jueves, 11 de septiembre de 2014

Ilustres políticos y otros peyorativos ilustres de nuestro tiempo. Y otras irregularidades.

Ya sólo meten en la cárcel a los que pueden vivir 
perfectamente fuera de ella.  - Antonio Gala - 

Ha acabado el reinado de corrupción pero ésta, no; cada día salen nuevos nombre a la concurrida palestra de la corrupción. No sé ni cómo caben. Banqueros, militares, políticos, funcionarios, particulares (ladrones de profesión o de afición): en todas parte coecen habas, menos en la holla de los pobres, a los que se condena sin tanto requilorio por hurto famélico. -Antonio Gala en frase lapidaria que debiera exhibirse en el Congreso de los Diputados, y que yo he citado más de una vez porque es fiel retrato de nuestra época-. Se llevan la palma los políticos y los banqueros, que vienen a formar una masa, aparte del político que pasa a ocupar un alto cargo en la banca, algo sumamente impropio; en fin, todos los hechos raros que surgió a nuestra vista. Para el corrupto, se trate de un político,de un banquero, de quien fuere, debiera impedirse el indulto, pero, lejos de ello, bochornosamente se desimputa a evidentes cacos. 

A propósito, ¿se desimputará a la infanta Cristina por segunda vez? "Todo es posible en Dinamarca", decía Hamlet, y hoy día también puede afirmarse que "todo es posible en España". En esto de la corrupción se está dando una imagen enormemente vergonzosa, véase cómo habla la prensa extrajera de nuestro país, empezando por el comentario a la ingente fortuna atribuida a don Juan Carlos de Borbón y Borbón. ¿Por qué será que el nuevo rey ha prohibido a su padre dedicarse a los negocios? Se dedicó a lo largo de su reinado a ello, pese a estarle vetado a un monarca constitucional. Esto es impepinable y a lo que parece contagió al reino, pues, como el citado Gala dice, nada es tan contagioso como el mal que desciende de lo alto, de quienes deberían ser ejemplares, y son, además de corruptos, corruptores. Hasta conseguir, como vemos, que la sociedad, envidiosa, desee ser corrompida y admire a los ladrones. Ya Antonio Machado escribió: 


La envidia de la virtud
                                                            hizo a Caín criminal.
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
                                                           es lo que se envidia más.  
Entre ella y él. 

La reina Sofía tiene motivos innumerables para estar súper quejosa de su cónyuge: le descubrió su infidelidad conyugal al poco de morir el dictador Franco, es decir de ser reyes. Y desde entonces alcobas separadas y él fue desde la de una bella a la de otra. Aun bajo la protección de la censura en que estuvo la monarquía juancarlista, no dejó de trascender a la ciudadanía las amantes fijas, que no excluían las volátiles o pasajeras, del monarca.

Al ex rey Juan Carlos tampoco le han faltado poderosos motivos para encontrarse a disgusto con su mujer. Recientemente podíamos leer en "Diario de Mallorca", y con el titular "El Rey dejó de veranear en Marivent por culpa de los griegos": 
No podemos olvidar la reiteración de motivos, según los cuales don Juan Carlos de Borbón dejó de venir a Mallorca por el escándalo de Urdangarin o por su amistad entrañable con Ciccicorina, pero podemos contarles la verdad. El Rey Padre, hoy tan desaparecido como Jordi Pujol y por los mismos motivos, se hartó de soportar a Constantino de Grecia y demás gorrones griegos. Es duro tropezarse a cada paso con Irene de Grecia, invocando por los pasillos de Marivent a los santones hindúes reencarnados en vacas. Por no hablar de Sofía de Grecia, a la que su marido querría aplicar la solución israelí. 
Un gran disgusto dio doña Sofía a su marido cuando en el apogeo del caso Nóos partió para Washington a ver a la hija y el yerno y se retrató con ello. ¡Qué tremendo despropósito! El rey y su Casa querían cubrir el expediente, simulando distanciar al matrimonio, pero ella no tuvo en cuenta que por encima de su papel de madre estaba el de reina. ¡Que burla a la nación! ¿Y qué ha venido pasando con el matrimonio en cuestión en las Navidades? Que se reunían en La Zarzuela. ¿Y qué ha hecho el ex rey Juan Carlos con su chalet de Baqueira Beret? Permitirles que en verano pasaran en él los fines de semana. ¿Dónde esta la ruptura familiar con ellos? La única separación que ha habido ha sido eliminarles de los actos oficiales. Es, en fin, un tema manoseado y que, a base de serlo, ha de ser archisabido de todo el mundo.   
 
La familia real nunca ignoró lo que pasaba en su casa. 
 
Se considera unánimemente que don Juan Carlos tenía conocimiento de los negocios -su nombre crudo es el de estafas- de su yerno en colaboración con su socio Diego Torres. ¡Cómo no había de saberlo si Urdangarin se servía en sus actividades hasta del Palacio de Marivent y en él le ayudó para su entrevista con Francisco Camps y Rita Barberá! Al hacerse el peligro inminente le hizo ausentarse de España, colocándole en Washington, lo que implicaba protegerle. Nadie duda de que el matrimonio Urdangarin-Borbón se fue a Estados Unidos huyendo de la quema, como suele decirse; se vislumbraba el momento de aflorar el affaire del cuarteto Torres-Tejeiro y Urdangarin-Borbón.Natural y lógicamente la disyuntiva es  esta: O lo sabían todos en la familia o no lo sabía ninguno, pues que, de saberlo uno, lo sabían todos. Ahora nuevos e-mails a que Diego Torres echa mano para demostrar que Felipe VI sabía a qué se dedicaba el Instituto Nóos. 

¿Conseguirán los políticos que fracase la Justicia ante la infanta Cristina?

El juez Castro considera "hiriente", podemos leer, que la infanta no esté imputada de más delitos, pero, como es sabido, la Audiencia Provincial de Palma la ha dejado reducida a los delitos fiscales y de blanqueo. Todo y todos fueron contra tan digno magistrado. El bipartito, que no goza de buena salud, que se está jugando su existencia, juega a hacerse el haraquiri con el caso de la infanta, mientras constituye para Felipe VI el principal problema como asegura "tiempo" en un artículo en que recopila los hechos que jalonan esta historia, en la faceta del pleito y en la de la situación familiar de la infanta. De momento goza de su privilegio de realeza, cual el hecho de disfrutar de un apartamento de muy elevada renta. Leemos:  

La infanta vive actualmente en Ginebra, donde representa a la Caixa en la Unesco. Su apartamento cuesta 15.000 euros de alquiler al mes, aunque el marido está sin trabajo. Está sola, sin amigos. No se habla con su hermano Felipe y la reina Letizia, según la prensa internacional, le odia. Pero su hermana, la infanta Elena, y sus padres están a su lado, aunque fue separada de toda actividad oficial en cuanto aparecieron las primeras noticias del escándalo, y desde la proclamación de su hermano como rey ya no pertenece a la familia real, sino solo a la familia del rey, al igual que Elena.    
¿Con qué paga laboral es premiada quien tiene absoluto desconocimiento de temas bancarios como quedó puesto de relieve en su declaración ante el juez Castro? ¿Cuánto paga también España? ¿Continúa/n teniendo escoltas? Ha de poner dique de contención el nuevo rey a tanto desbordamiento en el seno familiar, tanto en la familia del rey como en la familia real ¿Qué va a pasar con sus padres? ¿Se divorcian o no? Su situación es inestable en todo y por todo. Federico Jiménez Losantos ha analizado en su programa y en el espacio "Crónica Rosa" tanta inestabilidad: 

 
  
Un reinado preñado de problemas que le auguran efímero.  

El principal problema que tiene Felipe VI es el de su hermana Cristina, que es insoluble, malo si permanece imputada -correría el riesgo de ser condenada y encarcelada-, y malo, por lo que para la sociedad implicaría de desafuero, el que por segunda fuera desimputada. Se comprende fácilmente la gran preocupación que ello implica para su padre, la cual Consuelo Font, en su artículo en El Mundo, titulado "La jubilación del rey Juan Carlos: paseos, piscina y gimnasio",  expone así:  
La que realmente le quita el sueño, de nuevo imputada a principios de julio por blanqueo y delito fiscal, y pendiente ahora de que la Audiencia de Palma resuelva el recurso que le libre o no del banquillo. Al ex monarca, que se siente impotente para ayudarla, le produce inmenso dolor ver a su hijo hundida y a sus cuatro nietos pasando un calvario, aunque es conscientede que su obcecación amorosa por Urdangarin, a quien no quire ver ni en pintura, ha provocado en buena medida esta hecatombe.  
¿Hundida Cristina de Borbón? Hasta la fecha no tanto. ¡Cuántos hundidos quisieran poder pagar un apartamento de 15.000 euros al mes! Otra cosa es el futuro que se le puede presentar. Si Juan Carlos no quire ver ni en pintura a su yerno, lo mismo le ocurre a la familia de éste con él a quien atribuyen el desvío del buen Iñaki. Por otra parte cabe considerar en cuanto a Cristina -incluido su padre- que, pudiendo, y debiendo,  haberse rebelado contra la conducta de su marido, la secundó, en ella encontró colaboración. Es impepinable, y se ha comentado hasta la saciedad, que Urdangarin por sí mismo, así como su socio Diego Torres, no hubieran podido trincar tanto. No habla positivamente algo que desde un principio hemos venido viendo y que antes quedó apuntado: que su hermana, la infante Elena, y sus padres estén de su parte, y, al cobijar a ella, cobijaron a él. No es esta la postura a adoptar en una familia real, por muy hija que sea, ante todo las obligaciones y deberes "profesionales": Ya lo he comentado otras veces, y en alguna consigné el ejemplo de Guzmán el Bueno. 

Con el fardo de la pestilente corrupción a cuestas. 

Pestilente en su acepción de maloliente y en la de que enfermedad contagiosa.  
  
De tal fardo no deja de ser culpable el honrado ciudadano que "no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos".En otra ocasión cité la opinión del dramaturgo alemán Bertolt Brecht y vuelvo a citarla. Al político le viene muy bien no ser controlado por la sociedad a cuyo servicio está, pero a ésta... Pues sencillamente, se auto-destroza. El político ha terminado poniendo la sociedad a su servicio. Tarde se ha dado cuenta el analfabeto político, el indiferente a tales manejos, de la traición política, de que el político, dejado de la mano de la ciudadanía no defiende, generalmente, otros intereses que los suyos y los de sus colegas, la clase política a la que se ha terminado, y no en balde, denominándola casta. La casta de los llenos de privilegios, incluido el de aforado, aforamiento que es una ventaja sobre la ley, quebrantando el artículo 14 de la Constitución.            
                                                                       
  
En todos los gobiernos ha habido casos de corrupción: González, Aznar, Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy. En las tres legislaturas del primero hubo treinta y tantos; en las dos de Aznar, ocho. Otros tanto en lo que llevamos con el desde su primer momento decepcionante Rajoy. Todos se despepitaron por ignorar corrupciones, mirar a otro lado o darlo el carpetazo. Rajoy y Cospedal han tratado y tratan de evadirse de los sobres que Luís Bárcenas repartió, pero últimamente se asegura que cobraron tales sobresueldos que este tesorero del partido estuvo distribuyendo durante veinte años. Como podemos leer en la web, la corrupción política ha sido una constante desde la aprobación de la Constitución en 1978 hasta nuestros días, pervitiéndose al sistema democrático y debilitándose la confianza de la sociedad en sus representantes políticos.

Está plenamente justificada toda protesta contra los políticos; como consigné gráficamente ha seis meses en alguna parte, y permítaseme auto-citarme, "ellos han dejado a una gran mayoría de la ciudadanía sin pan, trabajo, techo, a pesar de garantizarlo la Constitución, y que, lejos de tratar de corregir, se incrementa, ahogando económicamente, esquilmando al ciudadano. ¿Por qué el Gobierno de Rajoy no limita la política de recortes a los Corruptos -a éstos recortarles todo lo trincado- y aplicándola también a una drástica reducción del excesivo número de políticos? La solución sería -lo ha probado más de un economista- eliminar las Autonomías, que son insostenibles económicamente amén de crear otros males, Y, por supuesto, no es menos pertinente y apremiante empezar a defender con energía la unidad de España". Se ha ido quebrando lo que la Constitución proclama: trabajo, vivienda, educación, sanidad, justicia, todo ello se halla en un estado lastimoso. 

La política siempre fue ilógica y de entrañas no muy buenas, que digamos; siempre la persona tuvo que luchar por salir de la opresión, por la justicia social. En nuestro siglo XIX se dio un gran avance, que la crisis actual -crisis letal- ha echado a pique. Pese a su carácter universal, en España es tanto peor cuanto que el reinado de Juan Carlos I es el de la corrupción por antonomasia. Fernando VII hizo grandes negocios, pero fue el último rey alsoluto; los verificó también su viuda María Cristina con su segundo marido, Fernando Muñoz, por lo que fueron expulsados del país. Tampoco dejó de dedicarse a negocios el destronado Alfonso XIII, aunque a un rey constitucional le esté prohibido. Ha sido necesaria la llegada de Felipe VI para prohibir a su padre hacer negocios, cosa que pudo hacer cualquier gobierno del bipartito. A los políticos no podrá pararlos en tal actividad, él no gobierna, pero bueno es que la familia real dé buen ejemplo. Esa connivencia que hubo no está marcada, ni mucho menos, por la Constitución, la cual tanto se ha quebrantado, tanto ha servido de comodín. 

No hay relevante linaje en muchos políticos, van ellos a la política para adquirir relieve y posición económica, y en pos de ésta suelen corromperse. De aquí que se diga que la política corrompe. (Cierto que el humorista George Bernard Shaw afirma: No es cierto que el poder corrompa, es que hay políticos que corrompen al poder). Lo cierto es, reitero, que en corrupción política nunca se ha llegado a la aterradora estadística de hoy día. Ni se encontró a lo largo de la Historia una infanta imputada por sus chanchullos, llegando también al colmo el caso de Pujol & familia, que ningún gobierno central quiso ver y actuar en consecuencia, trinque de tal calibre que únicamente puede concebirse en un país tercermundista. Así está adornada España y se hacen ilustres tantos políticos y no solamente políticos.

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