miércoles, 8 de marzo de 2017

ACERCA DEL FALSO SEPULCRO EN UNA IGLESIA SEGOVIANA

El abuso del poder es una enfermedad, al parecer incurable del
ser humano y, claro, que produce desorden.
- Salvador de Maradiaga y Rojo (1886-1978) diplomático, escritor, historiador - 


Falso sepulcro, no contiene los restos mortales indicados,
como ha sido demostrado por la ciencia

´La mentira desaparece cuando la verdad aparece´. A esta afirmación se está demostrando que, aunque puede y debe ser así, no lo es indefectiblemente. He aquí el caso paradigmático y mi ardua lucha por la implantación de la verdad respecto a los restos que se supuso fueran de Blanca I de Navarra  encontrados en la iglesia de Santa María la Real de Nieva en 1994 con motivo de efectuarse obra para acondicionamiento principalmente del altar mayor a la nueva forma de oficiar la misa. En uno de mis artículos sobre el tema indico el constructor que realizó, puesto que este evento y sus secuelas le tengo tratado en toda línea.

A mi petición de que se tape la inscripción del sepulcro que se exhibe como de la mencionada reina, así como que se borre de la página WEB del ayuntamiento la falsa información al respecto, ya no salen el cura y el alcalde por peteneras, cuya locución verbal coloquial significa, según el DAE, desviar el discurso con una incongruencia, frecuentemente para no pronunciarse en una cuestión comprometida. Comprometido, apuro o situación dificultosa el Sr. Agueda Martín y el Sr. Pérez Esteban, respectivamente, pueden considerar dar su brazo a torcer, rendirse, desistir de su dictamen y propósito; Se propusieron  gratuita, arbitrariamente, sin fundamento, hacer creer que se había dado con los despojos mortales de la indicada reina, siendo entonces alcalde Eusebio González García de funesto recuerdo, pues después de cuatro legislatura dejó exhaustas las arcas municipales, detalle que también tengo ha mucho tiempo comentado. El párroco era José María Martínez Nieto que fue en plena cuestión batallona destinado a Cantimpalos, finales de siglo. Viene ocupando, pues, su puesto el actual lo que va de este siglo XXI. El sucesor  alcalde lo es desde 2011 y sigue en el tema adicto a su antecesor. 

Situación a que ha llegado mi estéril lucha.

El comportamiento es un espejo en que cada uno
muestra su imagen.       - Goethe -

En mi larga lucha ocurre que he dejado de recibir evasivas, que los citados señores  tienen harto experimentado que no cuelan, por lo que, sin duda, en vista de ello han adoptado aún peor postura ética y moral: ignorarme. No ya en mis dos últimos artículos de mi blog no han emitido opinión alguna, nunca lo hicieron, sino que no me dieron respuesta a los últimos correos electrónicos que les he dirigido en mi insistente solicitud de que procedan a hacer lo que deben. No me extraña que me olviden, que me obvien, si a lo largo de más de ocho años se han olvidado de atender la petición de la líder del Proyecto Poblet que descubrió no pertenecían al Príncipe de Viana los restos a él atribuidos ni eran tampoco de su madre los del sepulcro del pueblo segoviano, por lo que se ha de tapar la placa, indicando a la vez que no es necesario en el Monasterio de Poblet,y por ello  nada hará en este sentido el Abab, por cuanto no son visitables por falta de acceso a ellos. El alcalde in illo tempore, en aquel tiempo, no solamente no hizo caso sino que con manifiesta estulticia afirmó por escrito en Él Adelantado de Segovia´ que los restos en cuestión eran de Blanca I de Navarra. Ello evidentemente por reductio ad absurdum, por deducción al absurdo. Ni antes, ya en marcha el estudio genético, ni después ante el resultado aceptó que no fueran los despojos correspondientes a la indicada reina. A lo que parece, el alcalde actual no quiere contradecirle. No creo sea en atención al desastre económico que se ha encontrado en el Ayuntamiento. 

Pero ¿y el cura párroco? Éste optó por ignorar el hecho producido y así, en tan increíble ignorancia, se mostró conmigo la primera vez que me dirigí a él, llegando incluso a preguntarme con quién se había hecho la prueba de ADN; Se hallaba en supina ignorancia, y no obstante en noviembre del año pasado, encontrándonos en la calle, me dijo disponer de una prueba de la autenticidad de los restos como de la reina. Le he pedido -entonces verbal y posteriormente por escrito- que me indique o me envíe fotocopia de documento, pero ni entonces me respondió sobre el documento ni ha llegado la fotocopia. ¡Qué manera de divagar en defensa de sostener la mentira del sepulcro, qué osadía, qué locura en cuanto acción desconsiderada! Cuán asombrosa docilidad de los habitantes del lugar, puesto que la noticia del error de la atribución de los restos llegó a todo bicho viviente. 

Entiendo que puedan engañar al vulgo necio -o al necio aunque no sea vulgo-, pero no que hayan catequizado a alguna persona versada en Historia, cual es el caso de una chica que fue al pueblo a hacer una tesis a presentar en la universidad, y al autor de una biografía sobre la susodicha reina, quien probablemente ha estado en la mencionada localidad segoviana. Cruzándome unos correos electrónicos con él, se lo pregunté, mas esquivó responderme a ello. Me dejó estupefacto cuando reprochándole el error en que había incurrido, siendo así que su libro esta escrito años después de ser descubierta la falsía del sepulcro, al dar por cierto que los restos de la reina se hallan en él, me contestó  que no da crédito al ADN. Lástima que contenga tan grave falta, habiendo en él documentado estudio en algunas facetas. (Algún día hablaré de nuestros diálogos, que no dejaron de ser amables aun cuando, lógica y naturalmente, discrepando en algo tan fundamental, languidecieron).   
  
Portada de la biografía. Pudo poner otra que fuera acertada

En cuanto a ella, en unas páginas que escribió en una revista, eludió hacer referencia del sepulcro. Desconozco si ha hecho lo mismo en la tesis, que tampoco sé si ya ha conseguido publicar. 

La aparición de la verdad trajo la paz inherente.

El litigio judicial existente entre navarros y segovianos fue suspendido por los primeros al quedar científicamente probado que los restos que contiene el arcosolio de Santa María la Real de Nieva no son de Blanca I de Navarra. (A ver si subrayándolo gráficamente se enteran en el pueblo, porque vengo destacándolo varios años, llamando la atención sobre ello, y como si nada). Los navarros basaban su derecho a llevarse los restos en que doña Blanca había dispuesto en su testamento ser enterrada en Ujué (Navarra), iglesia-fortaleza de Santa María, mientras que los segovianos lo hacían en los quinientos veintitantos años que llevaba enterrada en la iglesia. Porque, en efecto, lo único que documentalmente se puede probar es que falleció inopinadamente en tal lugar, sin conocerse de qué murió- al que acudió por dos motivos: el político y su devoción mariana; ella era mediadora pacifista en las guerras entre los Trastámara.

Es hija de Carlos III de Navarra y de Leonor de Trastámara -ésta lo era de Enrique II el Fraticida y de la infanta Juana Manuel. Casada su hija homónima con el príncipe de Asturias, Enrique, llamado a ser Enrique IV, consuegra, pues, de Juan II de Castilla. Por su muerte se libró de dos sinsabores: conocer la batalla de Olmedo y la separación de los príncipes a poco de ser reyes. La circunstancia política dificultaba el traslado del cadáver y se decidió enterrarla en el pueblo provisionalmente, pero ha quedado claro que nunca se efectuó el traslado. Su viudo, Juan II de Aragón, estuvo muy entretenido, contrayendo segundo matrimonio con  -- y con usurpar el trono de Navarra a su hijo Carlos en constante guerra entre padre e hijo a causa de una imprudente cláusula testamentaria de su madre. Las hijas tampoco se preocuparon de cumplir su voluntad. Disculpada queda a quien habiendo en testamento el reino su hermano fue por su padre y juna hermana encarcelada para librarse de ella.      

 A lo largo de mis varios artículos he seguido el tema del hallazgo del ignoto esqueleto de mujer, el cual fue de la ceca a la meca, estando por último en poder del médico antropólogo Dr- José Manuel Reverte Coma el cual emitió dictamen sin pronunciarse a favor ni en contra, relegando la única posibilidad de salir de la duda al análisis de ADN- Que el alcalde y el cura lo lean que ha de estar -salvo que se haya escamoteado- en el archivo municipal. Que lo lean  ellos y  quienes de una forma u otra les arropa, y algo también puede decirles la decisión de los navarros.

Desprecio improcedente.

Hay hombres cuya conducta es una mentira continúa..
     - Maurice de Hirch, empresario, banquero, judío alemán - 

Por parte de ellos y de quienes de una u otra forma les favorecen, por indirecta que sea la ayuda, doy por cierto que, aunque le importe un bledo el conocimiento de la Historia, es un tanto falsa la crasa ignorancia que  me mostró el Sr. Agueda, así como lo mismo e indiferencia del Sr. Pérez Esteban. Si dados sus dos cargos -alcalde y diputado provincial- que es su pane lucrando, para ganarse el pan, no le interesa  noticias surgidas de la historia de la provincia, pues apaga y vámonos´. La verdad ha aparecido, entonces la mentira es insostenible y deja en muy mal lugar no querer despedirse de ella;. de por sí el ser su amante denigra, es vil, despreciable, emitirla, como regla general, mas como, reza el dicho, ´no hay regla general sin excepción´ puede ser ésta la llamada ´mentira piadosa´, la cual no cabe si la verdad es patente para el que se pretende engañar. 

Resulta increíble de todo punto que el alcalde y el cura denieguen mi petición y, por añadidura, no contestarme. Con referencia al primero su determinación me lleva a pensar en esta opinión de Nietzsche: Los políticos dividen a las personas en dos grupos: en primer lugar, instrumentos; en segundo, enemigos. Se equivoca si me considera un instrumento suyo; es el político el que está al servicio del ciudadano aun cuando en la llamada hoy ´casta política´ piensen muchos de ellos que es al contrario -la sociedad civil ha de recuperar plenamente su mando-. No, nequaquam, de ningún modo, tiene el político poder omnímodo, y no debe actuar como si lo tuviera desde el presidente de la nación al último alcalde de pueblo.

No tiene porqué darse por ofendido el aludido por el hecho de que le inste a que proceda de modo pertinente, que no se continúe mintiendo. Yo  no ataco ad hominen, a la persona, sino a su proceder arbitrario, es decir, ´sujeto a la libre voluntad o al capricho antes que a la ley o a la razón´.(DAE). Que entre en razón, y no otra cosa, es mi voluntad, la base de la lucha que vengo sosteniendo y, Deo volente, Dios mediante, sostendré. en pro de que en Santa María la Real de Nieva (Segovia) se reconozca la verdad, se actúe de manera honesta, razonable, justa, con rectitud moral, honradez, respecto al sepulcro de referencia. 
Al cura otro tanto en cuanto a mi voluntad. Nunca me cansaré de insistir en ello, porque anhelo lo dicho, que, como dice F. Kennedy, la meta de la educación es el avance del conocimiento y de la discriminación de la verdad. 

Estratagema últimamente adoptada por el cura. Mi apabullante carta.

La tontería es la planta que mejor se desarrolla.
                                 - Manuel Azaña -

Recientemente me expuso: Sigue en pie mi oferta de cotejar datos científicos. Eso sí, de dialogar, no de imponer. Mi rápida réplica fue: No impongo otra cosa que el dialogar, que entre en razón. / Dígame que prueba tiene para no tapar la inscripción del sepulcro. Y comuníqueselo principalmente a los autores del Proyecto Poblet. Ahora nuevamente el sr. Agueda se  refugia en imponer silencio. Pasé a escribirle el siguiente correo-e:

Buenas noches, para no estar pasando por impostores ante quienes nos interesamos por la Historia y detestamos mistificaciones de la misma, se impone en toda línea que contacte usted con los que formaron el Equipo Poblet y la demostración con esos datos científicos de que dice dispone, que el resultado del estudio genético por ellos efectuado y presentado en el Monasterio de Poblet no es cierto. Mientras tanto tendrán razón para todo el mundo amante de Clío -y no interesado en seguir la mentira- en que los restos del sepulcro de la iglesia de Santa María la Real de Nieva (Segovia) no corresponden a Blanca I de Navarra. 

Últimamente me falsa inscr sorprendió manifestándome que dispone de datos científicos que se pueden cotejar con los del referido estudio -no sé usted sabe que éste fue largo y concienzudo-, lo que se halla en contraste con la ignorancia supina que me mostró cuando por primera vez me dirigí a usted con la petición de que, por favor, tape la falsa inscripción. Ya l había pedido a través de la prensa la líder del Equipo, catedrática de Historia Medieval en la UAB, Mariona Ibars i Puga. ¿Desde cuándo tiene datos que pueden dar al traste con la prueba genética aludida? Si es así, se presenta la disyuntiva siguiente: Es válido el resultado dado por los aludidos señores el 9 de septiembre de 2008 o son los datos de que dice disponer, pero para que no se pueda reprobar que en Santa María la Real de Nieva se lleva mintiendo ocho años y medio, respecto al arcosolio, es conditio sine qua non, condición indispensable, que dé rotundo mentís al estudio genético de referencia. 
 Además, así, de modesto sacerdote rural de la Iglesia Católica, pasaría a ser una gran figura de la Ciencia. Desde el seminario solamente se permite pasar a cursar una preparación de Letras, mas no de Ciencias, para ésta había que hacer el bachiller. Lo sé por un amigo cura que se hizo médico. Quedaría V., en cierto modo, como colega del Dr. José Manuel Reverte Coma. Por cierto, ¿ha leído el informe por él emitido sobre estos restos mortales en cuestión, que ha de estar en el Ayuntamiento?  
 Un saludo.
Ahora a escudarse, como el alcalde, en "presumir" de ágrafo. Claro que siempre es preferible a emitir juicios fuera de sentido, dicho sea en cuanto a ´capacidad de entender, apreciar o juzgar algo´, cual ocurrió con el anterior alcalde con un artículo aparecido en ´El adelantado de Segovia´ desbarrando con el intento de probar la autenticidad del sepulcro, en cuyo escrito expone al final que hablando con el Dr. Reverte Coma le expuso la imposibilidad de hacer una prueba con su hija Leonor, por cuanto en su sepultura solo se había encontrado una zapatilla. Pues y qué. Tardó la Sra. Ibars bastante tiempo, hubo fallos por diversas causas, en encontrar el cadáver idóneo para realizar la prueba de ADN mitocondrial, que se trasmite por vía materna per secula securom, por los siglos de los siglos -de todo ello he hablado hasta la saciedad-, así que se deje Eusebio García González de alegar tiempos transcurridos. Me preguntó el cura con quién se había hecho la prueba, y le informé detalladamente. No contestó, pero le supongo enterado.


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