viernes, 16 de mayo de 2014

El ciudadano está ansioso de justicia. También de pan en aterrador número.

La España actual, en estos últimos tiempos, ha generado una
clase política singular, intensamente corporativa, defensora de
sus privilegios y caracterizada por el denominador común  de
considerar que los ciudadanos son idiotas, menores de edad
y conviene que no sean muy  protagonistas de  nada  que no 
sea servir de auditorio y aplaudir enfervorizadamente. En espe_
cial en tiempos electorales.
-Ignacio del Río,  artículo  "Debate electoral en el país de la 
fantasía" - 

Satisface al ciudadano que la Audiencia de Sevilla haya rechazado el recurso interpuesto por la ex ministra Magdalena Álvarez, se está hartos de de los sobresueldos de los políticos, de los "Sobres" y de todo tipo de la corrupción política, que constituyó regla general. Casi ya encaja la viñeta siguiente.     
                                                                                    

Hay jueces que no se intimidan de encausar a un político que trinca o ha trincado, aunque se halle absurdamente el Poder Judicial bajo el mando del Ejecutivo. ¿Qué sería si el Poder Judicial fuera independiente? Tendría la posibilidad de encausar no ya a ministros, sino a ex presidentes y al mismo presidente si inicio hubiera para ello. Entonces si que habría verdadera justicia, porque, como dece Paul Auster, si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia. Se ha hecho justicia, dejando a Aznar en el lugar que le corresponde.  
                                                                                  

Para facilitar la lectura de la letra pequeña, paso a transcribirla. 

"Una sentencia judicial ha demostrado que cobró sobresueldos del PP cuando ya era Presidente del Gobierno.
Es un trincón por incumplir la Ley de incompatibilidades cobrando del Estado y del PP al mismo tiempo. 
Es un mentiroso por haberlo negado.
Y es un tonto por interponer una demanada "en defensa de su honor" contra una información de El País titulada "El PP pagó sobresueldos a Aznar cuando ya era presidente del Gobierno".
Esa demanda es la que se le ha vuelto en contra a este tonto falto de honor. 

Que expliquen ahora cómo consiguieron el dinero magro para los sobresueldos."

Ni que decir tiene que ninguno de ellos lo va explicar, está en investigación judicial y debe salir a luz aun gobernando el PP. Obviamente es para Rajoy y la Cospedal la clásica espada de Damocles, pero como la justicia camina lenta... Sí, camina lento, y a veces -esto es irritante- la frenan en seco. Repito, debiera ser libre pero es dependiente. 

El diario El País publicó documentos al respecto e incluyó en "La tribu de los sobres"  del PP a Aznar, Rajoy, Cospedal, Rato, Mayor Oreja, Álvarez Cascos, Acebes, Trillo... 
                                                                               
                                                                                
Es de esperar que tras haber quedado Aznar como ha quedado, los restantes no querrán que les suceda lo mismo. Quiso que le legalizaran una mentira para quedar honorablemente -por ser yo quien soy: un ex presidente- y le salió el tiro por la culata. Con gran satisfacción vimos que el juzgado de instrucción número 4 de Pozuelo de Alarcón (Madrid) desestimara la demanda de Aznar contra el diario El País

Los políticos personae non gratae, personas no gratas. 

Los políticos han llegado a ser el terror de la sociedad, una pesadilla para todo ciudadano que no sea político ni gran capitalista. Pesadilla tanto en su acepción de "persona o cosa enojosa y molesta", como en la de "preocupación grave y continua que se siente a causa de alguna adversidad". ¿Qué mayor adversidad que ver cómo te devoran? Gravando la propiedad, casi anulando el precio del dinero, su rentabilidad, subiendo todos los impuestos y creándolos nuevos, etcétera. Y en cuanto a las prestaciones sociales, que las paga el ciudadano, educación -recientemente ha habido una protesta unánime de los rectores de Universidad-, sanidad, etc, pues a recortar y recortar. Y qué puede decir de esta política estranguladora de este reinado de Juan Carlos I -casi cuarenta años de declive- el que, joven o maduro, no encuentra trabajo, el que se ve ante el desahucio por no poder pagar la hipoteca al banco o la renta al casero. Rentas leoninas desde ha mucho tiempo. Y es doloroso que por tan flaco servicio, visiblemente lesivo, de los políticos estén más beneficiados económicamente que "La bien pagada", pues además de pagados con largueza y sus privilegios, perciben sobresueldos; en fin,  corrupción ilimitada.                                                                                      

Paso también aquí a transcribir la letra pequeña para facilitar su lectura: "España apesta a corrupción, a enchufismo, a recortes sociales, a justicia corrompida, a fraude fiscal y explotación laboral y por supuesto apesta a pasotismo de buena parte del pueblo".  


No se da ningún paso eficaz, y así desde... .

De las Autonomías, de cuya demolición ningún presidente quiere saber, he tratado en varios artículos. Es apremiante su desaparición.  



Rajoy emplea su mayoría absoluta y sus tijeras para hacer recortes a los votantes que le concedieron tal mayoría para que hiciera algo que resultara muy positivo.
                                                                               
  
La corrupción -ya lo he dicho e innumerables veces sostenido- no desaparecerá mientras el Poder Judicial no sea independiente. Vienen clamando por ello los jueces junto a la ciudadanía.                                                                           

Rajoy y Gallardón también han hecho oídos sordos a tan imperiosa petición de ellos y de la sociedad. Y, por añadidura, faltando a la palabra dada en las promesas electorales. El poder ejecutivo es muy débil con la corrupción y se explica, habida cuenta de que ésta se encuentra principalmente en los políticos y los banqueros -desastre cuando fueron los dos en uno-, y sálvese el que pueda. Son los Tribunales de Justicia los que han de limpiar la corrupción política, así como poder atender y defender al ciudadano con toda garantía de que privará el hacerse justicia. No que se dé esta circunstancia: 
                                                                                      
Yo invito a leer este escrito: La Justicia Europea demuestra que los políticos españoles legislan y aplican leyes contrarias a los derechos humanos fundamentales. De él entresaco estas líeas definitorias.
Buena parte de la legislación española, incluye el diseño abusivo de un Estado sin ciudadanos, hecho para someter al pueblo y para gloria de políticos sátrapas, sería hoy rechazada por cualquier Justicia del mundo. [...] ¿Alguno ha preguntado a los ciudadanos si quieren que una parte de sus impuestos financien los partidos políticos? Esa financiación forzada es otro insoportable abuso de poder en España de os muchos que la Justicia Europea rechazaría.
En España la sociedad civil únicamente cuenta en política cada cuatro años para votar, a tal extremo le ha confinado los políticos del reinado juancarlista, luego dicen eufóricos, optimistas, que España es modelo de democracia. Jajay, ni siquiera de seudodemocracia, porque se ve a simplevista que no es ni falsa democracia. Hablando de ello, ya acudí a la contestación que al respecto dio Antonio Gala a Mariano Rajoy. Es impepinable que la sociedad civil ha de recuperar su papel de tener voz en política, que a su servicio está la política, y no al contrario como parece pensar, y a las pruebas me remito,  esta casta política que se ha creado. 
                                                                         

Idea que ya emitió la londinense Mary Shelley (1797-1851), conocida generalmente por su novela Frankenstein. 
                                                                               
   
Es una tremenda injusticia que la caridad sea necesaria. 

Vienen mitigando la crisis organismos como Cáritas Española, que recientemente ha alertado "de la pérdida de derechos básicos como la alimentación y la vivienda". (La Voz de Galicia -07 de mayo de 2014-) 
                                                                             
   
¿Cómo o de qué calificar una política que elimina derechos básicos, por lo que va contra la Constitución Española y contra la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea; a unos políticos indiferentes a la justicia social? 
                                                                                
A lo que parece, en España hiere al político en general -no hay regla sin excepción- la justicia de todo tipo, asimismo valores humano como                                                                     
Si la justicia, como ya dejo remarcado, brilla por su ausencia, ¿qué decir de la honestidad, respeto, cortesía hacia la ciudadanía? El hacer de un Gobierno ad libitum, a su gusto, a su voluntad, prescindiendo plenamente de la opinión del ciudadano, así como protegerse mediante la policia de la protesta de éste, llegado el caso de la misma, y permitir, además, la manera brutal de algunas intervenciones policiales, las llamadas "cargas", todo ello tiene sabor de dictadura. Por otra parte, y esta es otra triste realidad, pagamos los escoltas de Urdangarín. Hay cosas que se mueven en parámetros de vesania, pues ya no cabe tanta sinrazón. 

Es una descomunal injusticia que la Justicia esté atenazada por el poder; sencillamente, a los pies de los políticos.

Es de vergüenza ajena, que traspasa nuestras fronteras, que España sufra tanta arbitrariedad  gubernamental. A este desastre de cinco años a hoy se ha llegado por cuantos errores políticos ha incurrido el bipartito gobernante siempre, y en especial en este lustro, ensanchado su radio de acción lesivo  a la ciudadanía, a lo que hay que sumar el desenfreno de la corrupción. Recordemos que el duque de Palma -en Palma, por cierto, le han quitado la calle a su nombre, pero el rey todavía no le ha exonerado del título nobiliario. ¿A qué espera?- dijo a su suegro: En España cada uno hace lo que quiere, así que yo también. Esto es el despilporre, no cabe mayor desbarajuste, aunque ante la situación de ruina y desesperación del pueblo el Gobierno permite que haya un atisbo de justicia, pero ya veremos cómo en este aspecto se presentan tiempos próximos. Y el caso estrella es, evidentemente, ver si se hace o no justicia con la infanta Cristina. 

Recientemente surgió la noticia, supuestamente alarmante para el PP, de que el juez Rus pide a Suiza identicar el títular de seis cuentas en el banco de Bárcenas. En la voluntad de todo ciudadano está que no intercepte la realeza -aunque en la corrupción, el robo, haya individuos de la realeza por medio- ni el bipartito, triángulo gobernante en la monarquía que creó Franco ad libitum, a su gusto, la justicia que quieren hacer jueces heroicos indiscriminadamente. Ya es bastante vergüenza, es decir, injusticia, el indulto, y de éste se ha abusado bastante. No es cuestión de ser pesimista desconfiar de que el juez Castro pueda llevar hasta su última consecuencia el caso Nóos, encartando definitivamente a la mujer de Urdangarín, pues que lo está tan indubitadamente como todos los demás. 

Mentira elevada a mentira desvergonzada. 

Hoy en política todo es mentira; sí, y una mentira de lo más descarada, tanto es así que a veces tiene ribetes de demencia.


De la mentira de los políticos hablan  grandes pensadores, porque hay que ver cómo la afean, la hacen más repelente, repulsiva, repugnante, de lo que es en principio.He aquí, por ejemplo, al novelista y ensayista inglés.
                                                                          

¡Ya es mentir sin rebozo, con el mayor cinismo, emitir mentiras que son archiconocidas como tales! Por ejemplo, oir afirmar a Rajoy que estamos saliendo de la crisis , que estamos mucho mejor que hace dos años. En fin, necesario que la sociedad civil recupere su protagonismo, que es de ella, y no de los políticos. Y que se controle a éstos, que el ciudadano no sólo tenga voto cada cuatro años, también voz y a diario. Para ello es conditio sine qua non, condición indispensable, que los medios de información y los tribunales de justicia puedan ejercer su papel. ¿Es que se disipó la Ética, la Moral? ¿Es que sólo hay políticos, banqueros y mercados? Políticos que, como ya hemos visto, pretenden nada menos que legalizar su mentira para dárselas de intachables.Y, por otra parte, hay otros aferrados a realizar su  mala voluntad a través de  emitir leyes que la cubran de bondad. Ignoran o afectan ignorar que, como sostiene Montesquieu, una cosa no es justa por el hecho de que sea ley. Debe ser ley porque es justa. Notorio es que existieron y pueden existir leyes nefastas; cuando menos, injustas, dañinas, para muchos. Porque, como también emitió este cronista y pensador político, no hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes, y bajo el calor de la justicia. De esta manera y bajo este Gobierno se quiso imponer silencio a los medios de comunicación y al ciudadano en general. La prensa se rebeló, obviamente. Tremenda tiranía se pretendió.
                                                                             
  
En este sentido de la máscara política, estas citas y otras, también conocidas, he engarzado hablando de estos temas a los que hacen oídos sordos, es decir los políticos, especialmente el bipartidismo, cuya meta principal es la defensa de continuar siéndolo. ¡Y de este tripartido, monarquía incluida, no salimos, no evolucionamos! (Si cambió el tripartito catalán). Tanto el PSOE como el PP no son contricantes, ni mucho menos, sino partidos turnantes, que como a los de Cánovas y Sagasta se les puede denominar también de "partidos tunantes". Ni que decir tiene que no eran tan pícaros y taimados como los de hoy día, que, en principio, no existía el trinque, el robo. Esta circunstancia ha generado la idea del parasistismo de los políticos como explaya Hans-Hermann Hoppe: 
                                                                                 

(Terminenos su aserto) - miles de leyes y reglamentos". ¿Se consiguirá que acepte el político respetar al ciudadano, lejos de crerse que a él está supeditado? 
                                                                                                                                                        

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