jueves, 28 de septiembre de 2017

Continuando a vueltas con los Trastámara (Primera parte)

Delictiva entrada de la dinastía Trastámara en la Historia. 

Nació esta dinastía bastarda del crimen los campos de Montiel. En su "haber" existen tres robos de coronas o tronos: Enrique II, a Pedro I de Castilla; Juan II de Aragón, a su hijo el Príncipe de Viana y, muerto éste, a su hija Blanca, ex esposa del Príncipe de Asturias; la princesa Isabel, a su media sobrina e hijasta,  la Princesa de Asturias Juana de Trastamara Avis. Eran tiempos de la Reconquista, había que echar de la península al moro, pero también de guerras intestinas entre los reinos medievales. ¿Qué hacer in illo tempore sino la guerra y crear conventos y monasterios? Era de enorme injusticia social, y la manera de huir del hambre -¡aquellas terribles hambrunas!- era ser guerrero o fraile.  O medrar en la guerra o con dignidades eclesiásticas, algunos simultanearon ambas vías, tal como el Gran Cardenal de España, don Pedro de Mendoza, que sirvió a Enrique IV y, después, a sus sucesores los Reyes Católicos, amén de las Órdenes Militares.  En lo que a la mujer se refiere, las amantes y las hijas ilegítimas de los monarcas fueron superioras de monasterios, lo que perduró con los Austrias, así, por ejemplo, el de Santo Domingo el Real, de Toledo, fundado por Inés García de Meneses, viuda del aguacil Sanz de Velasco, hija de García Suárez de Meneses y de María Fernández Barroso, monasterio al que gran impulso dio Pedro I. Refiere El P. Florez en sus `Memorias de las reinas católicas de España´:   
Otra amiga del rey don Pedro se llamó doña Teresa de Ayala, señora ilustrísima, hija de don  Diego Gómez de Ayala, alcalde mayor de Toledo, y de doña Inés de Ayala señora de Casarrubios,, la cual doña Teresa fue dama de la madre del rey don Pedro, que, siendo príncipe, la galanteó por cuantos medios pudo sugerirle el amor ; pero siendo tos inútiles para la constancia y honestidad de la nobilísima señora, no la pudo gozar sino dándola primero palabra de casamiento, bajo cuya seguridad tuvo con ella una hija, llamada María. La madre conoció luego la poca sinceridad del príncipe, y viéndose burlada, sin tener modo de afianzar su honor, se fue a Portugal, donde casó con don Juan Núñez de Aguilar, de quien enviudó luego sin tener sucesión, y se volvió a Toledo., donde ya su hija, doña María era religiosa en Santo Domingo el Real
Fiar en palabra de príncipe o de rey es ingenuidad pura, máxime si se trata de lascivia, en cuanto a deleite carnal, porque estos """elegidos de Dios""" se creen con derecho a poseer la mujer, soltera, casada o viuda, que les atraiga sexualmente. Y así en todas las Edades de la Historia. Su conciencia es aún peor que la de cualquier plebeyo. Continúa El P. Florez contándonos con referencia a la hija monja de la dama de la reina consorte doña María  esposa de Alfonso XI, nos dice: 
Doña Teresa compró unas casas junto al monasterio, donde vivió algún tiempo muy recogida, hasta que resolvió entrar religiosa con la hija, y ambas fueron prioras. Esta hija del rey, doña María, se halla mencionada en la Crónita del rey don Juan II, en el capítulo LV del año 22, con la madre doña Teresa, que era priora en 1422, y el rey hizo que ambas concurriesen en aquel año a Illescas para asistir a primer parto de la reina doña María, y a los años siguientes fallecieron madre e hija. como expresan los epitafios que tienen en aquel real convento.         
No solo en él profesó María de Castilla de Ayala, sobrina materna del canciller y cronista Pero López de Ayala.

María de Ayala

sino también busco cobijo su madre, y ambas asistierona Illescas  - -
                                                                                  
Aquí yace la muy noble señora doña Teresa de Ayala, priora de este monasterio, hija de don Diego Gómez de Ayala, alcalde mayor de Toledo, y de doña Inés de Ayala. Murió a últimos de de agosto del año 1424. 
La hija falleció en el mes siguiente, a diecisiete días del mismo año,  como prueba el letrero.
Aquí yace la muy noble señora doña María, hija del magnífico rey don Pedro, que fue monja en este monasterio,. Murió a los diecisiete días de septiembre de del año 1424.
Este capítulo sobre `Amigas del rey don Pedro´ le acaba con una descripción de  la muerte del rey.
Así madre como hija sobrevivieron muchos años al rey don Pedro, pues este fue muerto por su hermano don enrique el viernes 23 de marzo de 1369, habiéndole vencido en el campo de Montiel. [...] Su cabeza fue llevada a Sevilla. El cuerpo quedó sepultado en Montiel; después le pasaron a la puebla de Alcocer, de donde le trajeron a Santo Domingo el Real, de Madrid.
Inicio del asesinato regio. 
 
Casi todo suele guardar relación, conexión, con el pasado; el padre de Pedro I de Castilla, Alfonso XI,  vivió  simultaneando a su esposa y prima hermana, doña María de Portugal,  con la bellísima sevillana doña Leonor de Guzmán, viuda de Juan Sánchez de Velasco, pero muy joven y sin haber tenido descendencia, mientras la reina paliaba su amargura con  su devoción religiosa, sobre todo en esta época que refiere el susodicho autor de las ´Memorias de la reinas católicas´:
La reina había vivido con el sinsabor de la distracción a los amores de doña Leonor de Guzmán, los cuales subieron al más alto punto de celos cuando, con motivo de la guerra de los moros, pasó doña María a Sevilla, residiendo en el mismo lugar donde estaba la dama. [...] Muerto el rey amante de la dama y reinando el hijo de la reina, quedó aquella hecha víctima de los enojos de ésta, desamparando los más prudentes a la que ya no tenía rey amante, sino rey nacido para terror de España. Viose la dama presa en el palacio  de la reina; viose luego cerrada en el alcázar de Talavera, y presto no se vio, pasando allá un escudero de la reina, que le quitó la vida el 1351, contribuyendo mucho esta venganza a las funestas inquietudes que se fueron siguiendo.
Con su prima y esposa solo tuvo dos hijos: Fernando, nacido en Valladolid el año 1332,  muerto al siguiente, y Pedro I de Castilla, que nace en Burgos el 30 de agosto de 1334.  Pero con su amante tuvo diez, a partir de 1330: 
Pedro de Aguilar - Sancho Alfonso de Castilla - Enrique II de Castilla, señor de Trastamara, fundador de la Casa de Trastamara - Fabrique Alfonso de Castilla, gemelo del anterior, de quien descienden los almirantes de Castilla, y que es el primero de los hermanos asesinados por orden de Pedro - Fernando Alfonso - Tello Alfonso - Juan Alfonso, a quien también mandó matar Pedro I - Juana Alfonso de Castilla - Sancho Alfonso - Pedro Alfonso, a quien también mando matar su hermano de padre.


Doña Leonor (1310-1351) y doña María de Portugal (1313- ) que dio apellido a la Talavera, regalo de su marido al que unió Guadalajara y Olmedo (Valadolid)

¿Dónde están la sepulturas de quienes generaron la dinastía Trastamara?  



Las tumbas de los Reyes a los lados del altar de san Hipólito (Córdoba) corresponden a Alfonso XI y a su padre Fernando IV el Emplazado. En el monasterio de San Clemente, de Sevilla se encuentra el
Sepulcro de María de Portugal
que a su fallecimiento en Évora (Portugal) fue allí enterrada contra la voluntad de ella expresada en su testamento de que sus restos fueran inhumados en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla donde estaba sepultado su esposo y que de ser trasladado hicieran lo propio con sus restos mortales. La sepultura definitiva de Alfonso XI la dispuso su hijo y sucesor Enrique II, y probablemente él separó tras la muerte a la esposa de su padre, causante de la muerte de su madre Leonor, decidiendo el lugar de su sepultura, que, por otra parte, es un sepulcro sencillo de madera.  En 1356, después del espectáculo sangriento en el castlo de Toro se fue la reina viuda a Portugal, a la ciudad de Évora, donde estaba la Corte lusitana, falleciendo el 18 de enero de 1357, edad de cuarenta y cuatro años. 
Muerto Alfonso XI se origino una serie de ambiciones, intrigas y traiciones; la ambición de Enrique contra su medio hermano, la traición de Alburquerque. Fue también un detonante a - - el hecho de que Leonor fue llevada presa a Carmona, Llerena y a Talavera de la Reina. donde pasó el final del año 1350 y el año siguiente en marzo - - fue asesinada por orden de la reina, recibiendo humilde sepultura en el alcázar talaverano.
 
Tumbas de Leonor y de Enrique II

A Alfonso XI le cabe la gloria de la batalla y gran victoria del Salado -riachuelo de este nombre por las inmediaciones de Tarifa-, que implica una derrota al ejército árabe tan importante como la de Calatañazor y las Navas de Tolosa. Pero además de gran guerrero está reputado de buen gobernante; entre sus éxitos en este aspecto, ciitaré la incorporación de las Provincias Vascongadas al reino de Castilla, aunque comprometiéndose a guardar los fueros de éstas, los cuales se conservaron hasta nuestros días. Al tratar de conquistar Gibraltar -que había conquistado Fernando IV y volvió a caer en poder de los moros- se produjo una epidemia que le causó la muerte, lo que hizo que se levantara el cerco. Los moros tuvieron el rasgo caballeroso de suspender las hostilidades e hicieron al cadáver fúnebres honores militares. 

Pero es rey que tuvo la suerte de que sus súbditos no protestaran en absoluto de darles dos reinas, fue, como estamos viendo, la puerta de entreda de la dinastía Trastamara. Leonor de Guzmán no era, ni mucho menos, una secundaria amante, sino que ejercía plena influencia en la Política. El Rey, tanto a ella como a los hijos de ambos, les colmó de honores y riquezas. Surgió en el trono Pedro I el Cruel o el Justiciero, Hay los dos juicios. Pedro López de Ayala, cuyas crónicas alcanzaron lo reinados de Enrique II, Juan I y parte del de Enrique III escribe de él  desfavorablemente, pero sabido es que un cronista era un asalariado del monarca y, por ende, bajo control de éste, la imparcialidad, pues, le estaba vedado- Así en cuanto al acto de crueldad del Fraticida con Martín López de Córdoba -Maestre de la Orden de Alcántara, Maestre de la Orden de Calatrava, Mayordomo mayor del rey- que en Carmona (Sevilla), se sostuvo enfrentado a la nueva dinastía hasta que capituló. ¿Qué opina López de Ayala? Solamente dice: El lunes, doce días después de junio, arrastraron a Martín López por toda Sevilla y le arrancaron los pies y manos en la plaza de San Francisco y le quemaron. Esto a pesar de haber aceptado don Enrique las condiciones que le fueron impuestas para capitular, en primer lugar respetar vidas. E igualmente martirizó a los compañeros. Diferente, obviamente, hubiera sido el final de quien no pudo ser abatido a lo largo de un año

La fidelidad a Pedro I siguió en esta familia destrozada, recordemos que a Leonor López de Córdoba 
Lo cierto es que Leonor nunca recuperó el favor real...A pesar de ello dejó constancia de su fidelidad a la nieta de Pedro I, entregando a la iglesia de San Pablo una donación perpetua, para que dos veces al año se celebraran misas por la reina doña Catalina de Lancaster y su hijo el rey don Juan.  

La tradición popular reinvica al hijo legítimo de Alfonso XI, y, con ésta, la Literatura; entre otras obras, Lope de Vega en el `El infanzón de Illescas´, o José Zorilla, en `El Zapatero y el Rey.

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