lunes, 23 de julio de 2012

A vueltas con la infanta Cristina

La esposa del celebérrimo Urdangarín -dicho sea el adjetivo calificativo en sentido peyorativo- está dando mucho que decir. Hay una comedia que contiene estos cuatro versos:

Y se pierde sin poder
Reparación conseguir,
La que da más que decir,
No la que da más que hacer


Mucho que decir en el aspecto de los… “””negocios””” de su cónyuge, que primero fue de balonmano y luego de talonmano. Pero también está dando mucho que hacer a los jueces para ver la forma de inhibirla de los delitos en que está imputado él y en los que hay pruebas de que ella está inmersa en alguno. Los jueces se la ingenian para desvirtuarlas, ya por voluntad de no imputarla, ya por la dificultad que para ello les presentan los políticos. Los del bipartidismo que muy agusto con la monarquía no quieren verla caer. Y la implicación de la infanta pudiera serle letal a la institución.


Querer dar la razón.

Suelen decir los abogados, desde el de serie al fuera de serie, dedicados a la defensa del cliente, que para ganar un pleito hacen falta estas tres cosas: tener razón, saberla defender y que te la quieran dar. El sindicato Manos Limpias tiene razón en su petición de imputar a la infanta, lo sabe defender –la querella que presentó era contundente- y ha presentado más de una prueba, pero le ha sido denegada la razón por tres veces, dos en el Juzgado de Instrucción y una en la Audiencia Provincial. No por ello tira la toalla, y menos ante la aparición de recientes pruebas también contundentes y que, lógica y naturalmente, piensan agregar en una nueva querella a presentar.

Por la prensa de papel y de otros tipos se encuentra la ciudadanía ampliamente informada del caso; por supuesto, allí hasta donde se sabe. Y hasta donde se supone. Se supone que La Zarzuela ha intervenido a través de Gallardón para que la querella fuera denegada, y se ha recordado que el ex alcalde de Madrid estaba propuesto para ministro de Defensa y la Casa del Rey prefirió lo fuera de Justicia. Podemos leer en Vanitatis :

“Es muy posible que haya habido una recomendación del propio ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, Éste ha presionado para que se dicte una resolución, pero dejando claro que a la Infanta Cristina no se le puede tocar por su vinculación a la Institución Monárquica, aseguraba el secretario general de Manos Limpias en conversación con Vanitatis. Además, Bernad Remón va más allá en sus declaraciones y asegura que “esto no es de extrañar porque Ruiz Gallardón no iba para ministro de Justicia, sino para Defensa. Fue Zarzuela la que llamó a Mariano Rajoy a última hora para que lo cambiase y así se hizo.

Ha quedado probado una vez más en este caso, y por muchas en general, la no igualdad de la ley.

Injusticia de toda clase.

Injusticia de la Justicia, injusticia de la Política, injusticia social que conlleva la política -¡y en nuestros días es tremebunda!-, injusticia por doquier. En el “caso Urdangarín” los políticos alardearon de permanecer neutrales, lo que ya de por sí les descalifica, pero ello es de cara a la galería. ¿Qué neutralidad hay en cuanto a la hija del rey? Ninguna. Y debiera haberla incluso por parte del monarca, que, en su papel de tal, debió denunciar al matrimonio en vez de colocar al yerno en Telefónica con un puesto en EE. UU., ponerles a salvo en lo posible. Y el Gobierno, PSOE o PP invariablemente, sin querer ver lo que pasaba en la Familia Real. En la misma tesitura continúa. Con ello su defensa pasiva, que en cuanto a la infanta Cristina se trasluce lo es activa, dominando la actuación judicial, que no en balde es el poder ejecutivo quien nombra los altos cargos de la Justicia. Si media la casta política, el que se haga justicia puede irse a pique.

Y se da tal circunstancia cuando con una política nefasta e invadida de deshonestidad –despilfarro y corrupción a gran escala- ha llevado al país a la crisis sin igual que tenemos. ¿Es como para que estén ufanos y soberbios los políticos? Van a resultar tan NO CONSCIENTES como la infanta, ella no lo fue de los trinques de su cónyuge, ni siquiera se apercibía del tren de vida que tenían muy superior al que les era posible, y los políticos debieran tener las orejas gachas ante el hecho de estar continuamente siendo recriminados por la sociedad por su inconfesable política, por el daño que están haciendo al ciudadano de a pie sacrificándole a su ineptitud y cobardía para afrontar la crisis con las pertinentes medidas, lo que nos sitúa al borde del rescate total.

Corrupción por todas partes.

Lamentablemente se halla inmersa en ella hasta la Familia Real, empezando por el matrimonio Urdangarín-Borbon que desde noviembre del año pasado tanto está dando que decir y que hacer. Y en general la familia y sus parientes. Últimamente, hablando de las Autonomías, comentaba Jiménez Losantos: El que aparezca Alberto Aza, el hijo de Alberto Aza y además el primo de su majestad, Carlos de Borbón Dos Sicilias, pues no es de extrañar porque la Casa Real ha estado al frente de todo este sistema de corrupción del estado de la Autonomías desde hace veinte años. Y en cuanto al viaje de don Juan Carlos a Rusia: El rey, dispuesto, a no callarse, ayer nos ha dado una clase de economía y de política en Rusia, país de la mafia: “La austeridad –dijo- y el control de gastos son requisitos imprescindibles, pero no suficientes, esta crisis. Hay que tomar medidas también que impulsen el crecimiento”. He aquí la apabullante replica que siguiendo su discurso –el de él y el del rey- le da:

Sí, sobre todo el de las comisiones. Pues hable con su ex jefe de su Casa Real, don Alberto Aza, con el hijo el que hasta hace poco jefe de a Casa del Rey; bueno, y con su primo, Carlos de Borbón Dos Sicilias, para que le expliquen por donde crecen sus economías y qué relación tienen con la austeridad. Con austeridad, ninguna. Y hombre hablando de alguien que en la revista Sorbe aparece como dueño de una fortuna de 1.800.000.000 de euros, pues claro no le puede dar muchas lecciones a su majestad, pero por lo menos nos ahorraríamos estos discursos grotescos. Y encima ante Futin. ¡Me vas a enseñar tú a mí a robar!

Petulancia e ignorancia.

¡Ay de la presunción del ignorante! Se ha dicho que “la ignorancia es muy atrevida”; el ignorante atrevido opina de lo que no sabe o de lo que debe callar. Y suele dar tanto atrevimiento el tener dinero y/o un alto puesto sólo por caerle en suerte. Es muy común en personas tales tomar a su semejante por tonto. Esto sucede, por ejemplo, cuando la infanta Cristina habla de añorar España y su familia. Lo que ocurre, en realidad, es que, llena de miedo por si al fin se consigue imputarla, piensa que en La Zarzuela está menos expuesta a que se atrevan a ello, y últimamente está viendo cerrarse el cerco.

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