Me sirvo como título de este grito de guerra: ¡Santiago
y cierra España! que se pronunciaba en la Reconquista y no dejó de emplearse en la gloriosa batalla de las Navas de Tolosa -1212-, aunados los reinos españoles contra el moro. en vez de guerrear entre ellos.
A
la gran festividad de la Virgen
del Carmen sucede nueve días después la de Santiago Apóstol. Patrón de España,
que nació en Belsaida a, Galilea. Según
las tradiciones, una de ella dice que la Virgen María llegó a Zaragoza
‘en carne mortal’, o sea, cuando aún no había subido al cielo, en cuya ciudad
dejó la columna conocida como “el pilar”, y Santiago, con otros del lugar, erigieron una capilla de adobe en
la orilla del Ebro.
Leyenda
es que los restos encontrados en Santiago de Compostela en el siglo IX le
corresponden, pero existe la duda con los del obispo Prisciliano. Los apóstoles
tras la muerte de Jesús se fueron separadamente por el mundo, pero la Virgen al ver próxima su
muerte pidió a su Hijo morir rodeada de los discípulos, y Éste, accediendo a su
voluntad, le concedió que Ella misma les
avise. Se le apareció a Santiago sobre un pilar en Caezaraugusta (Zaragoza). Se
venera en la Basílica
de Nuestra Señora del Pilar. Santiago volvió a Jerusalén encontró la muerte por
Herodes Antipa que ordenó su decapitación, mas fue traído a España.
Si
tiene -siempre bajo suposición- su
sepultura en la catedral de Santiago de Compostela, hay un tercer templo que
nos evoca su recuerdo, y es la
Basílica de San Francisco el Grande, de Madrid, en la que
existe un mural, en una de sus capillas,
debido al pintor de historia José Casado de Alisal representando la batalla de
Clavijo, dada por el rey Remiro I de Asturias y dirigida por el general Sancho
Fernández de Tejada. Fue una célebre batalla de la Reconquista; lástima
que sea mera mixtificación de la historia para impulsar la lucha contra la
morisma La primera crónica en que
aparece esta leyenda es citada por Rodrigo Jiménez de Lara, arzobispo de Toledo.
Contiene los restos de Santiago o del hereje Prisciliano de Ávila decapitado en el siglo IV. Santiago Sánchez Albornoz se inclina pensar que es este último. Hoy día la ciencia podría sacarnos de duras pero la Iglesia se niega a ello. Hay una diferencia de los huesos del uno al otro de cuatro siglos.
Del
supuesto sepulcro de Santiago el Mayor
pasamos al citado emblemático templo de Madrid que guarda el recuerdo de Juana
de Avis, desafortunada esposa de Enrique IV de Castilla y desafortunada madre
de Juana la Beltraneja, pues en él fue enterrada tras fallecer
seis meses después del rey a la edad de 36 años. A causa de los vaivenes
políticos se fue a pique su matrimonio y como rehén en el castillo de Alaejos conoció a Pedro de
Castilla y Fonseca (biznieto de Pedro I el
Justiciero) con quien tuvo dos hijos: gemelos: Pedro de Castilla y
Portugal, y Andrés de Castilla y Portugal. Huyó del castillo con su amante y
vivió con los Mendoza en Trijueque y, a continuación, en Madrid en el convento
de San Francisco. En él, como queda dicho, murió.
El aludido cuadro de
la enigmática batalla de Clavijo, ya indicado, de la basílica de San Francisco el Grande es este:
Hay
evocación de Santiago Apóstol en otro templo de Madrid, el cual lleva su nombre,
más el de san Juan Bautista, y está ubicado en calle Santiago 24.
Vemos sobre la puerta evocación escultórica a la batalla de Clavijo entre mito e historia, repitamos. En esta iglesia parroquial estuvo expuesto el cadáver de Larra pus a ella pertenecía residiendo en la inmediata calle de Santa Clara, número 3.
En
esta evocación orientativa del apóstol Santiago en Madrid y en Santiago de Compostela, no dejaré de decir que es el
patrón del Arma de Caballería, cuya Academia se halla radicada en Valladolid.
Monumento de Mariano Benlluire a los Catadores de Alcántara. Es autor de estatuas de otros héroes, tal como la del teniente Jacinto Ruíz, La obra escultórica de este insuperable artista está por las calles de Madrid y en el parque de El Retiro en el monumento a Alfonso XII. También la estatua igualmente ecuestre de Martínez Campos En el Paseo de la Castellana el monumento a Emilio Castelar. Su tauromaquia, su recuerdos Goya, otro interesado del arte taurino, Santiago Ramón y Cajal, este monumento ya fuera de Madrid, concretamente en la Universidad de Medicina y Ciencias de Zaragoza. Y pues nos hemos metido en en la escultura y este artículo versa primordialmente sobre Santiago Matamoros, véamos su estatua entre la de los apóstoles situados en la rotunda de la citada basílica de San Francisco el Grande.
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