martes, 10 de mayo de 2022

HACIENDA Y TÍTULOS LLOVIDOS DEL CIELO - ÉPOCA DE FRANCO Y DESPUÉS (Primera parte)

Verdad es que el origen de casi todas las fortunas suele ser inconfesable, y muchos pergaminos han venido a dignificar las ganancias ilícitas de negreros, prestamistas usuarios, proveedores sin conciencia y jugadores de ventaja. (Augusto Martínez Olmedilla, en La cuarta esposa de Fernando VII

Si al dictador Francisco Franco lo de 'no matar' le importaba un bledo, como es regla general entre ellos, si prestaba alguna atención -entre extraños- al 'no hurtar'. En amistoso coloquio le reprochó una vez a Nieto Antúnez  los sucios negocios en que se había enterado estaba metido; entonces el marino le contestó que, efectivamente, tenía entre manos estupendos negocios, y Franco le replicó que ello no estaba bien ni le iba a la profesión de ellos. Nieto Antúnez le manifestó que había que ayudarse económicamente, a ti no te hace falta porque lo tienes todo gratis. Era uno de los dos amigos íntimos que tenía el Caudillo , el otro era el compañero militar franquista Camilo Alonso Vega. Por muy amigo de siempre que fuera Pedro Nieto Antúnez, almirante que en dos de sus gobiernos -el del desarrollo económico y el de desarrollo político- le tuvo como ministro de Marina, no se atrevió a exponerle algo que era casi notorio, y en el ocaso del régimen lo fue; que él no se aprovechaba de su situación privilegiada para hacer ... "negocios". Obviamente sí lo permitía a su mujer, en primer lugar, a su familia próxima y a amistades. 

En Señora presidenta, de Julia Navarro, leemos con referencia a la familia de Franco tras su muerte 

Carmen Polo seguramente vivió preocupada por las cada vez más patentes desavenencias de su hija y el marqués de Villaverde, Lo que nadie se atrevía publicar cuando Franco vivía se publicó después. Hoy parece que la hija de Franco se dedica prácticamente a jugar al bridge  y mantiene un silencio tan desdeñoso como distante. Martínez Bordiu fue cesado como jefe de Cardiología del Ramón y Cajal y perdió todos sus cargos honoríficos. En cualquier caso, la familia no ha sufrido ningún tipo de represalias económicas ni sociales, ni de ningún otro tipo.Sin duda es una familia con suerte. No todas en España pueden decir otro tanto. España entera sufrió durante cuarenta años el oprobio de una dictadura . Los Franco vivían felices y prósperos. Los españoles han sido harto generosos no pasando factura por tanto sufrimiento y horror.

Tan buena suerte ha tenido esta familia que Francis a la muerte de su abuela materna pasó a ser Señor de Meiras, a pesar de que ese nombramiento tenía carácter vitalicio. Se hizo la vista gorda, mientras, por otra parte, no se lo disputó su hermana mayor, Carmen, que a la muerte de su madre será marquesa de Villaverde y duquesa de Franco al ser primogénita. Por el contrario del Señorío de Meiras, el ducado de Franco si es hereditario. Ambos títulos nobiliarios fueron concedidos a la viuda y a la hija del dictador, respectivamente, por el rey en prueba de agradecimiento a quien debe la Corona Real. Es incontrovertible que difícilmente la hubiera obtenido mediante unas Elecciones generales. Y él lo sabía. En estas estamos a día de hoy tras el bochorno que cubre  la monarquía de Juan Carlos I, ya sostenida por arte de xx en su hijo, actual Borbón Felipe VI. 

Franco no se despepitaba por el dinero, mas sí por figurar, no dejaba de ser un parvenu un advenedizo, y al ver su suerte soñaba y soñaba. En el libro Villaverde, fortuna y caída de la Casa de Franco, de Mariano Sánchez Soler, se refiere que quiso instalarse en e Palacio Real, por supuesto con el beneplácito de su esposa, y no lo efectuaron gracias al sensato consejo de quien en aquel tiempo era su ego, su cuñado Ramón Serrano Súñer. Les disuadió argumentando que ello produciría la irritación de los monárquicos [los había nostálgicos, incluso en el ejército triunfador, generales que Franco tuvo que torea para sostenerse como el amo de España ], además de que sería identificarse con la caída por debilitamiento del viejo Estado. 

Cuando el matrimonio vino a Madrid por primera vez, a ella le gustó un piso de La Castellana, pero él dijo que la renta no estaba al alcance de su paga. Le contestó que se preocupara de sus funciones, que la economía la llevaría ella. Le alquilaron con la ayuda del padre y suegro, respectivamente, de ellos, Felipe Polo. Ya había pasado el tiempo en que Franco era despreciado por la familia de la novia, perteneciente a la elite onovense, por tratarse de un oficial de modesta familia, que en Oviedo se alojaba en una pobre pensión de la calle del Rosal. Le ayudó seis años después el volver como héroe de la Legión, en la guerra de Marruecos, y por méritos de guerra ascendido a teniente coronel, pero seguía siendo pobre, el pobre de la familia. Y aunque le nombraran gentilhombre de  Cámara del Rey. Viene a cuento de esta consideración estas líneas de la citada obra Señora presidenta:

Dicen las crónicas que el marqués de Villaverde consiguió casarse con Carmen desplegando su simpatía o su encanto de galán de la época ante 'la Señora'. En él veía la encarnación del joven distinguido, de buena familia, cortés y, sobre todo, marqués. Porque aquella señorita ovetense de alguna manera había hecho, en principio, un  matrimonio regular, matrimonio que posteriormente se transformó en un magnífico negocio, puesto que durante cuarenta años España se convirtió en le finca privada de los Franco. Pero a su marido le faltaba el glamour de pertenecer a una buena familia. Y sin embargo doña Carmen se vio compensada porque su hija Carmencita si se casaba con un hombre que, ya digo, era una especie de galán de la época. Por cierto que a Cristobal Martínez Bordiú le nombraron Caballero del Santo Sepulcro poco antes de casarse y los maldicientes dicen que de esa manera pudo lucir un uniforme de gala principesco en la boda.  

Boda de Carmen Franco y Cristóbal Martínez-Bordiú

Era la época de los uniformes, el militar en primer lugar. 

Retomando el tema de los domicilios que tuvieron el matrimonio Franco Polo, diré que en el curso de la guerra civil ya empezaron a ir de palacio en palacio, lo que mucho les gustaba como hemos visto al pretender ocupar el Palacio de Oriente. El 26 de agosto de 1936, primeros días de la rebelión, se instalan en el palacio de los Golfines de Arriba, en Cáceres, ; poco después, al ser proclamado Generalísimo, pasan al palacio arzobispal de Salamanca, cedido por Enrique Plá y Daniel. Trasladan el Gobierno a Burgos y habitan el palacio del Paseo de la Isla, propiedad del conde de Muguiro. Los palacios no eran de ella ni de él -que nada tuvo hasta que...-, mas estaban exentos de pagar una renta exorbitante, la que hoy día cobra todo propietario de inmueble del más modesto al más lujoso. ¡A lo que se ha llegado a través de los políticos y a causa de ellos, a los que Franco achacaba el mal de España para terminar convirtiéndose en un político más! La renta que ellos satisfacían era módica, asequible, como "renta protegida".(Acostumbrado a ello,,ocurrió que congeló la renta urbana durante su mandato; luego se ha pasado al extremo opuesto. Mil perdones por la digresión) 

Acabada la guerra y teniendo que desistir, como ya queda dicho, de ocupar el Palacio Real, elige el matrimonio el de El Pardo, también Real, realizando en él alguna reforma, así como aumentar los muebles y pinturas de valor. En él  vivirán <a cuerpo y alma de rey> . Su escolta, ya la mora hasta que hubo de entregar el protectorado, ya la motorizada a partir de entonces,, no pudo envidiar a ninguna escolta real. Al morir Franco, su viuda deja el palacio de El Pardo dos meses después para trasladarse a un piso de la casa de su propiedad en la calla Hermanos Bécquer, número 8, en la que residirá hasta su muerte ocurrida un sábado 6 de febrero de 1988. Ocupó su piso unos diez años, pues terminó de decorarle en 1978, viviendo  hasta entonces con los marqueses de Villaverde.De esta finca habitada por la familia, ya muerta, retornó -su cadáver- a El Pardo.

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