jueves, 14 de noviembre de 2019

La engañifa de Franco como modelo de católico y de monárquico y la veracidad, realidad, de su desmedido enriquecimiento.

La pena de muerte, y esto es una verdad incontrovertible, se opone al quinto precepto del Decálogo de la Iglesia Católica: 'No matarás'. Y, como es notorio, el dictador firmó sentencias de muerte durante toda su dictadura, la cual duró nada menos que de 1939 a 1975. Y siempre lo efectuó  de modo impasible, ya su sobrina Pilar Jaraíz Franco, fallecida en 1996 a la edad de 93 años, no dejó de comentar que 'su tío despachada las sentencias de muerte tranquilamente después de comer mientras que se tomaba el café'.
                                                                             

Maneras de matar, que no solo el fusilamiento.

Existió la horca fue el medio de ejecución de la pena de muerte desde tiempos remotos a nuestros días, recordemos, por ejemplo, que tras  la Segunda Guerra Mundial, en 1946, fueron ahorcados los nazis juzgados en los juicios de Nurenberg, así como posteriormente los japoneses  igualmente acusados de crímenes contra la humanidad.   
                                                                               

El garrote vil data de la Edad Media. Estuvo vigente desde 1820 hasta la abolición de la pena de muerte en 1978. Salvador Puig Antich fue el último que así murió; fue ejecutado en la Cárcel Modelo de Barcelona  por el verdugo titular de la Audiencia de Madrid, Antonio López Sierra, el 2 de marzo de 1974. Tenía 25 años, era licenciado en Ciencias Económicas. Fue solicitado su indulto por  varios mandatarios extranjeros, incluido el Papa y el  canciller alemán Willy Brandt, colectivos de derechos humanos, mas Franco permaneció impertérrito. En muchos países de Europa tuvieron lugar manifestaciones de protesta contra su ejecución. Está enterrado en un nicho del cementerio de Montjuic.
                                                                               
Barcelona inaugura un monumental dedicado a Salvador Puig Antich, 5 de marzo de 2016.
Era así la ejecución por garrote:
Estuvo vigente en España desde 1820 hasta 1978. 

Los asesinatos durante la guerra civil.

De la bibliografía que al respecto existe, puede servir de paradigma este libro: 
                                                                     

 En él se habla de la más feroz represalia. El balance de víctimas mortales de la guerra civil gira en torno a 150.000 personas, de las cuales corresponden unas 50,000 a la zona republicana, el doble a la sublevada. A  ésta hay que sumar 50.000 ejecuciones de la represalia de la victoria. Se identificaron las victimas del bando vencedor, pero no las del vencido; éstas se dieron por ignoradas durante la dictadura, pasando a resultar de difícil cuantificar  e identificación. Por ello se viene batallando, con su altibajos, a lo largo de la transición, como se informa en las obras de referencia en  este artículo.       


¿Puede un país democrático permitir que miles de ciudadanos asesinados como animales por un régimen dictatorial permanezcan enterrados al borde de las cunetas? ¿Puede soportar que eso suceda mientras quien amparó y propició la matanza descansa bajo el altar mayor de una basílica cristiana? La respuesta es tan evidente que casi ofende hacer la pregunta. Pero lo que ofende de verdad la memoria de quienes fueron masacrados , a sus mujeres y maridos, a sus hijos, a sus nietos, es que la pregunta aún pueda plantearse hoy, seis décadas después. Solo los verdugos o quienes comulgan con su ideología podrían responder afirmativamente, sin matices. Pero entre el resto hay mucha gente de buena voluntad que, por el desconocimiento o por la distancia que proporciona el tiempo, opina que es mejor dejar las cosas como están, no reabrir viejas heridas aparentemente cicatrizadas; personas que creen que el tiempo hace soportable el dolor, que el olvido todo lo cura.
No tal, hay heridas que no cicatrizan, y aun las que cicatrizan dejan huella. Y aquí falla algo este aserto de nuestro Premio Nobel don Jacinto Benavente: 'El mágico reloj de la vida corre demasiado deprisa, y hasta las más cruentas heridas llegan a cicatrizar'. Por otra parte, no  cabe, no tiene lugar o entrada, el olvido del dolor. .      

La conducta del dictador con la monarquía.

En cuanto a este caduco régimen político -se mire por donde se mire y clase de monarquía de que se trate- la relegó a su dictadura, extendiendo su voluntad y poder a la elección de un rey a su plena satisfacción, para lo que el elegido había de adoptar principios de la dictadura. Pero en esto de 'dejarlo todo atado y bien atado', le salió el tiro por la culata.

Hoy día se ha permitido uno de los nietos del dictador decir que si Juan Carlos I reinó, y  reina su hijo, Felipe VI, es gracias a su abuelo.Verdad también que éste no quiso que volviera Alfonso XIII, que gran esperanza concebía en  ello de ganar la guerra los sublevados, con cuyo bando fue muy generoso económicamente y seguía su desarrollo al detalle. Junto al desengaño recibió la recriminación de su cobarde proceder de abandonar el país, salir huyendo. Cierto igualmente que impidió reinar al Príncipe de Asturias y creó un Príncipe de España. Todo a medida de su voluntad, como dictador se consideraba con todos los poderes políticos. 

De su lucha para evitar la monarquía ya hablé en artículo anterior; no puede, en definitiva, ser más controvertible, el ideal monárquico del dictador Franco  

Ceguera o pasión de sus descendientes.

Todo ello a lo que parece es ignorado por su descendientes, y en primer lugar por su bisnieto Borbón que protesta de que su familia es humillada como si se tratara de delincuentes. Humillados no son, pero venerados, tampoco. Parece ser que el no ser respetados en sumo grado por su representación y recuerdo es para esta estirpe familiar humillar, rebajar, abusar, vilipendiar. Acabada la dictadura con la muerte del dictador -tanta buena suerte tuvieron él y su familia-no hay porqué ensalzar, enaltecer, a sus descendientes, ya se han encargado ellos de encumbrarse a golpe de negocios desde un principio 'por ser vos quien sois' y, por otra parte, con un sentido de la propiedad de un jefe de Estado un tanto equivocado, cual ocurre en tomar por tal los regalos. Pero, además, no todo son regalos, sino que unánimemente se dedicaron a amasar fortuna, lo que ya Cicerón rechazaba duramente: 'Servirse -dixit- de un cargo público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable'. Y ya, al margen de la política, de una manera general asegura Balzac que 'detrás de cada gran fortuna hay un robo.

¿Cuándo se van a percatar de que viven en un país de Derecho y que éste existe también para ellos; en suma, que ya de nada sirve ser nietos y bisnietos de dictador. Han de acatar ser sometidos a la Justicia, respetar todos los Poderes del Estado como todos y cada uno de los ciudadanos. En lo que atañe al orden de sentimientos y costumbres son igualmente seres corrientes y molientes, con sus virtudes y fallos humanos. Difícil es ser una persona íntegra. recta, proba, intachable,  tanto más siendo dada a los negocios, ya dice Santiago Ramón y Cajal: 'Se ha dicho hartas veces que el negocio es el dinero de los demás. De igual modo podría afirmarse que el poder y la felicidad son el infortunio y la angustia del prójimo'. Si algo hubiera que agradecer a Franco no sería precisamente el enriquecimiento que logró.
                                                                              
Francisco Franco S. A., un negocio más de 40 años después...  

Hizo la guerra y con la guerra y por la guerra una gran fortuna, o sea, luchó también pro domo sua. 


Fueron todos en comandita a acumular fortuna, así el  'yernísimo', aparte de los varios altos cargos que tenía como médico -no es necesario decir a qué o a quién se debía- y que malamente atendía, en primer lugar por falta de tiempo, se dedicaba a negociar con lo que fuere. Él introdujo en España la moto Vespa, por lo que fue apodado el 'marqués de Vespaverde'. No menos irresponsable fue como esposo por sus descarados devaneos , mas hay  que decir algo a su favor, y es que cuando su hija primogénita cometió la felonía matrimonial se  concienció puso del lado del yerno y nunca dejó de estarlo, tanto es así que a la muerte del ex yerno  se trasladó, con otros, a EE. UU. para traer el cadáver. Nunca se rompió la relación entre uno y otro. 

Algo positivo respecto del vínculo matrimonial hay que señalar en su esposa al no pensar jamás romper dicha atadura, a pesar de sufrir infidelidad. Al principio todos contentos al hallar lo que deseaban. Circuló esta coplilla: 'La niña quería un marido, / la madre quería un marqués, / el marqué quería dinero, ¿ya están contentos los tres!'. No tardó el marqués -pero marqués en busca de fortuna crematística-  en defraudarles en cuanto a su compromiso de fidelidad conyugal, y Carmen Franco se resigno a ello. Duró el matrimonio cuarenta y ocho años al fallecer él en 1998, sobreviviéndole ella como viuda veintiún años. Quiso, además, ser enterrada junto a su marido con el que tanto tiempo había vivido. Todos vieron, a excepción del dictador, las separaciones y divorcios de hijos y nietos, algo que no se admitía en el franquismo. En este sentido no se dirigió nunca la nieta que, se dice, era la preferida de Franco, María del Mar, 'la ferrolana', como lo efectuó el día del traslado de sus restos, comunicando a su abuelo que profanaban su sepultura. Demostrado está que no ha habido tal profanación, mientras ella no puede demostrar que no se ha divorciado por dos veces. E igualmente los divorcios habidos en la saga Franco.

Ni el dictador ni la familia Franco son católicos ejemplares, que digamos. Y tampoco intocables para siempre.

Tan controvertido es el catolicismo de Franco como su ideal monárquico. Si bien se mira, ni siquiera parece controvertido, de opiniones contrapuestas, sino que resulta evidente que su fe y su ideal monárquico dejó mucho que desear. Asimismo sus descendientes que, si no firmaron muertes, sí incurrieron en "negocios" -todos en común, y cada uno por su parte-. ¡Con qué frialdad firma las penas de muerte todo dictador! Y ello me recuerda algo tan contrapuesto como la dimisión del tercer presidente de la Primera República Española, Nicolás Salmerón, quien antes que firmar una sentencia de muerte, dimitió. Los Franco no tuvieron la potestad de firmar sentencias de muerte, pero sí enriquecerse fácilmente, y es obvio y notorio que a ello se aplicaron. Cayeron, pues, de bruces contra el séptimo y el noveno mandamiento de la Ley de Dios. Encontrándose la familia en la cumbre de pode, nadar podía intimidarles. Que hoy día no entiendan que el abuelo ha muerto hace cuarenta y cuarenta y tres años, ya es otra cosa. ¿Cómo pueden perdurar tanto los resabios autoritarios? 

Velis nolis, quieras o no quieras, han de rendirse a la evidencia. Les ha llegado la hora de oír lo que no quieren por hacer lo que no debieron. Próximamente se publicará el libro cuya portada coloco a continuación. Su autor ha ahondado en los entresijos de los turbios negocios de esta familia tremendamente seducida por el lujo y la riqueza  
                                                                       

En los extractos de este libro que adelanta Vanitaty Fair vemos que Martínez Bordiú y su hijo Francis fueron los principales hombres que dirigieron los negocios. Se relata bastante de la vida y milagros de él, quien un día reclamó judicialmente al hoy autor de este libro una indemnización de diez millones de pesetas por vulnerar su honor. Pero la información difundida era cierta y además no afectaba al honor. El magistrado juez emitió:
'No cabe declarar que la información difundida por los demandados, y especialmente por don Mariano Sánchez Soler, constituya una intromisión ilegítima en el derecho al honor del actor (Francisco Franco Marnez Bordiú)en cuanto que la misma es veraz. [...]
Quedó patente -patente y marca- que ya había desaparecido el poder omnímodo de esta familia. Empero parece ser, a deducir por el comportamiento que ha/n tenido con motivo del traslado del cadáver del dictador, que ellos se creen todavía omnipotentes. piensan que continúan siendo lo que fueron: la familia más poderosa de España bajo la dictadura.  En orden a hacer negocio, ninguno vaciló en paso a dar.  


Ya dejé indicado lo que de busca-dotes tuvo el marqués, quien fue para ellos gran acicate para crearles desmedido afán de lujo y riqueza, que ya anidaba bastante en Carmen Polo, la cual se hizo insaciable en  ello. Acerca de lo cual opinaba el general Muñoz Grandes:
Me parece muy mal que la señora del Caudillo lleve tanto lujo de alhajas. No puede sentar bien a nadie y entre los militares se comenta con disgusto porque nosotros defendemos la austeridad en todo, y más en la vida de un gobernante en el que se fija todo el mundo.. ¡Mucho lujo, mucho lujo y ostentación! ¡Y eso le está dañando mucho! 
En otra parte expone:
El poder tan enorme que tiene un dictador, rodeado por un sinfín de malos amigos hace que estos le animen, por afán de lucro, a desviarse de la vida de austeridad y buen ejemplo que debe llevar. 
La realidad nos dice, en este sentido, que su primer enemiga fue su esposa hasta que surgió a la familia el marqués que tomó la batuta en los negocios. Yerno y suegra se llevaron muy bien y trataron de que el dictador colocara de reina -a posteriori, obviamente- a la nieta tras su primer matrimonio Alfonso de Borbón. La Señora, con pueril vanidad, ya rendía a su nieta honores de princesa. En cuanto a ella y su conducta de cristiana dice algo en su contra esta exposición de Eva Perón:   
A la mujer de Franco no le gustaban nada los obreros, y cada vez que podía los tildaba de rojos, porque habían participado en la guerra civil. Yo me aguanté un par de veces hasta que no pude más y le dije que su marido no era un gobernante por los votos del pueblo sino por imposición de una victoria. A la gorda no le gustó nada.
Tan torpemente se significaba Carmen Polo contra la humanitaria primera dama argentina muy  relacionada con sectores populares, incluidos los 'descamisados', como se conocía entonces al obrero argentino, Dicha inconsciencia, improcedencia, de ella tuvo lugar en la visita que la referenciada hizo a España en 1947 que ayudó sobremanera a afianzar a Franco aislado internacionalmente. En orden a servir a su país eran diametralmente opuestas estas damas homólogas.

Se ha dado a conocer que Muamar el Gadafi, dictador de Libia tenía 87 millones,  Fidel, 900, Chávez, 3,200, ¿Y los Franco solo 100? Pero no deja de ser más reprobable  en Franco y familia dado que este dictador ha sido el único en la Historia, no ya de España sino universal, el único dictador a quien la Iglesia brindaba la entrada al templo bajo palio. Aparte de que de fortuna es bastante más; se habla de 400, también de más de 500 millones. 

El susodicho Mariano Sánchez Soler habla en concreto de ello.

   
Indigna ver cómo se volcó España con a que fue su primera dama durante el franquismo, ver que llegó a percibir una pensión de viudedad muy superior a la paga de su  marido es algo que clama al cielo. La familia generada por el dictador nada hizo por España, todo 'pro domo sua', a su propio beneficio. 'La Señora', que de viuda sería 'La Señora de Meirás', vivió únicamente para ir de tiendas de joyas y muebles. En cuanto a las joyerías ya manifiesta Sánchez Soler que elegía, se llevaba y decía que fueran a cobrar a El Pardo. En su día se comentaba sotto voce, en voz baja y en secreto, esta actuación de ella, y, en consecuencia, la determinación de los joyeros.para aliviar la pérdida. 

Si deja mucho que desear la familia Franco como cristianos ejemplares, ¿qué decir de él como autor  de una dictadura repleta de víctimas -cruentas y no cruentas-, cual es todo dictadura. Si por algo sintieron adoración fue por el becerro de oro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario