martes, 8 de agosto de 2017

LA ENGAÑIFA DEL ENAMORAMIENTO Y DEL AMOR

La exhibición de los encantos físicos es incontrovertiblemente provocativa, pero no para el amor sino para el sexo. Es a éste a lo que invita Bueno, desde ha bastante tiempo al sexo también se le llama  amor.                              
El acto sexual ha pasado a llamarse <hacer el amor>, cuando lo que se practica es sexo y, generalmente, sin otro ingrediente que el deseo, sin otra índole de atracción   En nuestros días de tanto prurito de exhibirse es difícil el amor.  Cierto que muchas bellas lo son únicamente de cuerpo, e ir con ellas más allá del deseo implica emprender un camino muy peligroso, porque suele ir a un paraje sombrío, triste, cuando no dramático. Ello cabe afirmarlo con referencia a la mujer y al hombre. 


Poco vale una cabeza hermosa cuando no tiene seso, no pas de ser un bustoSi está acompañada por un escultural cuerpo, no pasa de ser una escultura, con el agravante de un busto y/o una escultura que hacen daño. Ello es tan triste como tener un alma bella y una fisonomía fea o un mal tipo. ; siempre nos causará penosa impresión. Marianela -en la novela de Pérez Galdós convertida por los Hrnos. Álvarez Quintero- o 'Cyrano de Bergerac', en la obra del dramaturgo Edmond Rostannd, que inmortalizó al triste poeta por su fealdad física:  una enorme naríz. . Ya no hay Roxanas, aunque se haya dicho que la mujer se enamora por el oído. Ni siquiera la mujer inteligente -que las hay aun cuando Schopenhauer defina a la femina como 'animal de cabellos largos e inteligencia corta'- acoge o acepta al hombre inteligente e nstruido, si su talento no va unido a otras cualidades que ella valora principalmente. Como dice Jardiel Poncela, 'lo único que a la mujer le interesa de l cabeza del hobre es el pelo'. A la belleza física -aunque se haya dicho lo contrario, también la m ujer se enamora por los ojos- antepone la la situación económica. ¡Ésta sí que enamora!, nada deslumbra tanto como el brillo del oro.. Y más al pobre, mujer u hombre., que, como dice el recién citado autor, 'no hay nadie que viva tan preocupado por el dinero como como los ricos, a excepción de los pobres'. 

Por lo que a ellas se refiere, nuestro Premio Nobel en Medicina Santiago Ramón y Cajal, en su delicioso librito -el diminutivo atañe solo a la extensión-  titulado 'La mujer', expone:
En el diccionario de la mujer "querer", no tiene, en la mayoría de los casos, más acepción que "estimar", es decir, "valorar".
Es, evidentemente, de un gran sentido práctico, aunque de corto alcance, y a pesar de ello... 'Poesía eres tú', que exclama Bécquer.Napoleón Bonaparte dira: 'Dios quiso ser escritor: su prosa es el hombre, su poesía, la mujer'. Se trata ante todo de que el hombre la poetiza, así Quevedo, en 'Los sueños', cuando escribe: 
Quien no ama con todo sus sentidos a una mujer hermosa, no estina a la naturaleza su mayor cuidado en la mayor obra. Dichoso es el que halla tal ocasión y sabio el que la goza.
De acuerdo si esta hermosura es de cuerpo y alma. Pero recordemos que también objeta:
Las mujeres son tales que, con sus ruinadades, con malos tratos y peores correspondecias,, les dan ocasiones de arrepentimiento cada día a los hombres. 
Nuestro enamorado poeta -'polvo seré, mas polvo enamorado'- hace, por supuesto, alusión a la generalidad del sexo. 

El aserto de lord Byron: 'Maldición: No podemos vivir con ellas, ni sin ellas', ha de interpretarse como regla general, las excepciones son: vivir con ella a gusto, es decir, 'según conviene, agrada o es necesario', o vivir sin ella a gusto. Importante es, desde luego,  la homogeneidad de la pareja, pero no lo es todo, ni mucho menos, 

Enamoramiento inteligible. 

Enamorarse es sentirse encantado por algo.
y  algo  solo puede encantar si es  o parece
ser perfección.
                     - Ortega y Gasset -  

¿Cómo no ha de enamorarse quien a su altura esté para percibir su valía en todo, de mujeres como Scherezade? Indefectiblemente ha de enamorar su belleza física, cultura, bondad, Véamos su descripción en 'Las mil y una noche' :
Había leído mucho y poseía una memoria prodigiosa. Había estudiado filosofía, medicina, historia y bellas artesy componía versos mucho mejor que que los más celebrados poetas de su tiempo. Además, su belleza era perfecta y su corazón solo albergaba los sentimientos más nobles y generosos.
En este índice de valores, ocurre que hoy día los de índole moral se cotizan a la baja. El saber, de nada vale, y en cuanto a la bondad constituye una pega tremenda en la relación entre hombre y mujer. Cuando solamente se halla en uno de los dos, el otro está perdido, será la víctima propiciatoria, en ella fácilmente su otrora enamorado, o su otrora enamorada, su maldad, su crueldad, que ésta es el placer más antiguo de la humanidad, según Nietzsche, y en el que el hombre, dicha sea genéricamente, supera a las bestias, en opinión de Gracián. 

En cuestiones de amor es mucha la hipocresía que se desplega; yo no sé si, como suele decirse, la mujer es actriaz a nativitate, de nacimiento,, lo que no gnoro es que hay también buenos actores, tanto más fingimiento cuanto peores somos, porque más necesitados estamos de practicarlo -como el más corriente y vulgar es el más necesitado de darse importancia. La mentira es el arma defensiva de los malvados, sean inteligentes o tontos. En este sentido el gran compositor Amadeo Vives, que no solo escribía en el pentágrama, consignó en uno de sus artículos que 'los malos son los que poseen una más profunda intuición de los caminos de la simulación y de la farsa. Hay personas imbéciles para todo lo demás y geniales para la maldad'.Bécquer en su Rima XXXV  lanza un lamento de desengaño:  
¡No me admiró tu olvidp!Aunque de un día,
me admiró tu cariño mucho más,
porque lo que hay en m´que vale algo,
eso... ni lo pudiste sospechar.

Prueba fehaciente de la falta de enamoramiento.



La inmensa mayoría de rupturas matrimoniales, o de parejas en general, son producidas por necios, a veces necios integrales, y, por consiguiente, de una manera irresponsable, sin poder medir el impacto que produce, las consecuencias, del paso a dar. y además se ensañan en él. Ocurre, pues, que como stultorum infinitus est numerus, el número de tontos es infinito, una vez que se dio rienda suelta al divorcio viene produciéndose en una estadística aterradora. Tendrá razón Groucho Marx al manifestar que 'el matrimonio es la principal causa de divorcio'. Como estulta justificación de romper la coyunda matrimonial, se puso de moda hablar de amor y desamor. No, no es amor y desamor, es, en líneas generales, que, como reza el dicho, 'la mentira prevalece hasta que la verdad aparece': un día el que hacía de "tartufo" -valga decir también "tartufa"- falla en su papel a representar y hace del otro un muñeco roto. Cuando el amor se olvida, ¿tú sabes dónde va?, pregunta el poeta, y hoy nos preguntamos tantos y tantos, empeñados en llamar amor a lo que no paó de cariño, si es que alguna vez existió. No existió amor, pues creo con Ortega y Gasset
Un amor pleno, que haya nacido en la raíz de la persona, no puede verosílmente morir, va inserto por siempre en el alma sensible. / Las circunstancias -por ejemplo, la lejanía- podrán impedir la necesaria nutrición, y entonces ese amor perderá volumen, se convertirá en un hilillo sentimental, bree vena de emoción que seguirá manando en el subsuelo de la conciencia. Pero mo morirá: su calidad sentimental perdura intacta.  
Para nuestro filósofo 
el amor es un hecho poco frecuente y un sentimiento que solo ciertas almas pueden legar a sentir ; en rigor, un talento específico que algunos seres poseen, el cual se da de ordinario unido a los otros talentos, pero puede ocurrir aislado y sin ellos. 
Sí; enamorarse es un talento maravillososo que algunas criaturas poseen, como hacer versos, como el espíritu de sacrificio, como la inspiración melódica...   
 El culto que se está dando al sexo viene a ser una implícita invitacón de volver a Sodoma y Gomora y otras épocas por este estilo -la del Renaciento, por ejemplo, que puede incluir algún que otro papa- se halla en contraposición a crear uniones diuraderas. Ya son muchos los partidarios de la efímeras y elogian éstas considerándolas las pertinentes, la racionales, y abiertamente detestan del 'para toda la vida'. Se están formando personas ineptas para la maternidad y paternidad responsable, que no entiendan que los hijos han de estar al lado de los padres para su completa formación, educación en todos los órdenes. Castelar, en su biografía de Lord Byron,escribe: 'La razón, los libros, las escuelas, el padre, nos dan las ideas: los sentimientos, siempre los dan las madres; el carácter, siempre las madres lo forman'. 
     
Hueras palabras son las que tiendan a minimizar los males, daños de por vida generalmente, que repercuten en los hijos de padres  divorciados, aunque obviamente sean distintos cuantitantiva y cualitativamente en las familias deshechas. Los que viven en "pareja" inclusive. ¡Ay de los hijos que suelen empezar siendo armas arrojadizas! No he dejado de hablar en algún artículo, ya en prensa, ya en mi blog, del estrago de toda índole que crea el divorcio. ¿Quién, además, no tiene a la vista un matrimonio, de un conocido o familiar, truncado? Dolorosa desunión de lo que era una "unión" que hay que escribirla entre comillas. Lo malo en principio es que 'lo que más se parece a un amor verdadero es un amor falso'.

La mujer tras las dos guerras mundiales. 

El acceso de la mujer al trabajo ha marcado otra postura de ella respecto al hombre, y que con toda amplitud se refleja en el matrimonio al que ya no tiene que ir de arribada forzosa. Ya no tiene que depender del padre, del hermano y estar su futuro en el marimonio Ya no es, ni soltera, ni casada, una mantenida. La mujer rica es evidente que nunca lo fue, pero de tal modo se había impuesto el varón que ella en lo económico, aun así, había de estarle supeditada: el marido tenía potestad de mandar en la administración de sus bienes, y aún de practicar ventas contra la voluntad de ella. Hasta la dictadura de Franco -tercera de nuestra Historia, edad contemporánea tras la de Francisco Serrano y Miguel Primo de Rivera- vestigios hubo de de tal atribución legal al marido. Recordemos aquí la frase de Jardiel Poncela: 'Ya es hora de que empiece la mujer a trabajar y descansemos los hombres'. Nada de descanso, tuvo el mariodo que ayudar a la esposa en las faenas del hogar, puesto que falló en gran medida el servicio doméstico por razón de número y de encarecimiento. En suma, tomo la sociedad otros parámetros. Para estudiar toda esta metamorfosis económico social de la mujer, buena fuente de información, entre otras obras, es 'La secreta guerra de los sexos', de la Condesa de Campo Alange. 

Este tema del enamoramiento y del amor es  bastante complejo, claro es que se compone de elementos diversos, y que es complicado, enmarañado, difícil. Para el susodicho filósofo de 'La rebelión de las masas', 'el hombre es él y sus consecuencias'. Y tratándose de amor cuenta también la Geografía y la Historia. 


             

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