sábado, 19 de octubre de 2024

Comentario sobre política y políticos. - Segunda Parte.


El hombre es un animal que estafa, y no hay otro animal que estafe además del hombre. - Edgar A, Poe -.

En lo que afecta al político tampoco es fácil librarse de la ambición humana, y me refiero a la innoble , de aquí que cae en la corrupción. No es cosa de nuestros días, sino de siempre y a escala universal. No lo evidenciaré presentando varios ejemplos en distintos países a lo largo de los siglos, el tema implicará un libro,, pero evocaré algunos casos de nuestra historia. Muy conocido es hasta que punto perjudicó al valido de Juan II de Castilla su desmedida ambición; sus virtudes e indudables méritos  alcanzados, se vieron eclipsados por la riqueza que llegó a amontonar y que generaron gran envidia, pues no fue otra la causa fundamental que al canciller don Álvaro de Luna llevó al patíbulo. Saltando los siglos, fijémonos en otro gran favorito, éste de Felipe III, aquel don Francisco de Sandoval  y Rojas, marqués de Denia, y duque    de Lerma. (En Lerma, Burgos, tenía su Corte ; hoy día su ruinoso palacio se habilitó para destinarle a Parador de Turismo).

Sólo le preocupó acumular títulos, que es decir también dinero, el que a los mismos acompañaba, pero tanto dispendio del rey, tantas mercedes  y permisividad para ... "medrar", llegó a traer una depuración administrativa y entonces de mucho le sirvió el capelo cardenalicio. Se dijo "El mayor ladrón del mundo,/ por no morir ahorcado / se vistió de colorado". No obstante, tuvo que restituir al Tesoro una importante parte de lo que había usurpado e irse a su feudo,, mientras en la privanza le sustituía su propio hijo el duque de Uceda, que en nada le enmendó la plana ciertamente. Citaré asimismo al mangoneador del gobierno del tal duque de Lerma, quien igualmente sólo se interesó en aumentar su patrimonio, don Rodrigo Calderón, marques de Siete Iglesias, el cual por su señalados "méritos" fue decapitado en Madrid, y que es el que motivó la quede la célebre frase: "tienes más orgullo que don Rodrigo en la horca". 

No trato de anatemizara los políticos, los hay honestos,, aunque no lo es el que sigue a Nicolás Maquiavelo , a pesar de lo aparentemente brillante que haya sido su hacer político. Ya no es el manual del perfecto gobernante la célebre obra del citado florentino. Con la consolidación del poder real, sin trabas de la nobleza ni de los plebeyos, ya el lema era "voluntas regis, suprema lex". Y el de la corona: "Quod Principi Placit legis habis vigorem". Menos mal que sucederían los sistemas constitucionales , si bien hay todavía quien no acaba de creer en ellos y supone que sigue vigente "El Príncipe". De mucho tiempo a esta parte ningún político ha seguido a pies juntillas el texto de este libro tan admirado por  Napoleón y en el que su autor formó su doctrina en las políticas que contempló centradas  en el engaño y la maldad. 

Y así, por ejemplo, expone: "Siendo mi intento escribir una cosa útil para el que la entienda me ha parecido más conveniente aspirar a presentar como es en verdad, que mal la pintan, la imaginación. Muchos se ha figurado repúblicas y  principados que jamás han existido; pues hay tanta distancia de cómo se vive a cómo se debería vivir, que el que deja lo que se por lo que debería hacerse , consigue más bien su mira que su conservación. El hombre que tata de portarse siempre cual cumple a una persona honrada, por precisión ha de arruinarse en medio de tantos pícaros. Conviene, pues, al príncipe que quiera sostenerse, aprenda a ser malo, obrando luego o no obrando, como tal, según la necesidad lo exija".  

Pocas cosas hay que produzcan tanto escepticismo y pesimismo como la política y los políticos, y aun por parte de personas que no son por naturaleza pesimistas  y escépticas. Igualmente por quienes no pertenecen, precisamente, al ignorante vulgo, en los que otrora se cosecharon los llamados "tontos útiles", sino todo lo contrario.   Un extraordinario escritor, poeta, ensayista, autor teatral y novelista de nuestros días, no ha mucho fallecido, Antonio Gala, ha lanzado uno de los asertos mas duro: "Por muy mala -dice- que se imagine uno la política, siempre lo es mucho más"  Este polifacético escritor que era licenciado en Derecho, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas , amante de la Historia como sus estudios demandan, entiende que leer historia en el sentido de la historia política entristece y desgana. Primero,  porque en ésta sólo se mencionas lo que sobresale,y sólo sobresalen  las ambiciones y los delitos y las calamidades. Segundo, porque exige que nos informemos  de que un grupo -más poderoso y con asmas más nuevas, o mejor alimentado- mate o derrote a otro grupo más escaso o menos armado o peor nutrido-. Tampoco tiene un brillante concepto de la historia, que digamos, Voltaire: "La Historia -dice- es solo un relato de crímenes y desgracias".

Expone seguidamente que él está al lado de Platón  que zahiere a los políticos por llenar Atenas de muelles, naves, ejércitos y otras materias en vez de instaurar el propio dominio, el propio conocimiento, y la honradez.  La honradez en política -digo yo- es rara, avis, porque lo es de modo general en la humanidad. Ha avanzado increíblemente la ciencia y la técnica, pero la calidad humana..., Ya nos dice Voltaire que "la civilización no suprimió la barbarie; la perfeccionó e hizo más cruel y bárbara". Y es el caso que la mejoría de la política se halla en función de la calidad humana, conforme no ha dejado de exponer Madame Curie: "usted no puede esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas. Cada uno de nosotros debe trabajar para su propia mejora".  Si paramos mientes en la España de hoy encontramos una buena pintura del hombre de la sociedad actual, en concreto de la funesta España -y "en todas partes cuecen habas"- de la monarquía de Juan Carlos I y Felipe VI -vienen a estar fundidas en una- en la que hace el periodista y ensayista Enrique de Diego, apud "El suicidio de España":

El sistema es una farsa, porque los españoles de hoy son de sainete. La infinita mediocridad de los poéticos del momento corre pareja con la inmensidad de la mediocridad de los ciudadanos. [...]  No hay división de poderes, no hay independencia judicial, no hay representatividad, no hay libertad política, porque los españoles ni las reclaman ni las merecen

He querido avalar con notables firmas -"yo no cito a los demás sino para mejor expresarme a mí mismo", que dice Miguel de Montaigne. Digamos también que para reafirmarlos, y en materia de política ningún autor mejor que el florentino escritor y hombre de Estado, Nicolás Maquiavelo. En Florencia nació y murió, 1469-1527.  Él es el autor del primer tratado de política, titulado. De esta obra dice Federico Carlos Sainz de Robles que "es uno de los libros más geniales, más inmorales y más sugestivos que se han escrito". 


Diplomático, filósofo, político y escritor.

De acuerdo con Voltaire que dice: "¿Es la política otra cosa que el arte de mentir deliberadamente?", manifiesta Maquiavelo: "La política no tiene relación con la moral. La política es el arte de engañar". 

Mi cometido ha sido decir algo acerca de la política y de los políticos, que no analizar, ya lo he dicho,  estructuras de políticas. Queda claro que siendo el hombre más fiero y cruel que las fieras, en concepto de Baltasar Gracián, la Política ha sido, y es, despiadada. Su leitmotiv es la pecunia numerata. Muy diáfano, traslúcido, inteligible, ve el citado Federico Carlos Sainz de Robles que, "desgraciadamente hoy capitalismo significa tanto como lucha inaplazable de clases, origen del calamitoso estado en que se encuentra el mundo". Yo añado de que sea un mundo repleto de ladrones de toda escala social. .  


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