sábado, 6 de agosto de 2022

SANGRÍA EN MUERTOS Y EXILIADOS QUE IMPLICÓ LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA DE 1936

El historiador norteamericano Gabriel Jackson cita alrededor de ciento ochenta mil sentencias de muerte ejecutadas, la mayoría de ellas firmadas por Franco. En 1943 hay una población reclusa de doscientas mil personas. Ello aparte los campos de concentración y los "batallones de trabajo". Éstos construyeron, entre otras obras,la basílica del Valle de los Caídos. No sólo los explotó el Estado franquista, también grandes Empresas de la Construcción, cuyos propietarios estaban muy adheridos al Régimen   


Costó sangre la obra faraónica en homenaje a los caídos. 


Españoles que se ausentaban de España.
 

Cruzaron la frontera pirenaica cerca de medio millón de personas, algunas regresarían progresivamente, pero más de trescientas mil optaron por permanecer exiliados. Por supuesto, así lo decidieron las figuras de la República  -el regreso implicaba indefectiblemente su fusilamiento- y en el exilio murieron. Azaña murió en 1940en el pueblecito francés Moutuban, Largo Caballero falleció en la capital francesa en 1946. Los dirigentes comunistas Dolores Ibarruri y Santiago Carrillo, así como los generales Antón, Lister y Modesto, se fueron a la Unión Soviética. A ésta también se exilió "El Campesino", pero fue deportado a un campo de concentración acusado de anarquista. Se fugó a Persia y fue devuelto a Rusia por los británicos; finalmente consiguió escapar de nuevo y se instaló en Francia.  

Peor suerte les esperó al dirigente anarquista Peiró, al presidente de la Generalitat, Lluis Companys, y al ministro socialista Zugazagoitia, los tres fueron fusilados en España. Peiró se negó a aceptar el ofrecimiento que le hicieron de salvar la vida a cambio de colaborar en la organización del sindicalismo falangista. Los tres fueron capturados en Francia por los ocupantes nazis y entregados al Gobierno de Madrid.

El balance de los muertos producidos por la guerra civil, según el citado Jackson, es de seiscientas mil personas. Las distribuye así: cien mil en el frente de batalla; diez mil a causa de los bombardeos aéreos en las ciudades; cincuenta mil por motivo de hambre y enfermedades; veinte mil causa del terror desencadenado en la zona republicana; doscientos mil por el terror abierto en la zona nacionalista, y doscientos mil más que serían personas republicanas desaparecidas o ejecutadas entre el final de la guerra y 1943. El escritor Ramón J. Sender cita hasta tres cuarto de millón ejecutados en la zona nacionalista entre el inicio dela rebelión y y mediados de 1938. 

Informaciones del Colegio de Abogados de Madrid citaban que en Sevilla, en las primeras cuatro semanas de guerra fueron asesinados nueve mil trabajadores, y un año y medio después superaba los veinte mil. El ministro francés Bernanos cifra en tres mil cuatrocientos los muertos en Mallorca en el primer año de la guerra, ni la "Isla Dorada" se libró de los crímenes de ambas zonas contendientes. Siguiendo con Andalucía, un testimonio citado por Tomás Alonso Maldonado, quien fue durante un año jefe de propaganda fe Queipo de Llano en Sevilla y que terminó escapándose al extranjero asqueado de su trabajo, señaló que a principios de 1938 en gran parte de Andalucía habían sido ejecutadas ciento cincuenta mil personas. 

El grandullón y el chiquitín igual de asesinos.

El conde Ciano, ministro de Asuntos Exteriores de Mussolini, afirmó en una reunión relacionada con la situación española inmediatamente después de finalizada la contienda: Sobre España pesa todavía una sombría atmósfera de tragedia. Las ejecuciones son masivas: en Madrid y en Barcelona el periódico no baja de doscientos cincuenta ejecutados diarios durante semanas y semanas; en Sevilla que prácticamente no llegó a estar en poder de los "rojos" desde el inicio de la guerra, todavía hoy el promedio de ejecuciones es de ochenta diarias.

La guerra finalizó, sí, ya había acabado el morir por este motivo, pero sólo en el campo de batalla,  la muerte continuó para los que la perdieron, Franco estuvo asesinando hasta el final de su vid, eran de la otra España. Así podemos leer en la Historia de España, del Instituto Gallach que la muerte de Franco se produjo sin que éste cancelara el espíritu de la guerra civil, tal como le reprochaba la misma Iglesia Católica en el último lustro. Mantuvo hasta el final la idea de las "dos Españas" Y en pie la ironía de "España una, grande y libre". De extensión la redujo cuando sin la menor oposición entregó el Protectorado en contradicción además con sus palabras de otro al general Primo de Rivera. La redujo el moro también´aprovechando la enfermedad y final  de Franco y representándola en su sustitución el Príncipe de España.  Franco consolidó el formar dos Españas como venía viendo Antonio Machado: "Españolito que vienes al mundo, / te guarde Dios. / Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón. 


A vueltas con los expatriados.

Retomando el tema del paradero de los  exiliados,, cabe decir que Méjico fue el país más acogedor para ellos, debido a la gran amistad con su presidente,   Lázaro Cárdenas, con a República española. Entre los que allí fueron está el ex presidente del Gobierno y ministro de la República doctor José Giral, el general Miaja, que fue recibido calurosamente. En Chile arribó la actriz Margarita Xirgu, representante -recordemos- de las obras de García Lorca, José Balmes, Joan Oliver, Xavier Benguarel, Roser Bru, Leopoldo Castelao, Victor Rey... Los treinta y dos que llegaron a la República Dominicana hubieron de trasladarse a Venezuela , Cuba o Méjico, huyendo del presidente Trujillo. La República Argentina tenía un Gobierno de derechas, puso un montón de trabas y sólo admitió a dos mil quinientos republicanos . Acepta sesenta intelectuales, entre ellos Claudio Sánchez Albornoz, Francisco de Ayala, Luís Jiménez de Asúa, Pérez Corominas, Pío del Río Ortega, Lorenzo Lazariaga..., y allí montaron la vida intelectual, fundaron incluso casas editoriales. 

Por lo general los exiliados en países europeos lo pasaron peor. El ex presidente manuel Azaña enfermó muy pronto del corazón en Collonge, y en octubre se instaló en Pyla-sur-Mer, cerca de Burdeos, teniendo que ser trasladado a Montauban, donde ya he dicho que  murió en 1940, fue concretamente el 4 de noviembre, y allí fue enterado, cubierto con a bandera de Méjico porque el prefecto de la ciudad prohibió que lo fuera por la tricolor republicana.


No todo fue para los exiliados penalidades y penuria.

En Francia continuaron Negrín y Prieto su enfrentamiento con referencia al SERE, Servicio de los Republicanos Españoles. [¡Siempre el ... negocio con anclaje político!]. Negrín y su familia vivieron muy bien; él, personalmente, controlaba un trust que administraba tesoros españoles incautados por el gobierno de la República, como las acciones de la CHADE que habían pertenecido a Cambó. Se compró una mansión muy cerca de Londres, donde huyó tras la caída de Francia. (Con él huyeron otros republicanos). 

Claro está, en Francia ocupada por los alemanes, peligraban los exiliados. Franco solicitó al mariscal Petain la extradición de tres mil seiscientos disidentes republicanos, entre ellos Azaña, Negrín, Prieto, Largo Caballero, Manuel Portela Valladares, Federica Monsony, Lluis Campany, Josep Tarradellas, Julio Just, Rodolfo  Llopis, Jean Peiró, Julián Zazugazagoitia, Francisco Cruz Salido, Cipriano Rivas Cherif,  -cuñado de Azaña-,  Carlos Montalla, Miguel Salvador y algún otro.El gobierno de Vich concedió muy pocas extradicciones, pero colaboró con la Gestapo  para detener a Companys, Peiró, Zugazagoitia, Cruz Salido, Rivas Cherif, Montalla y Salvador. Cuando fueron entregados a Franco a Franco, éste hizo fusilar a los cuatro primeros y condenó a cadena perpetua a los restantes. También detuvo la Gestapo a Largo Caballero, pero le llevaron a Berlín y, tras interrogarlo, al campo de concentración de Sachsenhausen-Orandenburg; salió al ser vencida Alemania. pero poco después murió. José Félix de Lequerica , embajador en París, descendió a ocuparse personalmente de perseguir republicanos: Max Aub fue deportado a Argelia al campo de concentración de Djelpa. 

La CNT, FAI FUIL se convirtieron en un denominado Consejo del Movimiento de Liberación, y de él formaban parte Mariano R. Vázquez -murió accidentalmente al cruzar a nado el río Marne-, Germinal de Lousandestina , Maso Rivera, que fue fusilado a finales de 1939, y Payarolls tres años después, mientras que el gobierno de Vichy encarceló a Manuel González, Eduardo  Val y a Germinal  Esgleas por atentar "contra la seguridad del Estado". Federica Monsony se salvó de la extradición porque estaba embarazada, pasando a sufrir prisión en Limoges, ciudad francesa célebre por sus fábricas de porcelana. 

No quiero cansar más al lector, pero cabe añadir, y más de uno lo verá, otras personas de relieve que cayeron, o, por el contrario, lograron zafarse de la garra asesina, revanchista, del dictador Francisco Franco. perfectamente secundado en asesinatos por el que también se retrató como sujeto grosero, procaz, vulgaridad en que no caía el Caudillo, le bastaba con firmar, tomando café y con su pequeña estilográfica negra, sentencias de muerte. 

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