jueves, 13 de diciembre de 2018

Sabiduría infinita

Quiero saberlo todo. Y siempre me encuentro como antes, triste como la vida y resignado como la sabiduría.
- Giovanni Papini -

Creo que la mejor interpretación que puede hacerse de Dios es la de Amado Nervo, en 'El arquero divino': 'He aquí un bello nombre para Dios: <El Sublime desconocido...>. En concepto Carlyle, 'la religión es el hecho principal de cuantos conciernen al hombre'. José Antonio Jáuregui en su libro 'Dios, hoy en la Ciencia, en la Sociedad y en la vida del Hombre' (1992) consigna:
Dios es el gran tema humano, el gran tema cultural que inspira la ciencia, que cimenta la sociedad e ilumina la cultura. Dios, al mismo tiempo, alguien, el ser que no deja indiferente a ningún ser humano a lo largo de su vida. La vida de cada ser humano es una relación afectiva, más o menos armónica, más o menos borrascosa, más o menos lúdica o agresiva con Dios, con diversos altibajos, con momentos más o menos tensos e intensos.
La ciencia sostiene que el inició de nuestro universo fue el Big Bang, explosión de energía y luz. Ello, obviamente, destruye de modo total el creacionismo o doctrina teológica que afirma que Dios creó el mundo de la nada. e introduce el alma humana en el instante de ser concebido. La Iglesia, algún miembro de la misma en alguna ocasión, dio beligerancia a alguna idea científica, pero en cuanto alma del hombre, exigía se había de aceptar que se le insufla Dios.

El universo habla de su sabiduría; todo descubrimiento científico es una revelación de Él. Pero no siempre del Dios que generalmente se anhela, el que ansiaba Unamuno. Volvamos a recordar ahora este significativo aserto: 'La ciencia sin religión es coja, la religión sin la ciencia es ciega'. Lo afirmó ese genio del siglo XX que fue Albert Einstein, el cual creía en el Dios de Spinoza, que nos dirige pero no nos juzga, que es parte del todo. Deja frío el panteísmo y cuanto se le asemeje. La ciencia no rechaza la infinita sabiduría de Dios, cada paso de la misma lo corrobora. En nuestro tiempo se ha operado el desarrollo de la genética.

En todo lo creado vemos una inteligencia infinita, y especialmente en lo del ADN. No me extraña leer que se considere: ADN: el código de información de Dios. ¡Y pensar que el párroco de Santa María la Real de Nieva -recientemente fue trasladado con motivo del pleito iniciado en febrero de este año, 2018, entre él (Obispado) y el Ayuntamiento al no presentar el alcalde al referido cura documento acreditativo de la propiedad del monasterio- desprecia la verdad! Le interesa, y me parece bien, en cuanto la titularidad de la iglesia y demás dependencias, pero debiera interesarle también evitar que se engañe con el sepulcro. Además, y por otra parte del terreno de la fe en Dios que se le atribuye a todo clérigo; tampoco puedo concebirlo en quienes no me atienden en mi lucha contra la falsa inscripción del sepulcro, presentándome hasta la evasiva pueril de un ADNmt. invalidado. Ello según hube de rechazar recientemente. Aquí sí que <ver para creer>, y hasta la fecha no hay nada que ver. Continuo, pues, rechazando de plano que la indicada sepultura sea de quien la placa dice, y que lo desmintió hace diez años la prueba dicha.


Concluyo aquí este inagotable, inabarcable, incomprensible tema de Dios, recordando los siguientes versos de Meléndez Valdés: ‘Mientras más te contemplo y con más ansia / te sigo, más te alejas, / y tu bondad inmensa y mi ignorancia / tan solo ver me dejas’.

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