lunes, 19 de enero de 2015

Santa María la Real de Nieva (Segovia) adopta una postura absurda, afianzando su desdén por la historia y por la verdad

Probado por ADNmt que es falso
Las verdaderas columnas de la sociedad son la verdad y la libertad. [...]    

Por causa de la verdad muchos fueron a la hoguera, al cadalso, a la horca, al paredón pero también muchos otros abrieron las puertas para que muchas aves busque el cielo victorioso de la libertad. Mahatma Gandi, Echindler, Luther King, Nelson Mandela, todos ellos tuvieron el sentido preciso y la cualidad de una personalidad macerada en verdades y libertades. 
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- Enrique Ibsen, dramaturgo noruego -


Ultraje a la verdad y a la ciencia.


Esta actitud adoptada respecto al cadáver que contiene el arcosolio: su inscripción, no puede ser más opuesta a la razón, no tiene sentido, es un hecho iracional, arbitrario, disparatado; en fin cuantos sinónimos admite la palabra absurdo. Qué le vamos a hacer si hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, una bestialidad, como ya decía don Hilarión en "La Verbena de la Paloma", y no ha perdido comba desde entonces. 

Sólo la aplicación de la prueba de ADN, opinó el Dr. José Manuel Reverte Coma, puede aportar la certidumbre de que sean de Blanca I de Navarra. Pero Santa María maldito el caso que hizo, y se lanzó a erigir un sepulcro a tal reina, echando las campanas al vuelo en una celebración a que no había lugar. Ha sido como una letra de cambio a equis tiempo vista, ¡y qué cambio! Antaño tocaron a gloria, hogaño deberían voltearse, y, en definitiva, es a ello a lo que se rebelan, tocando a muerto por la ilusión fallida. Se cantó victoria haciendo caso, principalmente, a Felipe Molinero y no del informe que el citado director del laboratorio de Antropología Forense y Paleopatología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense presentó el 15 de diciembre de 1994. ¡Ya es ceguera mental! Y los que alguna vista tenían carecieron de ecuanimidad, fueron arrastrados por la pasión, y, cual suele decirse, la pasión quita conocimiento. Lo difumina siempre, y se procede, poco más o menos, de esta manera: Me gusta, lo quiero, luego es así.


Lo que ya es el colmo. 


Tanto los que llevados de su ignorancia o falta de talla en materia de Historia, como los que por arte de birlibirloque pretendían implantar el sepulcro de Blanca I de Navarra tuvieron a fortiori, con mayor razón, que deponer su mentira. ¿Pero qué decir de que recientemente al solicitar del cura párroco que se tape la placa, éste lo reprueba y para inri trata de darme una lección indicándome que, si no hay certidumbre de que los restos sean de la mencionada reina, cabe atribuírselos? El buen señor no se ha enterado después de seis años del rotundo mentís que ha dado la Ciencia al incompleto esqueleto encontrado, es decir, cuanto antes he expuesto. Nada había leído al respecto ni en papel ni en internet. Si ello constituye verdadera negligencia, lo que ya clama al cielo es su negativa a tapar la placa o tratar de ello con quien fuere, porque es visiblemente cínico y ridiculo que se siga exhibiendo un falso sepulcro. Tras sacarle de su ignorancia ha reaccionado haciendo caso omiso de mis artículos en los que le involucro. No ha accedido a aceptar la verdad; por toda respuesta continúa el hecho, se ha refugiado en el silencio. Me dio la mala espina de que así sería, que es impasible, indiferente, impertubable -¡inverosímil!-, y al comprobarlo le dirigí el siguiente correo electrónico:

Buenos días:

Nada me responde usted tras indicarle, a petición suya, con quien se efectuó la prueba de ADNmt. que ha aclrado que se ignora dónde están los restos mortales del Príncipe de Viana y los de su madre; que no son de Blanca I de Navarra los que se exhiben en la iglesia de Santa María la Real de Nieva

El DNI que se ha aplicado es, ya se lo dije, totalmente fiable e ilimitado. Se transmite por vía materna y, repito, por los siglos de los siglos.

Yo esperaba respuesta y ver en ella si acaba de admitir la Ciencia. Caso negativo, que aportara su criterio para mantenerse en la idea de que el sepulcro ubicado en el presbiterio de "su" iglesia contiene restos atribuidos a la referida reina.

No le voy ahora a hablar de que se halla en un error del cual debe salir -debió salir el 9 de septiembre de 2008-, porque ya lo realizo en mi artículo titulado Santa María la Real de Nieva (Segovia) ante una fantasmagoría de que debió apearse hace seis años. Desde entonces resulta beocia. Puede acceder al mismo también desde Santa María...

Si se cree capacitado para impugnar la la aludida prueba científica -que ya no se trata de disquisiciones en base a la Historia-, le aconsejo que lo haga, sería, bajo su criterio, lo pertinente. Sólo así podrá decir que son restos atribuidos a Blanca I de Navarra. Por otra parte, alcanzaría gloria en la Ciencia a escala nacional e internacional.

Un saludo.

Evasivas del alcalde-presidente de la villa. 

La verdad se corrompe tanto con la mentira
como por el silencio.
- Marco Tulio Cicerón -  

 
Descubro el clásico Mediterráneo, diciendo que el Informe del Dr. Reverte Coma se encuentra en el archivo municipal, así que quien preside el Ayuntamiento es el primero que lo tiene a su disposición, amén de cuantos documentos y publicaciones tratan el tema, con prudencia o sin ella, con acierto o desacierto. A falta de tener el  "Estudio genético del Príncipe de Viana", le vale el citado dictamen facultativo del citado doctor -de muertos-, que indudablemente estará en el archivo municipal. Pero me expuso: 

No sé si tiene usted razón y esto es un expolio de la verdad histórica, pero no es, ni de lejos, el principal tema de trabajo de mi Corporación Municipal. / No es nada contra Vd., por supuesto, sino el hecho objetivo de que tenemos un gran número de temas que desarrollar. Y, creame, me llama la atención positivamente la gente, como Vd., que se preocupa de llevar la verdad por delante.

Yo no le digo que lo sea de modo preferencial, nada de eso, sino sencillamente que se halla dentro de su incumbencia, que le concierne de plano. ¿Tan difícil y costoso es, en trabajo y pecunia numerata, tapar la placa?   


Al alcalde del pueblo, y no digamos al cura párroco, cada uno en distinta faceta, ha de importarles los muertos de su demarcación, el cementerio. Supongo que los referidos conocen la Ley 29/1978, de 3 de noviembre, de enterramientos en cementerios municipales, publicada en el BOE el 7 de noviembre de 1978 y con vigencia desde el 27 de noviembre de dicho año. Con esta ley queda derogada la del 10 de diciembre de 1938 y disposiciones que se opongan a la presente ley. Ésta estableció que en le plazo de un año se procedería a unir el llamado cementerio civil con el resto del cementerio y dejó anulada toda discriminación, "tanto en el régimen de cementerios como en el de los servicios funerarios". Es, por otra parte, probable que en el archivo municipal del pueblo figure noticia referente a la Real Orden del 2 de abril de 1883 que establecía que en los ayuntamientos de cabeza de partido judicial se habilitara junto al campo santo católico, otro con entrada independiente para los no católicos. Asimismo información de la anulación de esta discriminación en 1978.   


El paradero de los restos de Blanca I de Navarra continúa ignorado.


La Historia nos da una hoja de ruta, pero imprecisa y contradictoria como muy bien ha analizado Eloísa Ramírez Vaquero, de cuya conferencia hago referencias en mi artículo anterior. Se perdió, pues, la pista del cadáver que fue enterrado en el cementerio de Santa María, es decir en la iglesia, donde a la sazón se inhumaba. Fue Carlos III quien prohibió los enterramientos en las iglesias y se crearon los cementerios, enterramiento al aire libre, pero la gente prefiere la iglesia y en ella se sigue enterrando. Las epidemias que se produjeron en 1804 motiva la creación de cementerios municipales, y es el rey intruso, José I, quien lleva a rajatabla la prohibición de enterrar en las iglesias. Éstas tenían también enterramientos en adyantes patios.     

Con estos restos se especula en primer lugar si están en la hoy mencionada villa segoviana o fueron trasladados a tierra navarra. El hecho de que nunca se dio con ellos y el suponer que su hija Leonor, la del fugaz reinado -un par de semanas, concretamente del 28 de enero al 12 de febrero de 1479- no llegó, cual se propuso, a efectuar el traslado para ser enterrada en Santa María de Ujué, cumpliendo la voluntad testamentaria de su madre, que hizo testamento el 17 de febrero de 1439, da pie a creer que los restos están en la iglesia donde se le inhumó con caracter provisional, pero ¿en qué lugar de la misma están y en qué estado se encuentran? Esto es lo fundamental. También se ignora si,como dispuso, fue enterada con el traje y ropa de su coronación.  En aquel tiempo no existía el Registro Civil -por eso pasa lo que pasa con esta reina propietaria-, y en cuanto a su conservación ocurrirá con su cadáver lo que ha ocurrido y ocurrirá siempre: que no todos duran igual tiempo, que unos se conservan mejor que otros, porque el paso del tiempo es demoledor de vivos y de muertos. aun cuando no todos a la misma marcha. Pero en definitiva terminamos en un puñado de ceniza, aunque no seamos, al morir, encinerados. Es el memento homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris, recuerda, hombre, que eres polvo y al polvo regresarás. 

El problema ya no es solamente ignorar dónde están sus restos, sino también qué se conservará de ella; "las cenizas de Alajandro -Shakespeare dixit- quizá sirvan para tapar el agujero de un tonel". Así en cantidad y destino. Ignoramos, en suma, la sepultura de Blanca I de Navarra y, por consiguiente, lo que queda de su osamenta. No voy a entrar a comentar los motivos de que un cadáver se conserve mejor o peor, doctores hay que lo sabrán explicar -no desde luego los de la Santa Madre Iglesia-, sí invito a pensar que puede quedar muy poco del esqueleto, tanto menos si, como no se deja de exponer, se echó en algún momento a su sepultura elementos químicos destructivos del cadáver. Tras su muerte lo ignoramos todo, se conozca más o menos su vida. Por ignorar, ignoramos también de qué murió. Dado que era la que más se inclinaba al rey castellano, Juan II, incluso por enima de su propia esposa y prima, María de Aragón, sus consuegros, no ha dejado de suponerse que pudo ser envenenada. 


Blanca I de Navarra no vino a Nieva meramente por devoción a La Soterraña.  


Muy a la ligera se dice que vino a Nieva de peregrinación por su profunda fe a La Soterraña, y procedente del santuario de Guadalupe. No es así exactamente. La experta medievalista ya citada, Eloísa Ramírez Vaquero, al hablar del enigma de los restos de la comentada reina, lo expone así en sus páginas 'La reina Blana y Navarra':

Aquí vemos la última actuación en vida de la reina; en primer lugar una boda encuadrada en el seno de las largas conversaciones que desde Majano habían culminado en la paz de Toledo, y una ceremonia, luego, para la cual doña Blanca acompañó a su hija a Castilla en 1440, circunstancia que aprovechó para realizar una peregrinación al santuario de Guadalupe, en Extremadura, cerca de las tierras patrimoniales de su suegra, Leonor de Alburquerque.

Más importante que la peregrinación, siempre resaltada por la historiografía, resulta el hecho conocido de la difícil situación castellana cuando se lleva a cabo la boda y el esfuerzo negociador de la reina por acercar las posiciones de don Juan y sus enemigos en Castilla. Aparte de casar a su hija, la reina va a Castilla a eso, y eso se trasluce ante todo en su itinerario castellano, moviéndose insistentemente por el cogollo del núcleo político castellano, donde se desarrollan, se tejen y se destejen los conflictos de la corte de Juan II de Castilla, rodeado, además, por las posesiones familiares de Juan II de Navarra.

Ya hablé en artículo anterior del parentesco Trastamara en tres reinos peninsulares, las propiedades de los infantes de Aragón en Castila, y lo mal avenida que era la familia, pese a realizar los matrimonios entre ellos, y viva la endogamia. Pero sigamos con el punto de vista de la señora Ramírez Vaquero. 
No es casual la muerte de la reina en Nieva, muy cerca de los focos principales de la política castellana: Segovia, Valladolid, Olmedo, Cuéllar y de los patrimonios de su marido, Peñafiel, sobre todo, donde había nacido su hijo Carlos de Viana. La reina no estaba simplemente "de paso" hacia Navarra, como a veces puede parecer; estaba allí ejerciendo una labor política intensa y seguramente agotadora, que los hechos posteriores muestran como fracasada. 
Apunta ahora algo a que hace mención en 'Los restos de la reina Blanca y sus funerales en Pamplona', y de que ya hablé.
En el funeral de la reina -nieta y sobrina de reyes castellanos, prima del monarca del momento, y duquesa de Peñafiel, entre otras cosas y aparte de soberana de Navarra- no se consiguió reunir, siquiera, a toda la corte castellana, escendida por los conflictos, como luego sucedió en el cabo de año.
Quede claro que en Nieva estaba "en acto de servicio", independientemente de su devoción mariana. Yendo a la cronología, recordemos que la boda de la infanta Blanca y Enrique, príncipe de Asturias, se celebró el 16 de septiembre de 1440, en Valladolid. Poco tiempo sobrevivió a tal acontecimiento y nuevo parentesco.


El cura se adhiere a la mentira y coadyuva a que se mantenga. 
Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto
más grande sea una mentira más gente la creerá.
- Joseph Goebbels -

Nadie, obviamente, más llamado que él para tratar de hacerla desaparecer, nadie le iba a llevar la contraria, dificultárselo, ni podía llevársela desde que ha quedado demostrada la mentira. Y si en su mano está, hora es ya darla el carpetazo. Hay un dicho según el cual la mentira desaparece cuando la verdad aparece, pero en este caso la verdad ha aparecido hace algo más de seis años, y la mentira no ha desaparecido. Si a escala nacional e internacional, pero, estultamente, ha quedado reducida a la villa segoviana. Ahí está viva y coleando; quizá también pueda decirse, y lo que te rondaré, morena. El cura se me  ofendió, habiendo entendido mal cuanto le he expuesto, lamento que así sean sus entendederas, porque nada más lejos de mi voluntad que ofenderle. Que le ofenda mi petición de que se tape la placa del falso sepulcro, ya es otra cosa. ¿Pero qué cosa? El doblegarse a los amigos, el no ser ante todo amigo de la verdad, el fallar el proverbio latino amicus Plato, sed magis amica veritas, amigo de Platón pero más amigo de la verdad. La verdad debe anteponerse a la amistad, pero dista mucho de ser así. Entonces se adhiere el Sr. Águeda Martín a la voluntad de sus amigos y a sostenerse en la mentira con la idea que expuso el citado ministro de propaganda de Hitler y que cito como epígrafe. Indubitadamente quiere que el mayor número de personas crean en esta placa que se niega a tapar.


No entiendo porqué ha de ser así, y menos que un sacerdote cobije la mentira, hecho tanto más vituperable cuanto que se da en el altar mayor de la iglesia. Yo le he dicho la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, valga la conocida fórmula jurídica, y él desde un principio se me mostró en contra. Está contra la verdad como otrora lo estuvo la Santa Madre Iglesia en múltiples ocasiones, sirva de paradigma -que hic et nunc, aquí y ahora, no trato este tema- el caso de Galileo Galilei quien arrodillado ante aquel tribunal, que hacía tan flaco servicio a la verdad, hubo de adjurar de la misma arrodillado ante aquel tribunal de ignorantes; he aquí lo que le hicieron declarar:
Con corazón sincero y no fingida fe adjuro, maldigo y detesto mis errores y herejías y juro que en adelante no afirmaré ni de palabra ni por escrito cosas por las cuales se puedan tener sospechas sobre mí y que si conozco algún hereje o alguien sospecho de herejía lo denunciaré a este Santo Oficio.
¡Terrible aquel oficio tan santo, que tantos crímenes, y de horrenda práctica, realizó! Ya hacía falta echarle valor para emitir después de la adjuración: "Eppur simuove", y no obstante se mueve. Se sostiene que la frase es falsa, inventada mucho tiempo después. 

Como una reminiscencia de aquel ayer.

Ya en el siglo XXI de nuestra era no deja de guardar parangón lo que ocurre respecto a no respetarse en Santa María la Real de Nieva la prueba de ADN mitocondrial. Por supuesto que ya no cabe a la Iglesia tildar de herejía a avance alguno de la ciencia, pero el cura, si no denuncia, se permite ignorar al equipo que llevó a efecto el Proyecto Poblet. Al contactar con él y comprobar que estaba in albis, en blanco, en cuanto a lo cierto de lo sucedido con los restos de Blanca I de Navarra, me quedé estupefacto, y no vino a subsanarlo, como es evidente, la desconfianza que me demostró acerca de la prueba científica. ¿Sigue en esta incredulidad? No lo sé porque cortó nuestro diálogo, pero sí que se continúa con el proceder que se tiene y que deja claro que él, y cualquier otro a quien le afecte directamente el caso, desprecia la Ciencia en absoluto. ¡Menos mal que se respeta la Historia! Jajay. 

La mentira, que nada tiene de respetable, pues lo tiene todo de censurable, es lo que se respeta, mientras no se tape la placa.¿Están engañados los santamarieños? Puede haber alguno, por aquello de que no hay regla sin excepción, pero ni que decir tiene que el cronista del pueblo en cuestión y sus acólitos no engañan a nadie desde que se difundió por la prensa, en todas sus variantes -papel, internet, oral...-, que la aplicación de ADN mitocondrial ha probado que continúan ignorados en su localización los restos del Príncipe de Viana y de Blanca I de Navarra, su madre; supuestamente en Poblet y en Santa María la Real de Nieva, respectivamente. 

Finalmente he de decir que no entiendo se pueda vivir al margen de las noticias, sin enterarse de nada. El alcalde saliente sí sabía que los restos no son de Blanca I de Navarra, lo daba por aceptado -y puedo probarlo- aun cuando de cara a la villa continuara proclamando la mentira. Él sostuvo un inicio de correspondencia epistolar encaminada a conocer a que dama importante corresponde el incompleto esqueleto que guarda el sepulcro. ¿Hubiera concedido permiso para la aplicación de ADN a tales restos? ¿Hubiera habido que recurrir a instancias superiores? Cualquier camino a seguir o que éste se truncara es algo que se ignora, porque se anticipó la crisis, ésta motivó que la idea quedase interrumpida. Tal referencia puede estar en el archivo municipal o no; puede encontrarse en poder del ex alcalde como si de asunto particular se tratara. Lo suyo es que se halle en el Ayuntamiento, mas no le voy a solicitar al actual alcalde que me permita acceso al archivo, donde de paso podía ver algún documento, de beneficio al pueblo, que afecta a un antepasado mío.


Tan Increíble es el desconocimiento del alcalde como su indiferencia. E igualmente del párroco.


De encontrarse en el archivo municipal la aludida epístola bien puede el Sr. Esteban Pérez comprobar por tal medio también que los restos no son de Blanca I de Navarra. Si es de esperar que se encuentre el dictamen del Dr. José Manuel Reverte Coma, entonces yo le aconsejo que lo lea. Y por último las muchas páginas  que lo han difundido en la web. No ha de tener la menor duda de que se está haciendo un expolio de la verdad histórica. Ya enterado espero no se una a la mentira, que ya es un dislate sostener el despropósito que queda expuesto: la no admisión como manifestación inequívoca de ADN mitocondrial. 

Debiera enterarse el susodicho sacerdote católico, que ya estaba destinado en Santa María la Real de Nieva cuando se emitió el resultado del estudio genético, que mediante el ADN mitocondrial se han identificados los restos de los zares, asesinados TODOS por los bolcheviques  en la madrugada del 17 de julio de 1918. Podría indicarle bibliografía, en papel, al respecto, pero como dispone de internet tiene en la red varios vídeos y noticias sobre el tema. Por ejemplo, el artículo de La Vanguardia.com | Internacional: 

"Las pruebas de ADN confirman que toda la familia del zar Nicolás fue ejecutada". Transcribo sus dos primeros puntos:
Los restos de dos jóvenes hallados en el verano de 2007 en una fosa de Yekaterimburgo, en el centro de Rusia, corresponen al zarevich Alexisy a una de sus hermas, los dos hijos del último zar de Rusia que aún no habían sido identificados. Así lo demuestran una batería de estudio genéticos realizados en tres de los laboratorios de análisis de ADN forense más importantes del mundo.
Los restos de Alexis y una de sus hermanas se unen a los del zar Nicolás II, la zarina Alejandra y sus otras tres hijas, que aparecieron en 1991, en otra fosa de Yekaterimburgo. Los resultados de la investigación, presentados ayer en la revista electrónica Plos One, ponen punto final a las especulaciones de que algún miembro de la familia del zar hubiera sobrevivido a los bolcheviques y escapado de Rusia.
¿Con quién se han cotejado los restos? Pues el mismo artículo nos lo dice, con el duque de Edimburgo, consorte de Isabel II de Inglaterra. Se fue a pique la suplantación de la gran duquesa Anastasia como superviviente de la matanza. Novela, película.


La familia Romanof ha sido recuperada gracias al ADN mitocondrial. ¿Conoce la noticia el párroco de referencia? 


Lo haya leído o se entere ahora, no sé si terminará admitiendo el ADNmt. Si le admite ha de quitar de "su" iglesia la mentira que en ella se proclama. No será para felicitarle como tampoco es para que yo llame la atención positivamente al Sr. Esteban Pérez por preocuparme de llevar la verdad por delante. Estamos a ello tan obligados como a no robar, y lo lamentable es que, como dice Schopenhauer, debemos considerar la vida como una continuada mentira, en las pequeñas cosas y en las grandes. La mentira por causa grave, lejos de confesar el mentiroso su mea culpa al verse descubierto, es algo bastante vil y que envilece superlativamente al quedar desmentida. La vida nos presenta la correlación existente entre el mentiroso y el usurpador, para usurpar se miente, se engaña, y ya, inicialmente, al mentir se roba la verdad. Los católicos lo tienen prohibido en el punto octavo -el hurtar, en el séptimo- del Decálogo que Yahveh dio a Moisés en el monte Sinaí.    

Finalmente en cuanto al descubrimiento de los restos, el curso que los cuerpos siguieron, así como unas notas biográficas de la última familia real de Rusia, inserto este documental. 

                                                                                            

Clarificación de mi noble lucha para que desaparezca la mentira del falso sepulcro de la iglesia parroquial de Santa María la Real de Nieva (Segovia).  

   
Quede patente que no trato de atacar al adversario, no se trata de simpatías y antipatías, yo no voy ad hominem, al hombre, sino a rebatir sus argumentos, ad rem, a la cosa, a los hechos, lo que es opuesto ad hominem. Nada contra el alcalde, nada contra el párroco, pero rechazo de plano sus inconsistentes argumentos: la indiferencia del primero y la rebeldía del segundo al DNImt. Pueden ser efugios a su aferración de que no desaparezca la mentira porque aporta una nota importante para el lugar; en tal caso implicaría  craso error, o sea, equivocación sin disculpa, sería dar la nota, actuar de manera discordante. Por el motivo que fuere, así se viene procediendo. Sé que, como manifiesta el dramaturgo latino Terencio, obsequium amicos, veritas odium parit, el servilismo produce amigos, la verdad, odio. O que a decir de Santiago Ramón y Cajal, ¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia? De los injustos motivos que generan la animadversión, cuán triste es cuando se refiere a decir la verdad y/o a amar la justicia, a impedir ul ultraje a la verdad y a la ciencia. ¡Tantos han recibido! Sobre todo la primera.

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