lunes, 10 de febrero de 2020

Hay, y no son pocos, quienes presentan LA VERDAD contra la falsía política que provoca el suicidio de España.

Oigamos, por ejemplo, a Roberto Centeno -ingeniero de Minas, economista,  y, últimamente, dedicado a la enseñanza en la cátedra de Economía de la Escuela de Minas- en esta entrevista donde quedan expuestas lamentaciones como estas: 'Basta ya de autonomías, corrupción por los cuatro costados,  yo no me achanto. España unida y al Cesar lo que es del Cesar. [...]. Nuestro sistema no puede soportar tantos gobiernos, ayuntamientos y diputaciones. 
                               Vídeo titulado: 'Ruina económica española para los próximos 50 años'.   
                                                                                                                                               


                                El economista Roberto Centeno nos da las claves de la deuda española.

Nos explica por qué España está en quiebra, y añade: 
Pero el problema es que estamos dejando una España en ruina para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Que van a ser cargados con una deuda que la tendrán toda la vida, al menos durante los primeros cincuenta años, y eso no se está remitiendo sino cada vez está creciendo más, por las cifras que les acabo de dar  [Ataca la razón numérica]. La burbuja cada vez es mayor, el BCE cerrará la barra libre, empezará a subir los tipos de interés, y eso, pura y simplemente, será la suspensión de pagos. No solamente tenemos un problema de deuda pública, tenemos también un problema de deuda privada.
Va a parar seguidamente a Cataluña, analiza lo que su independencia implicaría para España.  Oiremos también el el vídeo este reproche a Rajoy: 'Nunca jamás en la Historia de Europa ha habido un presidente tan cobarde y traidor a su pueblo como Mariano Rajoy Bret. Alude a la manifestación que hubo en Madrid, y señala que el dicho más cordial era: 'Rajoy traidor defiende a tu nación'.

 La corrupción motivó la ruina de España. 

Veamos cómo lo sustenta  - - - . Ya cité en un anterior artículo el conocido aserto de Cicerón: 'La corrupción destruye una nación'.          

                           El sistema CORRUPTO de partidos es la RUINA de España (R. Centeno)                                     
Si hay economista y/o politólogos valientes, puede figurar, y de hecho, figura a la cabeza, el susodicho Roberto Centeno. Da fe de ello Escándalo. La sorprendente historia de Cospedal contada por R. C. por Blogsfero. Aquí asegura que
la "modélica" Transición os impuso una partitocracia totalitaria que ha derivado en una cleptocracia, la mayor orgía de corrupción política, institucional y personal, de toda nuestra larga historia
Léase en 'El Confidencial' - ''El disparate Económico - Roberto Centeno  - Negrín y Azaña: acabar de raíz con los separatistas. - La cobardía no camina en solitario, siempre se apoya en el bastón de la ignorancia, y ésta produce necesariamente irresponsabilidad'.    
La causa más relevante de que España se encuentra cada día más descerebrada y empobrecida es que tenemos la clase política más ignorante, antipatrióica y corrupta de nuestra historia.  En palabras de Antonio García Trevijano, el más grande pensador político español de todo el siglo XX , el régimen del 78 supuso el triunfo de la cobardía y de la deshonestidad. La cobardía no camina en solitario, siempre se apoya en el bastón de la ignorancia, y ésta produce necesariamente irresponsabilidad. Y no solo del Gobierno y de la clase política, en su conjunto, sino la casi mayoría de los gobernados'.  
Si es corrupción abordar gastos que exceden grandemente los recursos del Estado, añadase a ello lo innúmeros casos de la misma en el sentido de meter la mano en el dinero público. De él dijo una política de la nueva casta: 'el dinero público no es de nadie. ¡Ya es inverecundia! Esta corrupción económica leva inherente indefectiblemente la moral, pues no deja de ser, cual la define el DAE,  'acción o efecto de corromper o corromperse'. Nada más nocivo en la política que emplear el poder para enriquecerse; he citado a Cicerón, quien  también asegura que 'servirse de un cargo político para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable'. A lo largo de la transición la corrupción ha marchado a su s anchas en sobre cerrado o en sobre abierto, porque 'la corrupción leva infinitos disfraces' (Frank Herbert)                                                                       

El Partido Popular ha llevado la voz cantante, pero 'quien esté libre de pecado que tire la primera piedra'. 

Esta política nefasta que conocemos por la Vida no es nueva en la Historia; como dice xxx 'nihil novum sub sole', nada nuevo bajo el sol. Ya Esopo, fabulista de la Antigua Grecia, señala: 'Colgamos a los ladrones de poca monta,, pero a los grandes los elegimos para cargos públicos'. Esto es algo que nos muestra la Historia haciendo -lo que ahora no vamos a hacer- un recorrido por ella. Un pionero de la instrucción política, Maquiavelo, nos dice que 'la política no tiene relación con la moral'. Le es, empero, absolutamente necesaria, y no ha dejado de afirmarse que la política no puede prescindir de la moral  'La moral -a decir de Gandhi- es la base de las cosas, y la verdad es la sustancia de la moral. La terrible realidad que nos ha tocado sufrir es la de una política inmoral y y, consecuentemente, carente de verdad. 

El  autor de 'La monarquía inútil' -el segoviano periodista, ensayista e historiador Enrique de Diego- describe detalladamente el desastre político en que se encuentra nuestro país en 
                                                                           
Se ha llegado a tal nivel de despropósito, de expansión parasitaria de la burocracia partidaria que, casi inadvertidamente, se ha pasado sel Estado de Bienestar al Estado asistencial. 
Se ha dado carta blanca a la corrupción:
Hay corrupción porque no hay controles y porque no hay moral, no hay honradez,, no hay decencia. Todos los controles están descontrolados, o mejor, están controlados por el poder político, sin la más mínima independencia,; lo están la fiscalía, de obediencia debida, y la judicatura, en donde cualquier ascenso es decidido por el organismo nombrado por los políticos. Hay corrupción porque los políticos manejan demasiado de nuestro dinero hasta llegar al expolio.  
¿Tenemos el Gobierno que nos merecemos? 
El sistema es una farsa, porque los españoles de hoy son de sainete  La infinita mediocridad de los políticos del momento corre pareja con la inmensidad de la mediocridad de los ciudadanos. No es que los pueblos se merecen a los políticos, es que España tampoco se merece a estos españoles garrulos y aborregados que hoy deambulan por sus calles. [...] No hay división de poderes, no hay independencia judicial, no hay representatividad, no hay libertad política, porque los españoles ni la reclaman ni la merecen.
Le resulta inconcebible el número de españoles que  no ven la inutilidad y perjuicio del régimen monárquico.
Manifestación extrema de la degeneración de las mentes es la elevada cantidad de gente que no percibe la influencia de la monarquía en su vida y considera, por ende, inicuo el que la familia borbónica detente la Jefatura del Estado. Y, sin embargo, todo el sistema, toda la casta, todo el entramado de intereses urdido entre poticos, banqueros y saqueadores de las Cajas, empresarios de obra civil, constructores del pelotazo [...], y toda esa casta expoliadora y parasitaria descansa y se fundamenta en la monarquía, que es la que legitima toda la corrupción y la decadencia que sufrimos y padecemos. 
Vuelve a parar mientes en la absurda institución de la monarquía, tan causante de la corrupción política. : 
La relevante como plaga altamente infecciosa es que para mantener ese status funcionarial privilegiado, la monarquía ha de sustentarse en una casta que participe de ese privilegio y, por tanto, sostenga el de la el de la dinastía instaurada. Y esa aristocracia onerosa, gravosa, e insostenible es la inmensa corte de políticos profesionales, cuyos puestos se transmiten dentro de su saga, y de ahí, en nepótica metástasis, de asesores, de periodistas, lacayos, de docentes del régimen, de sindicalistas y dirigentes patronales subvencionados, de artistas e historiadores de cámara. Toda una trama parasitaria e ineficiente sustentada por y para la monarquía, dando lugar a un sistema basado en la corrupción.
Habla seguidamente de la corrupción de don Juan Carlos para obtener su gran fortuna, existiendo incluso una corrupción oficial, la de la gasolina. Sobre este tema mucha tinta se ha empleado. Confirma, finalmente, que todo ello, con la utilización de las bases americanas, a fin de repostar para la primera guerra del Golfo, 'está contado con pelos y señales en mí libro "La monarquía inútil". Dejando la corrupción del rey emérito, con la ayuda de colaboración que finalmente le prestó Corina -antes de manera también importante Colón de Carvajal- pasa De Diego a detenerse en enjuiciar las Autonomías. 
... conviven en insaciable saqueo, dieciocho gobiernos -el estatal y diecisiete autonómicos-, diecinueve parlamentos, dieciocho consejos de estados -con diferentes nombres-, dieciocho organismos de comercio exterior, embajadas exteriores, dieciocho defensores del pueblo... [...] Hay que sumar las diputaciones, cada una con su equipo de gobierno y su parlamento; y cada uno de los Ayuntamientos, que también se han parlamentizado. 
Visiblemente la creación de las Autonomías ha acentuado el separatismo existente en nuestra 'España invertebrada' (Ortega y Gasset) de largo tiempo ha, mas hoy día, y en palabras del autor que venimos comentando, 'el separatismo que amenaza la unidad de España es la consecuencia lógica del disparate autonómico'.  Extrapolando la frase de Salomón: 'vanitas vanitatum et omnia vanitas', vanidad de vanidades y todo vanidad, podríamos decir que la política tras la dictadura franquista es 'disparate de disparates y todo disparate'. Empecemos por el hecho incuestionable de haber una monarquía instaurada por un dictador; tras su muerte sirvió la Constitución para situar de extranjis, subrepticiamente, al Borbón. ¿Para cuándo el convocar elecciones para que los españoles puedan elegir monarquía o república? Ha sido algo que ha esquivado la nueva casta política riéndose de la ciudadanía. Y llevando a algunos al suicidio, diez diarios, y prohibiendo a la prensa su difusión.  Nuestra época es una de las que más se abusa del poder y, como dijo Salvador de Madariaga, 'el abuso del poder es una enfermedad, al parecer incurable, del ser humano, y claro que produce desorden'. Ya aseveró el irlandés autor de 'Los viajes de Gulliver' que 'el poder no es una bendición en sí misma, excepto cuanto se utiliza para proteger a los inocentes'.  De por sí no se destaca, sobresale, por su amor fraterno, creyente o no, pues 'las actividades del gobierno -Samuel Johnson dixit- ejercen poca influencia sobre la felicidad de privada de los individuos'. 

Tal como se encuentra España -hipotecada- es indignarte la riqueza de que se hace alarde; creo con Confucio  que 'en un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza'. La monarquía siempre es alarde de lujo, constituye -reitero- un lujo más que de manera suicida se permite España Y ya es irrisorio afirmar que el bienestar es de todos. 

Otro día versaré en torno a los contrasentidos del sistema político que nos es impuesto y que no cambiará sustancialmente mientras continúe la monarquía. Y para colmo esta monarquía sui generis.   

                                                                                

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