El Borbonismo no tiene dos fases como creen los historiadores superficiales... Aquí y allá, en la guerra y en la paz, es siempre el mismo, un poder arbitrario que acopla el Trono y el Altar para oprimir a ese pueblo infeliz y mantenerlo en la pobreza y la ignorancia.
El Borbonismo se impuso de modo bélico tras el último Austria en aquella guerra de sucesión, como por manu militari se impusieron tantas dinastías y, fuera de éstas, tantos regímenes políticos. Arturo Pérez Reverte en su novela 'Hombres buenos' tiene el epígrafe 'Cultura frente a fanatismo y estupidez'. El fanatismo y la estupidez causaron mucho daño en la historia, ellos crean las dictaduras; pensemos, sin ir más lejos, en la Italia de Mussolini, en la Alemania de Hitler Todos lo fanáticos, hoy fans, fueron el venero de estos males de la humanidad porque han pasado muchos países, en tal o cual cronología, dejando un semillero de víctimas.
Por las armas se impone un poder o se mantiene, como expone Tolstoy. Ya recordé en escrito reciente escenas trágicas como 'la Noche de San Daniel -10 de abril de 1865- en la Puerta del Sol madrileña. He aquí escena y razón de ello.
El hombre, a pequeño o a gran nivel, trata de convencer, pero ante todo de vencer. Al no bastarle, mediante la palabra, la fuerza de la razón, emplea, si puede, la razón de la fuerza mediante las armas. Así se hace la historia. En la guerra y en la paz. Casi van a medias una y otra cronológicamente.
El Rey y la nueva casta política. Mal antaño, peor hogaño.
Todas las causas de la decadencia de España se
sintetizan en una sola: el mal gobierno.
- Thomas Babington Macaulay, poeta,
historiador y político ingles -
Ni el Borbón de hoy va a dejar de vivir a cuerpo a rey por nueva crisis que atraviese el país, ni el Gobierno de imitarle. Una vez más será el pueblo el que tenga que apretarse el cinturón. Y para escarnio se le llama soberano. Más aún, el artículo 1 de la Constitución dice literalmente en su punto 2: 'La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado'. ¿Se cumple? Palmariamente no, es uno más de los varios artículos que se dejan a un lado u omiten. Mofa es también llamar soberano al pueblo -soberano es el monarca-, y déjese, igualmente, el caso de ser denominados ciudadanos, pues no lo somos -otro engaño también-, sino súbditos mientras España continúe como reino. Que también lo especifica el aludido texto en el mismo artículo inicial y en el punto punto 3: 'La forma política del Estado español es la monarquía´
¿Volverán las tijeras de Rajoy?
Vaya usted a saber, porque con los políticos nunca se sabe.
"Ley Mordaza" |
Se ha dicho que los Borbones son nefastos y los políticos patéticos, mas, aparte de ello, ningún rey de dinastía alguna ni el político que fuere puede hacer milagros.Tal sería superar de la noche a la mañana la caótica situación en que se halla España. Dado que la mentira es consustancial al político, puede haber alguno, y de hecho le hay, que lo dé a entender e incluso lo prometa. Deja pasmado hasta al lucero del alba la cara dura de algunos políticos.
No son, por supuesto, Santa Rita, abogada de lo imposible, pero tratan de hacérselo creer a la sociedad. Tristemente lo consiguen con la ignara, la sin noticias. No puede dejar de ser una triste gracia que en cuanto al voto se equipare a la persona culta con el inculto, con el vulgo.
No laudables sino execrables políticos.
España es el país más fuerte del mundo,
los españoles llevan siglos intentando su
destrucción y no lo han conseguido.
- Bismarck, estadista alemán -.
Ya decía Unamuno en la época de José Antonio y Ortega: "Me duele España". ¿Qué diría hoy?
"Soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo". En Fuenterrabia escribió ese bello poema, que es ROMANCE.
Da en el clavo Arturo Pérez Reverte referente a la veracidad de criterio sobre los presidentes del Gobierno a lo largo del reinado de Juan Carlos I.
Es más, ¿imaginan a ese arbitro supremo, esa autoridad absoluta, encarnados en Pedro Sánchez? ¿En Pablo Iglesias y su república plurinacional de la señorita Pepis? ¿En Mariano Rajoy y su obtusa y pasiva estupidez? ¿En ese payaso irresponsable y transatlántico llamado Rodríguez Zapatero, que desenterró una nueva guerra civil? ¿En la ridícula y embustera arrogancia de Aznar? -el subrayado es mío-. ¿En un Felipe González al que ahora no se le cae de la boca la palabra España que mientras estuvo en el poder evitó siempre pronunciar? ¿En Rufián? ¿En Torra? ¿En Casado? ¿En Abascal? ¿En Irene Montero?Una República, sí, pero no una república cualquiera, y desde luego como la que alude Gabriel y Galán en su poema 'La pedrada': 'Yo he nacido en esos llanos de la estepa castellana, / cuando había unos cristianos / que vivían como hermanos / en república cristiana.
Nuestro académico opta por:
Una república romana con sus Cincinatos , sus Escipiones, y sus Gracos, que tenía un nivel, o en su defecto, una república como la francesa, resultado de la que en 1789 cambió el mundo, hizo iguales a los ciudadanos, abolió privilegios gremiales, provinciales y de clase. [...] Soy republicano, en fin, de la rama dura. [...] Y lo de monarquías hereditarias, pues como que no. Cuando pienso en un Fernando VII, Isabel II o Alfonso XIII , se me quitan las ganas.
Ya hemos visto que no encuentra capacitados para idóneo presidente de una república a ninguno de los que ha tenido nuestro país desde 1975 en que concluye la dictadura y empieza, como es notorio, la corrupción a toda escala partiendo de la monarquía. Esto ya lo tengo expuesto; recordé ha poco cómo se queja de ello Enrique de Diego, en 'El suicidio de España'. Releamos:
La corrupción nunca empieza por la base, sino siempre por la cabeza, Esta corrupción personal de Juan Carlos se fue extendiendo al conjunto del sistema político y económico. Ha tenido, también importantes consecuencias políticas que, en tiempos de lealtades, más probadas y de valoración de la honradez, hubieran sido consideradas delitos de lesa Patria. A los sátrapas Saud les interesaba una monarquía constitucional. [...] En lo fundamental, la política exterior española ha estado al dictado y al servicio de los Saud y de la petromonarquías.Seguidamente analiza 'la plaga autonómica':
... conviven, en insaciable saqueo, dieciocho gobiernos -el estatal y diecisiete autonómicos-,diecinueve parlamentos, dieciocho consejos de estados - con diferente nombre-, dieciocho organismos de comercio exterior, embajadas exteriores,dieciocho defensores del pueblo. [...] No solo hay que sumar las autonomías, sino también las diputaciones, cada una con su equipo.Habla acto seguido de 'la plaga del separatismo'; En definitiva, el despiporre.
Esta monarquía borbónica se halla en estado agónico, y está ocurriendo con esta muerte como con la de Franco: se está tratando a troche moche el prolongar la agonía -siempre los cambios intranquilizan-. Esta situación es palpable, patente, clara, hasta para el más torpe, ignorante, tonto. Éstos que, a decir de Camilo José Cela, no se enteran de nada; él escribe: 'ni un solo tonto puede darse cuenta de que lo es, porque lo primero que se necesita para darse cuenta de algo es no ser tonto'. La evidencia suele verla el no muy tonto, y así no siempre el político engaña con su hipocresía. Francisco de Quevedo considera a este respecto que 'la hipocresía exterior, siendo un pecado en lo moral, es grande virtud política'. Pues que siga con la virtud de su vicio, que también hay otra conocida máxima -ésta de las de Larrochefoucauld- según la cual 'la hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud'.
Ay de la corona real hoy tan anacrónica.
La corona real, como vemos, está rematada con la cruz. Ante algunas reinas y casi la totalidad de los reyes es algo que denota ironía Sí, visiblemente se burlan de lo que simboliza: la moral cristiana. Casi todos los reyes han faltado hasta a la humana. Como juramento de los tribunales en el mundo anglosajón, hay que decir 'la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad'. Esto es, lisa y llanamente, lo que estoy haciendo hic et nunc, aquí y ahora, y lo que acostumbro a hacer. Malo si exponer la verdad presenta dificultad, ya por parte del manifestante, ya por parte de la sociedad.
Verdad es que ha mucho tiempo que la monarquía no tiene razón de ser, como dejé claro recientemente recordando al segundo presidente de la Primera República Española, Francisco Pi Margall, en su obra 'Las nacionalidades' Pero la falta de lógica de la política presenta cosas raras, cual la permanencia de unas coronas que no sirven para quitar el dolor de cabeza ni la lluvia. Ya el historiador Juan Balansó, tan experto en Casas Reales modernas, se extraña de que la monarquía sea hereditaria como si de una finca se tratara Cierto que los títulos nobiliarios son también hereditarios, pero éstos carecen ya de todo valor material y de todo tipo desde ha mucho tiempo. No constituyen privilegio alguno aun cuando llenen vanidad, incluidos los de carácter vitalicio. Pero la Corona Real implica empleo y no solo al rey,a toda la Familia Real. Y es el pagado con mayor largueza; por añadidura, rodeado de lujo y privilegios. ¡Tremendo! dicho sea en su significado de terrible, difícil de tolerar.
Si un título sale parasitario y se dedica a una vida de crápula se la costea él, pero el rey "puede" cargárselo al erario público si hace el Gobierno la vista gorda, y en el caso de Juan Carlos I se hizo. Muy sonado fue, en la mente de todos lo ocurrido con la zancadilla vedete Bárbara Rey. Según el Rey Juan Carlos se enriqueció con sus negocios fue más y más generosas con sus amantes y a Corina Larsen la tuvo como mentor de finanzas, ambos se enriquecieron en comandita. Y aquí vamos a ver qué pasa, ahora que ella le acusa a él de trapos sucios.
Un rey como regla general es hombre de vida licenciosa, lo que se dice un crápula, coleccionista de hijos y de hacienda arbitraria, ésta totalmente al margen de la ley y de la moral, por lo que no debiera presidir su corona. Véase como se quiera, la cruz de Cristo no es el remate adecuado para la corona real.
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