sábado, 7 de mayo de 2016

Acerca del problema de la vivienda, que se ha hecho arduo, espinoso y de extrema iniquidad

Tengo recelo del Gobierno y desconfío de los políticos;
pero como es preciso tener un Gobierno prefiero que
sea democrático.       -Bertrand Russell-    

Es notorio y arbitrario, lo uno debido a lo otro, que la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) constituye palmaria sinrazón,parcialidad, abiertamente está a favor del casero contra el inquilino, por el contrario detextos anteriores en que el beneficiario era éste. Y en ambos casos ha sido y es con exageración, valga como paradigma el tiempo de vigencia del contrato. Otrora no podía el arrendador echar al arrendatario por razón de tiempo del mismo, lejos de ello pasaba, cual si de propiedad se tratara, de padres a hijos. Incuestionablemente era tremenda njusticicia; ello motivaba que la renta se convirtiera, defasándose grandemente, en irrisoria. Del mismo calibre es lo que ocurre con la vigente LAU en cuanto al tiempo, el hecho de la duración contractual de cinco o de tres años. Este atropello, abuso manifiesto, llevó, entre otras cosas irregulares, a ponerse de moda la compra del piso -consecuetemente la venta de una finca por pisos- rehuyendo el alquiler, el cual se hizo temible tanto por la desorbitada subida del mismo como por las condiciones que entraña: la de convertir al arrendatario en una especie de 'el holandés errante', navegando siempre y sin tener anclaje en puerto alguno.. Verdad que se hace asfixiante la hipoteca -y no voy a entrar en la picaresca de inmobiliarias y bancos al respecto-, pero no lo es menos el pagar un alquiler y someterse al dueño de una finca o de un piso, al menos en vía de adquisición de la vivienda no hay en su ocupación tiempo limitado.

Ni que decir tiene que este conjunto de circunstancias que concurren en el tema de la vivienda clama al cielo y requiere surja el Deux ex machina que lo arregle; esperemos que este ancla de salvación venga tras obtener la victoria electoral los partidos emergentes.  Es de recalcar,  porque nunca se repetirá lo bastante, el desaguisado, agravio, disparate, desatino, desconcierto, desbarajuste a que se ha llegado en materia de alquiler de vivienda.  Paremos mientes en la enorme diferencia entre rentas antiguas y actuales y en viviendas similares; las primeras devengando un alquiler de tres o cuatro mil pesetas mientras los inquilinos de las segundas habían de efectuarlo de sesenta mil. Yo mismo pagando esta mensualidad tenía por vecinos una familia que pagaba sobre cinco mil. La finca no era de un casero particular, sino correspondiente a una inmobiliaria y como ésta tratara de aburrirles para que se fueran -su contrato, como es sabido por todo aquel que tenga alguna idea en este tema, carecía de tiempo límite- se apuntaron a un Seguro de albañilería y fontanería para no luchar en ello con la propiedad. Existía la tirantez, pero ésta nada podía hacer por subirle la renta. La resultante es que lo que inquilinos de éstos pudieran pagar de menos en una renta razonable, la mayoría lo pagábamos de mucho más. Recuerdo también que alguien me contó que tales viviendas a las que fijaban alquileres tan altos se habían vendido a quinientas mil pesetas, o sea que la renta anual superaba el precio de venta. Había, como queda reflejado, propiedad y renta; se construyó ayudados por las ventas, mas se reservó la inmobiliaria los pisos que pudo para explotarlos. 

La situación actual es bipolar, digamos; de una parte esquilma el arrendador al arrendatario y, de otra, le crea el problema, ahora al trienio, de apenas ha habitado la vivienda tener que volver a planear cambio de la misma. Molesto y costoso si la alquila amueblada, peor aún si desamueblada, porque en este último caso ha de hacer una mudanza en toda regla y repetirla con frecuencia El que suscribe tiene ambas experiencias. El cambio de vivienda resulta más ahogante por los muebles; ha habido quien incluso, de momento, para guardar éstos ha tenido que pagar un guardamuebles, lo que en mi caso, y así el de tantos y tantos, nunca ocurrió y, por ello, no tuve prisa o agobio en buscar vivienda, si quería hacer una etapa de hostal u hotel, dado el tener  casa en un pueblo y trasladar los muebles a él, inclusive a veces residir equis tiempo. En fin la LAU somete al inquilino a una verdadera odisea en la acepción de acontecimientos que, además, nada tienen de peripecias por cuanto son accidentes, cambios de situación, previstos. Estamos ante una LAU que tras permitir rentas desorbitadas consiente también que el arrendador pueda desprenderse del arrendatario casi ad libitum, a gusto, a voluntad. 

¡Con qué ilusión se adquiere por los novios y familiares de ambos el mobiliario, en base al gusto y posibilidades de cada cual, cuando se va a crear un hogar!,  muebles que la LAU pone al arbitrio del casero de nueva hornada, a su 'voluntad no gobernada por la razón, sino por el apetito o capricho'.. En los traslados de domicilio  se ha de cambiar de algun mueble, forzosamente cortinajes, alfombras, etcétera,  por imperativo de cambio de dimensiones en las habitaciones del nuevo piso -todo molestias y gastos- cada quinquenio o trienio, adiós el futuro tranquilo de la familia. ¿Cómo no había de prosperar la voluntad de endeudarse por media vida, caer en poder de la Banca? Esta es la cuestión, y solo cabe elegir entre lo malo y lo peor. En cuanto a los leoninos alquileres, ¿cómo un Gobierno puede posibilitar tan vil acción de una persona o de una inmobliliaria, y, por si fuera poco, limitar, con no menos excesivo e injusto proceder, de modo tan reducido el contrato de arrendamiento urbano? Ello está a años luz de su obligación no ya democrática, también y ante todo dei sentimiento humanitario

Según Juan Pablo Sartre, la democracia tiene responsabilidades profundas con aquellos que habitan en ella. Y su mayor responsabilidad es, por supuesto, la educación, la distribución del ingreso, que nadie pase hambre, que nadie sea un analfabeto,y posibilidades de trabajo para todos. Si la democracia no puede dar esto... Y bueno, está fallando algo. El creador del existencialismo no enumera la vivienda, porque escapa de toda previsión, la casa es tan imprescindible como el 'pane noster cotidianum'. No la olvida la Constitución 1978, pero este texto legal  es, en tantos de sus artículos, papel mojado como tanto se ha dicho. Tan importante como la educación y las posibilidades de trabajo para todos, es la vivienda; el hambre aboca a la muerte, pero en la calle, cual perro callejero, tampoco se puede vivir, aboca igualmente a la muerte. No se puede vivir en un tonel, como Diógenes el cínico y conforrmándose solo con el sol,, ni bajo un puente, angustiosa vida y no para llegar a viejo. Abominable que a esta altura de la civilización se vean estas estampas. de penuria absoluta. Es tan triste, bárbaro, cruel, que ocurra esto actualmente, ya dice Voltaire que la civilización no suprimió la barbarie; la oerfeccionó e hizo más cruel y bárbara. 

He aquí literalmente esta ley de que vengo abominando, que tanto daño viene haciendo:

En cuanto al precio.
Dice el artículo 17. Determinación de la renta, en su punto '1. La renta será la que libremente estipulen las partes'.  
Jajay. Respecto al precio del alquiler de vivienda ha dicho algún político honrado -haberrlos, haylos, aunque haya que buscarlos con la linterna de Diógenes- que el precio debiera fijarle el Gobierno. Es notorio que le fija el arrendador sin dejarle meter baza al arrendatario, independientemente de lo que dice este artículo 17, tanto es así que en los anuncios que el arrendador haga para alquilar la vivienda estipula la renta y sobre lo estipulado no admite réplica alguna, su juguete, el pretendiente a inquilino, ha de darlo por bueno, y punto. No hay tal estipular, convenir, negociar, acordar, la determina él unilateralmente.    

En cuanto a la duración.
... si la duración pactada por las partes, fuere inferior a tres años, cuando se cumpla la fecha de vencimiento, el contrato continuará obligatoriamente por plazos anuales hasta llegar a la duración mínima de 3 años, salvo si el arrendatario manifiesta al arrendador su voluntad de no renovar el mismocon 30 días de antelación a la fecha de finalización. Una vez transcurridos los tres años de duración obligatoria si ninguna de las partes manifiesta a la otra su voluntad de no continuar con el contrato , el mismo se prlongará automátimente durante 1 año más.
Se mire por donde se mire, el inquilino es reheén del casero en cuanto a permanecer en la vivienda, a partir de los 3 años del contrato.       

¿Se soluciona así el artículo 47 de la Constitución? 
Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.
Se queda únicamente en tener derecho, que de la 'vivienda digna y adecuada', en absoluto. Item. El artículo 50  de dicha Carta Magna, referente a Tercera edad dice así:
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio.
El subrayado por supuesto es mío, y haciendo hincapie en la vivienda puedo decir, por experiencia, aun cuando aquí omita mis vicisitudes sobre el particular, que mi lucha por conseguir, una vivienda asequible en Madrid, encontrándome en la tercera edad, únicamente me supuso gasto, molestia y pérdida de tiempo. ¿Dónde está la garantía, la atención a su problema de viviienda? El desahucio, incluido el desahucio esprés -y tanto que éste es rápido y a presión- ideado por ese """genio""" de la política que es Mariano Rajoy, no hace excepciones por razón de edad, lo mismo se quita el techo a un centenario que a un lactante y su madre. Si a tales personas les alcanza tan extrema pobreza, pues a morir a la calle. ¡Y la inútil casta política, que únicamente ha sabido llevar la subsitencia a una carestía por las nubes, debe cerrar los ojos para no verlo! ¿Cómo pedir a los Gobiernos, al que dio origen a la burbuja del ladrillo y a todos del pipartito, que legislen una LAU justa?  No más imponer leyes iinjustas, destructivas del caiga quien caiga, ha de gobernarse prioritariamente para la persona, no para tiranizarla, no hay  peor  tiranía -Montesquieu dixit- que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia. Tal aserción viene a complementarse con esta otra del mismo autor: Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa.           

 Retomando la LAU, véamos por último lo concerniente a las obras. En este artículo -21- no se sacrifica tanto al arrendatario a favor del arrendador.Dice así:
El arrendador está obligado a realizar, sin derecho a elevar por ello la renta, todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido, salvo cuando el deteriodo de cuya reparación se trate sea imputable al arrendatario a tenor de lo dispuestoen los artículos 1553y 1554 del Código Civil.
He aquí tales artículos:
1553. C. C. El arrendatario es responsable del deteriodo o pérdida que tuviera la cosa arrendada, a no ser que pruebe haberse ocasionado sin culpa suya. 
1554. C. C.  El arrendatario es responsable del deteriodo causado por las personas de su casa. 
El punto 3 del citado artículo 21 de la LAU expone: 
El arrendatario deberá poner en conocimiento del arrendador, en el plazo más breve posible, la necesidad de las reparaciones que contempla el apartado 1 de este artículo, a cuyos solos efectos deberá facilitar al arrendador la verificación directa, por sí mismo o por los técnicos que designe, del estado de la vivienda. En todo momento, y previa comunicación al arrendador, podrá realizar las que sean urgentes para evitar un daño inminenteo una incomodidad grave, y exigir de inmediato su importe al arrendador.
Único ancla de salvación en el naufragio a que la LAU lleva al arrendatario.

El artículo 27 señala:
El arrendatario podrá resolver el contrato por la no realización por el arrendador de las reparaciones a que se refiere el artículo 21. b) La pertubación de hecho o de derecho que realice el arrendador en la utilización de la vivienda.
Pero aquí se ve el arrendador protegido por la poca oferta del mercado de alquiler, y ocurre como regla general que no se desvive, que digamos, en atender al inquilino reparando y rápido tal o cual avería que implique molestia al inquilino, salvo que sea importante y dañe la vivienda. No lo quiero el dueño del piso ni puede sufrirlo el inquilino, a obligarle a sufrirlo no se ha atrevido el Gobierno. Sigamos el horrendo problema que clama al cielo.   

  La carestía de la vida.

Muy generalizado fue siempre este lamento, incluso por clases pudientes. Yo nací en buena cuna social y económica -niñera, doncella, cocinero- y, sin embargo, llegué a oirlo en mi esfera. No sé si a nivel de la Casa de Alba se oiría esta queja o si se oye ahora en los mega ricos que indica la revista Forbes, siendo por hoy el más rico del mundo Bill Gates, fundador de Microsoft, lo que no ignoro, porque a la vista está, es que lo más caro para subsistir, en la acepción de 'mantener la vida, seguir viviendo', es la vivienda. Los llamado años bobos es la generación de los abuelos de los que ya lo somos, pero parece que distan un milenio al leer en la biografía de "José Echegaray (el madrileño tres veces famoso) su vida - su obra - su ambiente": Como el 38 por 100 de las viviendas de Madrid no llegaba entonces a 15 pesetas de alquiler mensual, y el 20 por 100 no excedían de 25, es evidente que se podía vivir con decoro con un ingreso que hoy se nos antoja ridículo. Cuando Augusto Martínez Olmedilla publica el libro nos encontramos en 1949. ¡Ya quisiéramos la carestía de aquel año, sobre todo en vivienda! 

En la Transición se iniciaron los alquileres astronómicos, es una consecuencia de la política del ladrillo con su ramificación de picaresca. Si alguna razón de ser tiene la inmobiliaria, está en su propia definición dada por la Real Academia Española: "Empresa o sociedad que se dedica a construir, arrendar, vender y administrar viviendas". Pero ha de arrendar, vender y administrar sus propias viviendas, no la de particulares. Éstos que las alquilen  ellos o su administrador, si le apetece tenerle o le necesitan, pero que hayan surgido oficinas dedicadas a proporcionar inquilino a los caseros que a tal fin acuden a ellas es algo que ha de rechazarse de plano, abominable por parte de las mismas y de propietarios de piso que a ellas recurren. No actuaban antes así los dueños de fincas urbanas , lo han puesto de modo la nueva modalidad de casero, la llamada propiedad horizontal. No, por supuesto, todo propietario de piso. Antaño solía ponerse un letrero de PISO DESALQUILADO en el balcón, o en otro sitio visible si el pso era interior, se preguntaba al portero y éste daba las señas del propietario de la finca; hogaño lo hace una oficina y cobrando una cantidad por ello. 

Esto para más explotación del inquilino. Hay un refrán que reza: De enero a enero, el dinero es del banquero. Y quien dice banquero, dice casero -que bien que rimen- desde que ellos se ocuparon también de la vivienda. Ya para el banco, ya para Pepito Pérez, un matrimonio tiene que trabajar uno para los gastos de la casa, los que conlleva el hogar, la familia, y el otro cónyuge para pagar la vivienda, siendo una solemne majadería la emitida por Rodrígo Rato al afirmar que las viviendas están caras porque los españoles pueden pagarlas. Tremenda mentira y sandez, porque no pueden pagarlas y el que pueda no tieneporqué serexplotado. Debió pensar que España se compone de políticos, con sus exorbitantes salarios y aquellos sobresueldos que el PP se dio durante veinte años. Por añadiduraser cacos, como de ello se tilda al mismo Rato, en "presunto", ya veremos si es judicialmente condenado. Por otra parte, ignorando  o afectando ignorar, salarios medios y mínimos, cuyo ranking de los mismos es  en España, además, más bajo el de la mujer. Y para ellas, obviamente, las subsistencia, así como la vivienda, no están más bajas. IInjusticia tras injusticia, necedad tras necedad, maldad tras maldad. 
                                                                       
Nada tan claro como que los políticos son los respnsables (¿quién, si no?) de permitir tantas y diversas injusticias; para ellos, banqueros y demás familia, no existe problema  económico.
                                                                            

Una política podrida, cacos por doquier. 
  
Las verdaderas columnas de la sociedad 
son la verdad y la libertad.  - E Ibsen -       

Las columnas de la política española a lo largo del bipartito -desaparecido gracias a los nuevos partidos surgidos como libertadores- han sido la mentira y la mordaza. Se impuso censura a favor de la monarquía.
                                                                       
Y Rajoy, incumplidor de sus promesas electorales al cien por cien, pretendió dar totalmente al traste con el artículo 20 de la Constitución: Libertad de expresión..Su legislatura ha sido nefasta, aunque su gobierno se aferre a pintar éxito en la macroeconomía, ésta y tantas de la microeconomia se hallla muy mal. Siempre oprimiendo, efectuando recortes al ciudadano a favor de los políticos a quienes no ha recortado en número ni en ingreso, así como ha permanecido sin inmutarse ante la corrupción, llevándose la palma su PP. Es ciego  a los abusos, al trinque, actualmente se le acusa de ser responsable político de una trama de corrupción de su partido., que siempre se caracterizó por esta y por la mentira, encubridora y propagandística de la corrupción y del buen hacer del gobierno. ¡Si lo hace peor!... 

En justicia social Rajoy, por referirme solo a la actualidad, es un irresponsable, se lleva de su egoísmo, y, como dice Erich Fromm, psicólogo social estadounidense, el egoísmo que genera el sistema hace que los gobernantes antepongan su éxito personal a su responsabilidad social. Carente de la idea de democracia, habla de que España es un país demócrata. Nada más lejos de la verdad, Abraham Lincoln la define como el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. No lo es, evidentemente, tratar de amordazar al pueblo, que prime la corrupción, hipotecar el país, no es lo que marca los cánones de la democracia, que reclama una vida moral. He descubierto -expone también el citado Ibsen- que las raíces de nuestra vida moral están completamente podridas, que la base de nuestra sociedad está corrompida por la mentira. Sí, ya lo he dicho, mentira que tapa tiranía, despotismo político, creerse la casta política por encima de la ley. Han de derogarse leyes con que se engendró la política, déjese independiente al Poder Judicial. Con indepencia de éste no se concibiría la Ley de Arrendamientos Urbanos, ni el robo tan grande y prolongado de la en nuestros días llamada inútil casta política. No inútil pro domo sua, para la casa suya.
                    

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