martes, 21 de enero de 2025

Unos de los reinados más infamantes, denigrantes, inverecundos, de la historia de España.

La monarquía es la subversión de las leyes de la naturaleza, y no puede ser racional ni admisible lo que a las leyes de la naturaleza se oponga. - Pi  y Margall -.  

                                            

Discrepancia excepcional de José Antonio Zarzalejos con la generalidad de autores.  

Felipe -debiera anotar su biógrafo que presentamos- es "un rey en la adversidad" por su padre, sí, pero también por sí mismo y por lo que eligió para él y para España.

De este periodista y escritor, natural de Bilbao, que en la actualidad cuenta 71 años de edad, es sobradamente conocido su curriculum  A tan combativo autor, que ya tuvo incidente judicial con Federico Jiménez Losantos, se debe esta biografía del denostado Felipe de Borbón. Por la existente unanimidad de los autores, viene a ser, pues, el de esta biografía una excepción de la regla general.  

Se auto-formula esta fundamental pregunta: ¿Está en peligro la monarquía parlamentaria española? Y se contesta: "Lo está, aunque el presidente del Gobierno,  Pedro Sánchez, haya negado los riesgos que la acechan. Juan Carlos I, el rey fundacional de la democracia española, administró con pericia y sentido patriótico y democrático, la complicada intersección de intereses  a la muerte de Francisco Franco [...], devolvió la soberanía al pueblo español, que plasmó en la Constitución de 1978 un gran pacto en el que el jefe del Estado, desposeído de facultades ejecutivas y de capacidad de mando [alguno tiene, sin ir más lejos, nada menos que el del Ejército] se alzó en valedor de la causa común del Estado de Derecho, sostiene el autor del libro a que vengo aludiendo. Lo malo del Campechano es que actuaba contra el Derecho y Moral en su devenir. Ya lo dice aquí Zarzalejos y esta harto manifiesto y manifestado..

Si su conducta como estadista se hubiese correspondido con la privada, si hubiese entendido que hay una hidrostática unión en su persona entre lo público y lo privado, que ser rey es una condición de naturaleza constante e ininterrumpida que no permite los desmayos vulgares, hoy la monarquía parlamentaria estaría plenamente consolidada.  Leemos. Acaso es exagerado este punto de vista por diversas razones en que cegado el autor por su atracción hacía la monarquía no ve o no quiere entrar. 

Expone, seguidamente, que la monarquía parlamentaria,  como forma de Estado,  está expresada en el artículo primero de la Constitución Apunta que "la idiosincrasia española consiste en erigir Constituciones (ocho entre 1812 y 1978, ambas incluidas)". Sí, desde "la Pepa" a la vigente, que sirvió para dar entrada al rey elegido por el dictador. Es un aserto incontrovertible que "el boquete que Juan Carlos I ha abierto en la monarquía parlamentaria es una herida sobre la que derraman sal y vinagre. Es evidente que los monárquicos están haciendo juegos malabares para que la institución monárquica no sucumba.

Me deja estupefacto el Sr. Zarzalejos con las siguientes líneas:

"Nuestro país tiene una gran oportunidad con un rey estadista  como es Felipe VI. No está aferrado irracionalmente a su condición de de monarca constitucional. Su misión última es entregar, cuando toque, la jefatura del Estado, con la mejor España posible" [si con la que está posibilitando la reina consorte que él aguanta inexplicablemente] a su hija Leonor de Borbón y Ortiz, o traspasar las llaves de la Zarzuela a un muy improbable presidente de la Tercera República si esa fuere la voluntad de los españoles expresada por el procedimiento constitucionalmente previsto". 

Lo de muy improbable presidente de la Tercera República no lo será tanto cuando Felipe VI  y su Casa Real se hallan aferrados a NO promover Elecciones Monarquía o República, optando él por permanecer ilegitimado, habida cuenta de que como consigna el punto 2 del artículo 1: "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado". La cruda verdad, es  que la monarquía ha sido mera obra de Franco, debida a su exclusiva voluntad.

 Hay en la Carta Magna dos artículos patentemente irrisorios: el 56, cuyo punto 3 dice literalmente: "la persona del rey es inviolable y no está sujeto a responsabilidad. Sus actos serán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2. Éste reza: "el rey nombra y mueve libremente a los miembros civiles y militares de su Casa". ¿Son sus actos refrendados? Nanay.

Se niega en esta biografía que el Príncipe de Asturias antepusiera a Letizia a aceptar sus funciones de tal, alegando que Felipe ha sabido siempre cual era su destino y nunca ha pretendido eludirlo. [...] ; expone que "cuando esa versión desafiante del príncipe hacia su padre fue puesta en circulación por una periodista, el entonces heredero cogió el teléfono, la desmintió y le reclamó un rectificación que se produjo por parte de la interesada de una menera vergonzante.¡Bueno, si lo dice el autor de esta biografía de Felipe VI ,,, Pero esto difiere del resto de biógrafos de Felipe y Letizia, los cuales unánimemente refieren la disyuntiva planteada por él: "O me caso con Letizia o renuncio a mis derechos". 

En fin, con este desafío o no cedieron sus padres a lo que desde un principio se opusieron, o sea, a que contrajera matrimonio morganático, tanto menos con una divorciada. Y con bastante más negatividad, pues salió a conocimiento público que era una mujer de vida sexual promiscua. A posteriori ésta iría saliendo a todo detalle, principalmente desde la obligada abdicación de Juan Carlos I, cuyo hecho de pasar a ser coronado como sucesor de su padre dió al traste con el proyecto de la Princesa de Asturias, que no era otro que el de abandonar a su marido por el amante de siempre -Jaime del Burgo-.  Ante la buena nueva de pasar a ser reina no se lo pensó dos veces y rectificó, quedando nuevamente el navarro tocando tablas. Antaño el Príncipe le desbancó, y ahora nuevamente. Ayer por ser príncipe, hoy por ser rey; es en lo que se cifra -poder y dinero- la atracción de Letizia Ortiz Rocasolano, por lo demás, y sirviéndome de una expresión de Bécquer sobre su amada, "en su corazón no hay una fibra que al amor responda".

Apenas se habla de Letizia en este libro que vengo comentando en el que se exalta al matrimonio principesco que llegó a real antes de lo previsto, "no hay mal que por bien no venga, según la paremia. La golfearía y robo del monarca, auténtico donjuán, propició el reinado de Felipe VI y Letizia del que, como tenemos a la vista, se viene echando pestes, y este  mal va increscendo.. No deja de reflejar el biógrafo el gran cariño que Felipe siente por su madre influyendo en ello la destrucción matrimonial que hubo de sufrir en la infancia de los hijos, mientras siente "un sentimiento contradictorio hacia su padre". "Es su madre -expone Zarzalejos- "quizá la única persona más allá de su mujer y sus hijas por la que siente una sincera debilidad y cierta admiración". ¿Quién lo ignora también? Nadie absolutamente. No entiendo, nadie entiende, que pese a sentir gran amor filial materno permita que su amada esposa -amada únicamente en opinión del autor- la maltrate, que no corte de raíz tal hostilidad. 

Se rehúsa a presentar en esta obra  un Felipe "real", verdadero, auténtico,  -en mentirosa, adulación, de su triste realidad-, se trata, por el contrario y con evidente tendenciosidad, de mejorar ostensiblemente su etopeya. Él realmente sale a su padre, sigue la casta Borbón, que, como es notorio, se destaca en quebrantar al máximo el sexto y séptimo mandamiento del Decálogo cristiano. David Rocasolano nos asegura que Felipe también hace ... """negocios""". Tampoco entiende de fidelidad conyugal  Añádele el defecto de que se le acusa  de ser homosexual. Cierto o falso; yo no aseguro lo uno ni lo otro, relato refero. 

¿Es el hijo y sucesor de Carlos I persona de suerte?

Ya dice este biógrafo que comento que es "un rey en la adversidad". No todo le ha resultado adverso. A pesar de su matrimonio morganático, reina.

Sus ancestros que  incurrieron en matrimonio morganático -dos hijos de Alfonso XIII y de su esposa María Victoria Eugenia de Batenberg no pudieron reinar por ello- Felipe sí. Y a Juan de Borbón Batenberg que le casó su padre con su prima María de las Mercedes de Borbón y Orleans, se lo impidió Franco, por distinto motivo. Adiós Juan III. Los cánones para el matrimonio entre la realeza quedaron sin efecto primero en otras naciones de Europa; ello está súper tratado en la Historia y en la biografía y es conocido de cualquier persona amiga de Clío. 

Pero el matrimonio tremendamente disparatado del Borbón no es por carecer la novia de sangre real o aristocrática -ni por ser nieta de un taxista, como arguye Jaime Peñafiel-, sino por su pasado. Ya he indicado su promiscuidad, su relación sexual sumamente variable a día de hoy tan cacareada, siendo predestinados a cornudos todos sus amantes. -¿cuál no lo ha sido?- y sus dos maridos. Al llegar la periodista nada menos que a reina ha continuado su costumbre non sancta precisamente. Felipe VI, en definitiva, ha tenido la suerte de reinar aun con una mujer de la calaña de Letizia. E inverosímilmente se va sosteniendo este coyunda matrimonial como real desde el 19 de junio de 2014, sobre todo desde últimos del año 2024 en que surge a escena el amigo de Felipe y antiguo amante de Letizia, Jaime del Burgo,  iniciando revelaciones y lucha contra ellos.  Así dice Peñafiel, ap. "Letizia y yo": "desde hace unos meses, los secretos de alcoba, romances y escapadas de la reina son de dominio público".  

El estigma que constituye Letizia es de los motivos más importantes que impone el cese de la monarquía junto al de su inutilidad.

Como titula el autor de su visión - en acepción de su punto de vista- de Felipe de Borbón: "Felipe VI. Un rey en la adversidad", es esto lo más próximo al acierto que señala de la vida y milagros que refiere de su biografiado. Menos cala en la autenticidad de la mujer oprobiosa que es la reina, consorte que apañó y le apañaron para tal y para futura reina, la cual, insisto y nunca se insistirá lo bastante, está impregnada de inverecundia, baldón, vilipendio, estigma, Que el hado, pues él, en definitiva, así lo quiso, les perdone a él y a sus colaboradores      

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