miércoles, 21 de mayo de 2025

Del fango, degradación, depravación, de ayer -reinado de Juan Carlos I - a hoy - reinado de Felipe VI -. Poco va de ayer a hoy


Se ha llegado a alcanzar un gran nivel de conocimiento de la monarquía que dió entrada la Constitución de 1978, la cual  en buena sindéresis es de señalar nauseabunda; lo malo que no todos los españoles estamos debidamente provistos de discreción, razón y cordura sino que por desgracia se halla vigente la afirmación bíblica. Y pues,  como considera el Eclesiastés, stultorum infinitus est numerus, el número de tontos es infinito y existen en todos los tiempos, nos deja perplejo que la monarquía, reyes y su parentela, tenga aún adeptos, ¡cuántas opiniones, cuántas adulaciones, podemos leer, al menos mientras engañan! 


Después de que Don Juan Carlos le colocara, alrededor de las 9:30 horas, la faja de Capitán General de las Fuerzas Armadas a Don Felipe, padre e hijo se fundieron en un cariñoso abrazo. La faja militar, de la que cuelgan dos grandes borlas de color dorado —con los cinco entorchados correspondientes a Don Felipe como capitán general—, es de seda roja y debe ir anudada con un lazo a la cintura. Este fajín está únicamente reservado a los generales y los almirantes, por lo que antes de la proclamación de Don Felipe como nuevo monarca, esta prenda sólo la llevaba Don Juan Carlos.

A muchos consiguió antaño engañar  Juan Carlos I  y a muchos consiguió después engañar Felipe. Tanto el padre como el hijo han empleado la hipocresía a grandes dosis. Sabido es que como dice Larrochofoucauld  la hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud.
 
A sideral distancia de la rectitud moral están el padre y el hijo, por mucha confianza  que éste trató de infundir en él  a la sociedad, ciudadanos o súbditos. Puesto que España es un reino no sé a que viene denominarnos ciudadanos en vez de sub -debajo de- súbditos; será para mitigar la amargura que implica la institución monárquica por su inutilidad y explotación. Veamos para empezar el paralelismo de ética entre ambos,  encontrando que en algo es  mejor la de Juan Carlos. 

Como cristiano no pisoteó el sacramento del matrimonio en tanto Felipe y Letizia así  lo han efectuado, haciendo en el aspecto legal lo que David Rocasolano ve así: 'Yo estoy convencido de que el 22 de mayo de 2004, en la catedral de la la Almudena, Rouco casó a una princesa excomulgada Item más, la estratagema  perseguida: 'Felipe, Jaime del Burgo y Letizia llegaron a un arreglo de armar un matrimonio de conveniencia en el que Del Burgo tendría una habitación en Zarzuela y Felipe podría vivir su otra vida'.

En el vídeo que preside este artículo  se citan las varias relaciones masculinas que ha tenido Felipe y que es algo que a su padre dolía y trataba de tapar proporcionándole relaciones femeninas y temiéndose que por su ... manera de ser -igual a su abuelo materno- se cargara la monarquía. Es anormal en lo que atañe al apetito sexual; uno es bisexual, la otra súper lubrica por su promiscuidad unida a su padecimiento de ninfomanía.  A los dos se les puede aplicar el refrán que reza: 'genio y figura hasta la sepultura', sobre lo cual y empleándolo como título escribió una novela Juan Velara. En aquella ocasión la protagonista es Rafaela la Generosa, en esta ¿que epíteto  pondríamos a Letizia? Epítetos tiene varios, por ejemplo satánica y adúltera.  


Verdades presentadas por Laura Rodríguez y Javier Bleda.

'El rey -dice Bleda- no es que no pague impuestos, el rey fue y sigue siendo, un ladrón, y una persona que ha extorsionado a diestro y siniestro, y un traficante de armas reconocido Él no puede pedir comisión por nada, y desde antes de ser rey ya pedía comisión'. A estas y otras palabras retratando al emérito, se pregunta 'cómo puede ser así, tan sinvergüenza'  

Le expone Laura Rodríguez:

'Un impresentable. Creo que esta monarquía no sirve para nada. Entre Juan Carlos robando, Letizia con sus mil amantes, Felipe también con sus amantes, hombres, mujeres, Leonor diciendo que está formándose ... Si sabemos perfectamente que está de vacaciones en América, comprando en las tiendas con el novio'. Opina que Leonor no va a reinar, que los españoles están hartos de monarquía'.

Efectivamente, la pudibundez ya rebasa todo límite.

Se sostuvo el reinado de Juan Carlos l hasta su caída física por estar borracho hallándose de cacería en Botsuana con Corina, cuyo golpe inició sus problemas óseos. Encontrándose España en mal trance económico, él no vaciló en realizar un safari con su entonces favorita la citada Corina. Hizo Mariano Rajoy, presidente entonces, que el príncipe de Asturias fuera el deus ex machina que salvara la monarquía. Sabido es salvó ésta y su matrimonio, estando Letizia a punto de irse definitivamente con su sempiterno amante. 

Ante el sucio reinado de Juan Carlos I y el no límpido de Felipe VI cualquier persona cabal y que no arda malamente de meollo, ha de sentirse indignada, irritada, de la ética personal y con la que uno procedió y otro procede. Notorio es plus minusve, más o menos, que  va mucho de lo pintado a lo vivo, y no digamos de la actual reina consorte tan lúbrica que actualmente se niegan sus escoltas a hacer de celestinas, de escoltarla cuando practica sexo.