pretenda obtener del otro un beneficio leonino. Podría hablarse también del trabajador explotador. Defender lo justo, sí; pero lo injusto , lo que nace de la avaricia, no. El Derecho Laboral está para el buen entendimiento de la propiedad y el trabajo; si nos circunscribimos a la agricultura, téngase en cuenta -hablo de España- que existe la LAR -Ley de Arrendamiento Rústico- y que en el contrato entre labrador arrendatario y el terrateniente arrendador la renta ha de fijarse de común acuerdo. 

No puedo decir que coincide con el presidente chileno Eduardo Frei Montalva, también abogado y político, cristiano igualmente, por ser su actividad política posterior  Dice Cicerón que  'no cabe decir una cosa tan absurda que no haya sido ya dicha por algún filósofo'Pues, tratándose de políticos, ni que decir tiene.Aunque 'generalizar es siempre equivocarse', tanto más cuando se hace obviando la cronología y la geografía,.pudo tener algún atenuante la Revolución Mejicana y la Revolución Rusa. (Existe también la Revolución Francesa, mas ésta tiene otra cuestión de fondo: fue hecha por la burguesía y para la burguesía). En definitiva, y en cualquier país y época, se ha de combatir la explotación del hombre por el hombre, y para esto -repito- está el Derecho, el dictarse leyes justas, equitativas, nada tendenciosas, pues entonces es injusta. Si en concepto de Quevedo 'menos lal hacen los delincuentes que un mal juez', no digamos una mala ley.  Se ha de caminar hacia la verdad, lo justo, y, como dice Mintesquieu, 'una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa'. 

He aquí cómo rechaza de plano José Antonio al terrateniente. 
'[Para una reforma agraria] habrá que sacrificar unas cuantas familias. No de grandes labradores, sino de capitalistas del campo, de rentistas del campo; es decir, de gente que, sin riesgo ni esfuerzo, saca cantidades enormes por alquilar sus tierras al labrador. No importa. Se las sacrificará. El pueblo español tiene que vivir. Y no tiene dinero para comprar todas las tierras que necesita. El Estado no puede ni debe sacar de ningún sitio, si no es arruinándose, el dinero preciso para comprar las tierras en que instalar al pueblo. Hay que hacer la reforma agraria revolucionariamente; es decir, imponiendo a los que tienen grandes tierras el sacrificio de entregar a los campesinos la parte que les haga falta. Las reformas agrarias como la que rige ahora, a base de pagar a los dueños el precio entero de sus tierras, son una befa para los labradores. Habrán pasado doscientos años y la reforma agraria estará por hacer'.  (sic)
Es increíble que así escribiera en 'Arriba' el 7 de noviembre de 1935. Es de la misma opinión su correligionario Ramiro Ledesma Ramos
La tierra es de la nación. El campesino que la cultiva tiene derecho a su usufruto. El régimen de la propiedad agraria hasta hoy imperante ha sido un robo consentido y perpetrado por la monarquía y sus hordas feudales.
Ramiro Ledesma, de modesto origen, hombre hecho a sí mismo, un tanto extremista, fue expulsado de FE y de las JONS en enero de 1935. En este año publicó su libro '¿Facismo de España?' en el que hacía graves descalificaciones contra José Antonio y la Falange. Al poco de estallar la Guerra Civil fue detenido en la vía pública por milicianos socialistas en el barrio de Cuatro Caminos, Madrid, por donde vivía, e internado en la prisión de Ventas donde se encontraba Ramiro de Maeztu, y ambos, con otros presos, fueron <sacados> el 29 de octubre de 1936 y fusilados en las tapias del cementerio de Aravaca. 

Si José Antonio desdeña al terrateniente, desde su ideología quiere excluirle, no así al capital: lo que él combate es el liberalismo político y el liberalismo económico a los que atribuye resultados nefastos.   
Yo quisiera, de ahora para siempre, que nos entendiéramos acerca de las palabras. Cuando se habla de capitalismo, no se hace alusión a la propiedad privada ; estas dos c osas no solo son distintas, sin o que casi se podría decir que son contrapuesta... ; la propiedad es la proyección directa del hombre sobre sus cosas; es un atributo elemental humano. El capitalismo ha ido sustituyendo esa propiedad del hombre por la propiedad del capital, del instrumento técnico de dominación económica. El capitalismo, mediante la competencia terrible y desigual del capital grande con la propiedad pequeña, ha ido anulando al artesano, la pequeña industria, la pequeña agricultura ; ha ido colocándolo todo -y va colocándolo cada día más- en poder de los grandes trusts, de los grandes grupos bancarios.
Esta es una cosa, y otra establecer pugna entre capital y trabajo, que en modo alguno se contraponen, sino que se complementan. Viene a dar en el quid el buen juez José Castro Aragón cuando expone: 'Maduró en mí el sentido de la justicia social. Sin caer en la dialéctica estéril que se empeña en confrontar capital y trabajo como enemigos . Los dos elementos que se necesitan mutuamente, y ninguno es máás que el otro. Aunque no cabe duda que quien paga es el que tiene la sartén por el mango'. 

Expropiación. 

Dentro de condiciones normales, está limitada al Estado. El DAE la define así: Privar a una persona de la titularidad de un bien o de un derecho, dándole a cambio una indemnización. Se efectúa con motivo de utilidad pública o de interés socialprevistos en las leyes. Absit, Dios nos libre de que nos expropien la más mínima parte de un bien raíz, porque tal indemnización económica se halla a años luz de constituir recompensa de los metros de tierra, por ejemplo, que te expropiaron para la construcción de una carretera. 

Bajo la mira de la justicia social no es solución justa, legal, razonable, quitar bienes a unos para dárselos a otros. Si a esto se llama política, gran político era aquel bandolero de Sierra Morena de quien se dice que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Supongo que se quedaría con parte, si no era rico. Y si lo era que empezaría por darles su hacienda. En fin, no es una política seria esta a la que nos estamos refiriendo, venga de la izquierda, venga de la derecha. Si José Antonio, marqués de Estella y Grande España, hubiera sido terrateniente, y ya no digamos a la enorme altura de algunos títulos, también con Grandeza, es muy probable que no hubiera 'predicado', como lo hizo, contra el propietario de agro sin ser campesino, aparte de que, como dice Shakespeare, 'la política está por encima de la conciencia´.Ello explica tantos y tantos actos de políticos de todos los signos, que, además de inhumanosrayan en lo delictivo.

Al aludir a nobles con Grandeza de España, con grandes latifundios,.me refiero las noventa y nueve personas que en 1931, Grandes de España, poseían quinientas cincuenta y siete mil hectáreas de campo. El mayor propietario era el duque de Medinaceli (79.146 Hª), seguido del duque de Peñaranda (51.015 Hª), el de Vistahermosa (47.203 Hª) y el de Alba (34.455 Hª). Recordemos que destruido en la Guerra Civil, por la Legión Condor, el Palacio de Liria, residencia de la Casa de Alba en Madrid, ubicado en calle de la Princesa, número 20-22, el duque, a su regreso de Londres como embajador de Franco, decidió rehabilitarlo, pero, fallecido en 1953, apenas ve los cimientos; es su única hija Cayetana, casada con Luís Martínez de Irujo y Artázooz, hijo de los duques de Sotomayor, la que concluye las obras. Éstas  mermaron a la mitad su más que abultado patrimonio diseminado por toda la geografía española'. Vendió ante todo campo. 

El origen de los super latifundios, o varios de ellos, de la rancia nobleza viene a ser la largueza de los monarcas por los servicios a ellos prestados. Como no 'pagaban' con su dinero, lo hacían con tanta esplendidez, y ello independientemente de la situación económica del país, de cómo se hallase el pueblo llano. Con la misma facilidad otorgaban términos, pueblos, que construian grandes monumentos; por ejemplo, no estaba floreciente la economía, ni mucho menos, cuando Felipe II mandó la construcción del Monaterio de El Escorial. Dados a hacer gigantescas obras no fueron únicamente los reyes, recordemos al dictador Franco y la edificación del rascacielo de lla Plaza de España (Madrid) en tiempo del hambre y del estraperlo. Al otorgar títulos de nobleza y bienes, se sigue el derecho de herencia; aquí sí que éste cojea algo. No dejar de tener razón José Cadalso exponiendo, en 'Cartas marruecas', que 'nobleza hereditaria es la vanidad que yo fundo en que, ochocientos años antes de su nacimiento, aunque yo sea inútil para todo'. Irrefutable que ser noble por herencia no es garantía de mérito alguno, pero la vanidad suelen tenerla a flor de piel.            

La propiedad puede ser un robo, lo es lo es innúmeras veces, pero no como lo entiende y expone el filósofo político francés Pedro José  Proudhon (1809-1865) en su obra '¿Qué es la propiedad?' (1840), cuyo subtítulo es: 'Investigaciones sobre el principio del Derecho y del Gobierno'.  Se ha dicho que 'el hombre es el único animal ladrón, (Edgard Poe) Tan incierto es que la propiedad sea per se, por sí misma, una de las formas del robo, como su machismo, sosteniendo la inferioridad física, intelectual y moral de la mujer. En su libro 'La pornocracia o las mujeres en los tiempos modernos', escribe: 'Digo que el reinado de la mujer está en la familia; que la esfera de su irradación es el domicilio conyugal; que de esta suerte el hombre, en quien la mujer debe amar no la belleza, sino la fuerza, desarrollará su dignidad, su individualidad, su carácter, su heroísmo y su justicia'. Un año después, 1876, publica 'Amor y matrimonio', y sigue en su creencia. 
                                                                                        
Juan Jacobo Rousseau, en su 'Discurso sobre las desigualdades entre los hombres', dice: 
He intentado explicar el origen y desarrollo de la desigualdad, la función y los abusos de de las sociedades políticas, en cuanto estas cosas pueden deducirse de la naturaleza del hombre por las solas luces de la razón e independientemente de los dogmas sagrados, que otorgan a la autoridad soberana la sanción del derecho divino. De esta exposición se deduce que la desigualdad, siendo casi nula en el estado de la naturaleza, debe su fuerza y sin acrecentimiento al desarrollo de nuestras facultades, a los progresos del espíritu humano y se hace al cabo legítima por la institución de la propiedad y de las leyes. 
Parte de cuanto aduce es estimable, pero hic et nunc, aquí y ahora, no voy a entrar en  su análisis.
 
La Política es una engañifa. 

Estoy absolutamente convencido que ninguna riqueza
del mundo puede ayudar a que progrese la humanidad.
El mundo necesita paz permanente y buena voluntad
perdurable.                - Albert Einstein - 
 
Todas las ideologías, incluidas, increíblemente, la dictadura, tienen sus correligionarios, sus fans, como también tuvieron sus seguidores en tiempos remotos crueles emperadores como algunos césares romanos. De ellos escribe Luís Nueda: 'Los césares biografiados por Suetonio son doce, y, generalente, salvo honrosas excepciones, fueron más pródigos en atrocidades, aberraciones, maldades, vicios y monstruosidades de todas clases que en actos nobles y meritorios'. Dejando la calidad personal de estos señores -y señoras, pues si Neron  mandó matar a su madre, ¡hay que ver qué madre tuvo!-, dejando de detenernos en Atila, conocido como El azote de Dios, a Tarquino el Soberbio, y otros diamantes de la antigüedad, tenemos en nuestros días ejemplares humanos -inhumanos- que en,comparación, en nada desmerecen; ahí está, por ejemplo Adolfo Hitler con sus campos de concentración y cámaras de gas. 

'Libertad, igualdad, fraternidad'. es un lema con anclaje en la masonería y en la Revolución Francesa, que, evidentemente, es un tanto ilusorio en sus tres partes. No es precisamente la caridad el distintivo de la política; en ella se halla completada la paremia, según la cual, 'la caridad bien entendida empieza por uno mismo'. Se ha añadido: 'Y no suele pasar de ahí' . El altruismo del político está limitado a él en primer lugar, a su familia, amigos y Gobierno. Grande es la caridad que se tiene a él mismo el político, de aquí el procurarse privilegios sin cuento, que Antonio Gala presenta así:   
                                                                          

  
Todo esto es bastante cruel. Muy conocido es el aserto de Federico Nietzsche: 'La crueldad es uno de los placeres más antigua de la humanidad'; Voltaire ve así la acción y efecto de civilizar: 'La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona'.  Indubitadamente, el ser humano no ha mejorado, veamos como habla de él Baltasar Gracián, en 'El Criticón, y en alguna más de sus obras. Y Bertrand Russell, en 'La conquista de la felidad', expopne que 'el corazón del hombre, tal como lo ha formado la civilización moderna, está más inclinado al odio que a la amistad'. Mucho se ha escrito acerca de la fraternidad, mas siempre en sentido escéptico; no dejaré con consignar la siguientre frase de Lamartine: 'Solo el egoísmo tiene patria. ¡La fraternidad no la tiene!'. 

Referente a la libertad da en el quid el novelista y economista José Luís Sampedro al manifestar que 'siempre que se usa la palabra libertad hay que pensar para quién. La libertad para el pobre quiere decir que no me opriman. Pero la libertad para el rico es que me dejen la manos libres, que yo haré lo que me dé la gana y entonces explotaré a quien haga falta'. Y de la fraternidad, ¿qué? Lo ya dicho de la tercera virtud cardinal, brilla por su ausencia; ya dijo Gustavo Flaubert que 'la fraternidad es una de las bellas invenciones de la hipocresía humana'. En ella, por otra parte, ha de estar más interesado el pobre. El pretendido hilo de la fraternidad  -el marqués de Sade dixit- que debe unir a los hombres solo puede ser marginado por el débil, pues no es natural que el fuerte, que no tiene necesidad de nada, haya podido dar existencia a esta fraternidad. Lo evidente es que existe la lucha de clases, que no pregona obviamente amor fraterno. Éste en política y en general le dificulta, por no decir imposibilita, el dinero, ¿quién no adora al becerro de oro más que a Dios? No hay nadie que viva tan preocupado por el dinero como los ricos, a excepción de los pobres. (Jardiel Poncela).     

Panorama social tras la Segunda República.

De la dictadura de Franco a estos que vivimos de calamitosa y corrupta política  la sociedad ha sufrido un gran vaivén. Bajo el punto de vista de la historial social, veamos al respecto lo que nos alecciona la "Historia Social de España. Siglo XX".   
Sería un error creer que el periodo 1939-1975 ha sido definido únicamente por el poder personal de Franco . La relativa estabilidad del periodo se ha debido, entre otros factores, a que el Caudillo reflejaba una coalición de fuerzas políticas vencedoras en la guerra civil. Tales fuerzas eran una mayoría del Ejército, en primer lugar, y después sectores de la clase media de Castilla, los propietarios agrícolas en general, los campesinos de Castilla y Navarra , los sectores industrial-financiero y la Iglesia. Quedaban excluidas como fuerzas políticas los sindicatos obreros y los campesinos, así como los sectores liberales de la clase media y las burguesías regionales, que, sin embago, conservaban su poder económico.
Nos presenta este texto la caída de de la coalición franquista debido al cambio social que ha traído la industrialización. Apunta, y esto hay que subrayarlo, por lo que de básico tiene, que los propietarios rurales han dejado de ser los principales detentadores del poder económico, puesto que su papel ha pasado  a los empresarios y banqueros.  

De política de nuestra actualidad "mejor es no hablar", como dice el conocido tango argentino respecto a las mujeres.


Ningún ideal político es panacea para todas las clases sociales, ocurre como la aplicación de los medicamento para nuestra salud, que mejoran o curan una patología mientras hacen mal a otro órgano, pueden crear otra enfermedad. 

Voy a terminar este artículo con una cita de auténtico desencanto político, la cual corresponde a Fernando Sánchez Dragó, y dice: 'Los políticos no son necesarios, pero ellos nos convencen de que los necesitamos para resolver los problemas que, sin ellos, no existirían'. Ellos sí tienen, y más en nuestros días la nueva casta política, necesidad de la política. 'Fuí a la Política -declaró con gran cinismo Eduardo Zaplana- para hacerme rico'.                      
       

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